El motivo fue solidario, un partido a beneficio, pero la figura del pibe eclipsa toda propuesta en la que participe. Genera devoción en los hinchas y él se presta con simpleza y humildad a recibir tanto cariño. Lionel Messi, el jugador del Barcelona, impactó a las 30 mil personas que se hicieron presentes en el Coloso. El crack rosarino paseó su fina estampa por el césped del Coloso del Parque, convirtió dos goles y aportó su sello distintivo en el encuentro denominado "Solidaridad sin fronteras", en el cual se enfrentaron los Amigos de Maximiliano Rodríguez y los Amigos Javier Pupi Zanetti. El equipo del ex jugador leproso se quedó con el juego gracias a un anecdótico 8 a 6. Lo recaudado se destinó a la Fundación Pupi, que preside Zanetti, y al hogar Madres Soleras Primerizas, de Raquel Butazzoni a la que aporta Maxi.

En la previa del partido no se había podido confirmar la presencia de Messi en el Marcelo Bielsa. El jugador de la selección argentina pasó la mañana en Buenos Aires y arribó a la ciudad sólo para disputar el encuentro solidario. Y no vino a saludar a los hinchas, solamente. Jugó para los dos equipos, anotó dos goles, uno de penal y otro por sobre la cabeza de Peratta en una definición exquisita, regaló lujos a montones y divirtió a todos los hinchas. Se ganó la sincera ovación de toda la cancha en varias ocasiones y él se prestó como pudo, de la manera que pudo. Prueba de ello fue la postura que tomó a lo largo de todo el entretiempo: se acercó a la platea Gerardo Martino y autografió todas las indumentarias que atravesaron la fosa y le llegaron a sus manos. El segundo tiempo comenzó cuando Lionel terminó de estampar la última firma. Jugó casi 50 minutos y, al ser reemplazado, ni siquiera pasó por los vestuarios. Con el mismo atuendo que mostró en la cancha, se subió a un vehículo para retirarse.

Rodríguez y Zanetti, organizadores de la jornada, concretaron la asistencia de jugadores de la selección que se encuentran entrenando en Buenos Aires para disputar la Copa América. Jonás Gutiérrez, Martín Demichelis, Ezequiel Lavezzi (silbado por los hinchas leprosos por su condición de hincha declarado de Central) y Ever Banega se repartieron entre ambos equipos y, al igual que Messi, recibieron el afecto de los hinchas.

Más allá de que la consigna fue solidaria y no partidaria, el partido también sirvió para regocijo de los simpatizantes rojinegros, que vieron cómo ídolos del club del Parque jugaron en casa. Leonardo Ponzio, Mauro Formica, Lionel Scaloni, Damián Manso, Gustavo Raggio y Gustavo Dezotti, entre otros, compartieron la tarde y provocaron la alegría de los hinchas que no se olvidaron de Central, a quién le propinaron el clásico: "El que no salta se va a la B...".

Futbolistas del plantel actual de Ñuls y ex deportistas coronaron los planteles. En tanto, Roberto Sensini regresó al banco de suplentes del Coloso para dirigir a los Amigos del Pupi y cuando se acercó al sector de relevos recibió los sentidos aplausos de toda la cancha recordándole que su paso por el club no se olvida fácilmente. El, como siempre, bajó la cabeza, tímido, y agradeció extendiendo la mano derecha.

Quiénes se fueron más contentos que aquellos que se llevaron un autógrafo de Messi fueron Pablito y Marquitos, dos chicos con síndrome de down pertenecientes a la Fundación Pupi, que se dieron el lujo de ingresar desde el banco y anotar más de un gol cada uno. En uno de sus tantos, Pablito celebró mirando al cielo y le agradeció a su entrenador

la oportunidad que le dio. Marquitos no se quedó atrás y marcó tres tantos para los Amigos de Maxi. Ambos conquistaron la emoción de todo el estadio y por ellos este partido tuvo sentido.