A algo más de un mes de trabajar en conjunto por la formación del plantel profesional surgió el primer choque de intereses. Las aspiraciones deportivas de Leonardo Astrada no tienen ningún punto de coincidencia con las ambiciones económicas del grupo inversor que permitió contratar los refuerzos. En medio de estas posiciones antagónicas quedaron los dirigentes, que anoche intentaban mediar entre las partes en conflicto. Es que Horacio Carbonari manifestó su decisión de alejarse del club --y con él se iría Orlando Vignatti-- de continuar Astrada como entrenador. Y de suceder esto la dirigencia canalla deberá salir a la búsqueda de recursos económicos para responder a los compromisos económicos asumidos para permitir la llegada de los refuerzos.

Las primeras diferencias aparecieron con la llegada de Wanchope. El costarricense vino por gestión de Carbonari, pero nunca figuró en la lista de delanteros sugeridos por el cuerpo técnico. Tal es así que Astrada no piensa en Wanchope como jugador titular de la ofensiva canalla.

Similar situación se suscitó con la contratación del Kily González. "No es prioridad", había advertido Astrada días antes de su vinculación. Y ahora que el ídolo de Arroyito volvió, el ex entrenador de River insiste por la contratación de otro delantero y un zaguero central.

La dirigencia, con el propósito de satisfacer a ambas partes, en los últimos días aprobó cada una de las gestiones lideradas por Carbonari y, al mismo tiempo, negoció las contrataciones de un defensor (ver aparte) y un goleador (interesa el ecuatoriano Murillo). Pero ayer el grupo inversor acercó su intención de dejar de asistir financieramente a la institución sino cambia la conducción del primer equipo. Tal es así que Carbonari se comunicó con Edgardo Bauza para conocer su disposición laboral para, en caso de que Vignatti imponga sus peticiones, retorne al banco de Arroyito.

Al cierre de esta edición Pablo Scarabino se encontraba reunido con las autoridades del grupo inversor en procura de encontrar una salida que permita consensuar la convivencia entre Carbonari y Astrada. De igual modo, una intempestiva partida de los inversores no dejaría al primer equipo canalla sin los refuerzos. Es que el convenio financiero aún no fue refrendado por la jueza que entiende en el concurso preventivo, por lo cual cada uno de las operaciones fueron avales con documentos de la institución.

La dirigencia se muestra firma en respaldar el trabajo del cuerpo técnico. Pero los inversores ya no aceptan la participación de Astrada en el banco auriazul. En las próximas horas algunas de las partes deberá dejar su rol en el club. Y, casualmente, quienes piensan en las elecciones del próximo 10 se setiembre ya le propusieron a Vignatti a que se involucre en la vida política de Central. Aunque el empresario de medios de comunicación prefiere conservar su rol de asistente financiero. "No, no soy candidato a nada", afirmó Vignatti a este diario al interrumpir el cónclave con los principales directivos de Central.

Además de pedir por otros refuerzos, Astrada reclamó el pago de los sueldos atrasados a los jugadores. Como en los últimos días el grupo inversor acercó miles de dólares para concretar el arribo de los refuerzos, el técnico hizo saber la necesidad de poner al plantel al día en los haberes.

Al cierra de esta edición, el secretario Gonzalo Estévez apostaba por la reconciliación entre inversores y cuerpo técnico. "Se hablaron muchas cosas que no son. Estamos haciendo lo posible para lograr que Carbonari y Astrada siguen trabajando en el club".