Central perdió un partido increíble. Nunca fue superado por Colón, pero tampoco tuvo la firme convicción como para ganar el partido y lo pago carísimo luego de un fallo polémico del árbitro Diego Ceballos. El sabalero, que sufrió la expulsión de Urribarri en el primer tiempo, venció por 2 a 1 con dos goles de Rubén Ramírez. El uruguayo Abreu había igualado transitoriamente para el canaya.

Central se tomó su tiempo en el inicio. Le entregó la iniciativa a Colón y lo esperó con calma, tratando de mantener las líneas bien unidas para no agrandar al rival. El sabalero aceptó el convite, pero demostró tener pocas fuerzas en varios puntos. Carente de creación y de profundidad, no inquietó a Caranta en la primera parte del partido. Cuando comenzó a reconocer las debilidades del local, el canaya, con mucho cuidado, fue a buscar sus chances.

Y las originó de la mano de Niell, que generaba espacios por el sector derecho del ataque cuando entablaba una sociedad con Encina. El juego de Central exponía las limitaciones del equipo de Forestello. Para profundizar el panorama y pensar en la posibilidad de ponerse en ventaja, Central no debía equivocarse. Colón, seguramente, iba a darle una oportunidad. Pero en una pelota parada, un córner, el equipo de Russo cometió una torpeza y le dio al local la chance de festejar. Tras un córner, Alcoba cabeceó de manera defectuosa y Ramírez, libre en el área chica, la clavó de media vuelta. Grosero fallo de Delgado, que no molestó al delantero que seguía.

Al margen de que un minuto después del gol Curuchet casi anota el segundo, la tónica no se modificó. Central siguió teniendo libertades para jugar cerca del arco defendido por Montoya. A cinco minutos del cierre, Lagos llegó al fondo y el arquero le cometió penal, que Abreu ejecutó con calidad. El empate se ajustaba mucho más al trámite del juego, que se tornaba esperanzador para el canaya porque el local sufrió la expulsión de Urribarri tras una dura patada a Carrizo.

El partido no tenía demasiada intensidad en el primer tiempo, pero tuvo aún menos en el inicio del epílogo porque ambos tomaron la firme decisión de no apresurarse. Se empecinaron en resguardar la pelota y avanzar en el campo solo cuando la posibilidad fuera clara y certera. Pol Fernández, que ingresó por Carrizo en el entretiempo, fue el único que sacudió la modorra con un bombazo de zurda al travesaño.

Colón, por impericia, y Central, por indecisión, se aferraban a la igualdad. Especulaban y priorizaban el aspecto defensivo por sobre la creación de juego. A falta de quince minutos, Russo metió delantero por volante para cambiar la historia, porque la imposibilidad canaya de marcar diferencias no solo se daba por cautela. Como en otras ocasiones, Domínguez es el único jugador capaz de crear, pero el equipo no tiene cambio de ritmo ni sorpresa y se diluye con el correr de los minutos.

A los 32 minutos, Curuchet, el más peligroso del sabalero, se la jugó solo, corrió más de 30 metros con la pelota y al ingresar al área, el árbitro Ceballos cobró un penal inexistente por un supuesto agarrón de Ferrari. Ramírez, rebote de Caranta mediante, lo cambió por gol. De otra manera no hubiera podido ponerse en ventaja. Sin ideas y con un jugador menos, Colón (al igual que su rival) aceptaba el empate. Central, indignado por el cobro, no pudo superar el golpe y regresó a Rosario con las manos vacías y un juego inexpresivo.

2 Colón: Montoya; Alcoba, Carniello, Landa, Urribarri; Moreno y Fabianesi, Prediger, Mansilla, Mugni; Curuchet, Ramírez. DT: Rubén Forestello.

1 Central: Caranta; Ferrari, Donatti, Peppino, Delgado; Encina, Domínguez, Carrizo, Lagos; Niell, Abreu. DT: Miguel Russo

Goles: PT 27m Ramírez (C), 39m Abreu de penal (RC), ST 33m Ramírez de penal (C)

Cambios: PT 32m Ledesma por Delgado (RC), 44m Caire por Mugni (C), Pol Fernández por Carrizo (RC), ST 29m Medina por Lagos (RC), 34m Marcos Fernández por Curuchet (C), ST 41m Gandín por Ramírez (C)

Expulsado: PT 40m Urribarri (C)

Arbitro: Diego Ceballos

Cancha: Colón