A una semana de perder Central la oportunidad de volver a Primera, la dirigencia del club presentó ayer la nueva ilusión de los canayas, la que intentará olvidar la frustración de la pasada temporada. Se trata de la vuelta de Miguel Russo, quien tomó las riendas del primer equipo en su cuarto retorno a la entidad, regreso que esta vez lo encuentra "con más experiencia y mucha autocrítica por lo vivido en los últimos años como profesional". "Venimos en una situación difícil y debemos trabajar todos juntos para lograr el objetivo", aclaró el técnico, quien luego entregó algunas expresiones que refrendan su fidelidad a los colores: "Uno quería estar cerca de la familia en este momento, pero la propuesta de Central me gustó. No mido los riesgos, hay que entender las sensaciones. me siento capacitado porque conozco a la gente de Central, sé lo que pide", valoró Russo.

La presentación se hizo en un salón auxiliar a los vestuarios del Gigante de Arroyito. El único lugar del club que la dirigencia no había utilizado antes para iniciar un ciclo deportivo. Al encuentro con las cámaras Russo llegó acompañado solo por el presidente del club y luciendo una corbata a tono con la ocasión: de colores azul y amarillo. Speciale pronunció escuetas palabras de bienvenida y después Russo tomó el liderazgo de la conferencia sin hacer promesas y deseando que "ojalá podamos hacer 69 puntos", en referencia a la campaña que concluyó la semana pasada y no alcanzó para el ascenso. "Fue un torneo muy especial. Aunque no soy yo el que debe encontrar las explicaciones de lo que sucedió. Venimos para trabajar y lograr el objetivo que tenemos todos. Sabemos que esta temporada va a ser muy dura y que seguramente nos va a costar en el arranque. Va a ser muy importante hacernos fuertes de local", pronosticó el ex técnico de Estudiantes.

"Sé de las exigencias de este club. Para formar el plantel vamos a priorizar jugadores que puedan jugar en esta cancha y tengan sentido de responsabilidad. Ahora estamos en la etapa más difícil de la preparación, que es el de la elección del plantel. Queremos jugadores que asuman esta pasión y que no se inhiban en el campo de juego", anticipó Russo, quien luego se excusó de dar precisiones de los refuerzos que busca: "Vamos a ser muy cautos porque el mercado así lo pide. Estamos viendo todas las posibilidades, no podemos dar un paso en falso. Necesitamos trabajar en mucho silencio".

Russo volverá a dirigir en el Nacional B después de 17 años. Su última experiencia en la segunda categoría había sido con Estudiantes de La Plata en 1995, logrando en ascenso con aquel equipo que tenía a Martín Palermo y Rubén Capria y luego se consolidó en Primera. El sucesor de Juan Antonio Pizzi no hizo analogías del presente canaya con aquel momento en la entidad que lo formó como jugador y técnico. Por el contrario, Russo recordó sus anteriores retornos a Arroyito: "En el 2009 tomamos el club en una situación muy dura (Promoción con Belgrano). También en el 2002, donde en la penúltima fecha nos salvamos del descenso y logramos clasificar a las copas internacionales. Esta situación no es diferente ni especial. Venimos para trabajar entre todas y poner al club donde todos esperamos", añadió el entrenador, que esta mañana en el Country de Arroyo Seco dirigirá su primer entrenamiento.