Luego de la revisación médica y la foto de rigor, Leonardo Monje firmó ayer contrato con Central, siendo el delantero chileno el primer refuerzo, de los dos posibles, contratos para el primer semestre del 2012. Pero después del chileno pasó por la oficina del presidente , Norberto Speciale el defensor Nahuel Valentini, quien siguió el camino de Jorge Broun y anunció su renovación de vínculo con los canayas.

El técnico Juan Antonio Pizzi se reencontrará la semana que viene con sus jugadores con la certidumbre de que la mayoría de ellos tiene el futuro resuelto. Es que los futbolistas, cuyos contratos vencen en julio anticiparon sus acuerdos y aseguraron su permanencia en la entidad por algunos años más. Ese fue el caso de Broun el pasado lunes, y ayer en el Valentini. Ahora la directiva se ocupará por resolver el futuro de Diego Rivero, por quien aún hay diferencias grandes entre lo que pretende el jugador para sellar nuevo vínculo y lo que ofrece el club.

En un alto de las negociaciones con los jugadores, Speciale atendió al chileno Monje, quien ayer se presentó en la sede de calle Mitre y rubricó el contrato acordado por teléfono. El ex delantero de Unión Española de Chile calificó como "un gran desafío" su llegada a Central y al "fútbol argentino", y regaló más de una sonrisa ante los fotógrafos cuando se probó la camiseta auriazul. Monje, de 30 años, llega a préstamo, y a pedido de Pizzi, para pelear el puesto con Antonio Medina. "Lo mío es hacer goles, y a eso vengo", aseveró el goleador trasandino, que el martes en Arroyo Seco será presentado por Pizzi ante el plantel. Central pretende además sumar un volante, quedando descartados César Carranza, de Lanús, y Jonathan Fabbro, de Cerro Porteño. Interesa Juan Neira, también de Lanús, aunque en este caso los granates no mostraron disposición para avanzar en la negociación.