DEPORTES › CENTRAL DEMOSTRó EL TEMPLE NECESARIO PARA GANAR Y SACAR CHAPA DE CANDIDATO
Los de Coudet estuvieron a la altura de las circunstancias al doblegar con autoridad al duro Pirata cordobés por 3 a 1, gracias a Montoya, Ruben y Larrondo. El Canaya se prendió en la lucha de arriba y está a 7 unidades de la punta.
› Por Pablo Fornero
3 Central: Caranta; Salazar, Donatti, Pinola, Villagra; Montoya, Domínguez, Cervi, Fernández; Larrondo, Ruben. DT: Eduardo Coudet.
1 Belgrano: Olave; Saravia, Pérez, Lema, Alvarez; Rigoni, Prediger, Farré, Mansanelli, Parodi; Obolo. DT: Ricardo Zielinski.
Goles: PT 16m Montoya (C), ST 4m Ruben (C), 6m Prediger (B), 26m Larrondo (C).
Cambios: ST Desde el inicio Zelarayán por Mansanelli (B), 10m Barrios por Saravia (B), 29m Zárate por Farré (B), 30m Lo Celso por Fernández (C), 39m Colman por Montoya (C), 42m Niell por Larrondo (C).
Arbitro: Patricio Loustau.
Cancha: Central.
Apareció el candidato. Central dio una prueba mayúscula de carácter, le ganó 3 a 1 al duro Belgrano y se prendió en la lucha por el campeonato. El Canaya jugó un gran partido, borró a la visita y tuvo varias chances como para ampliar la ventaja. Los de Coudet quedaron a siete unidades de la punta de la tabla y se ilusionan.
Central comprendió lo que se jugaba desde el pitazo inicial. Realmente, el cruce ante Belgrano era un juego bisagra, porque ganar implicaba convertirse en candidato a pelear arriba. Y después de un rendimiento tan pobre, como el de la derrota ante Quilmes, el Canaya salió con todo en el Gigante que desbordó de euforia auriazul. Tanto que a los 2 minutos ya dispuso de dos acciones claras para convertir, pero Olave y el palo se lo impidieron. Pero el equipo estaba concentrado y con el carácter necesario para semejante partido.
Central no se permitía un desliz. Logró borrar al elenco cordobés, que no podía tener la pelota y ni siquiera cruzar la mitad de cancha. Tras un par de situaciones más, llegó el gol de la mano del pibe Montoya, que calzó de volea un rechazo y la clavó junto al palo izquierdo del arquero. Todos los jugadores estaban compenetrados, el Canaya estiraba la cancha, los ataques provenían de los laterales y finalizaban por el centro. Los de Coudet hacían casi todo a la perfección y Caranta veía el partido desde muy lejos. Belgrano no le hacía cosquillas.
Pasada la media hora de juego, los de Coudet bajaron el ritmo, pero más allá de resignar presión y darle aire a la visita, siguieron controlando las acciones del partido con mucho carácter y aplomo. Nadie se salió de su libreto. Montoya, el mejor de la etapa, le aportó un recorrido más amplio que Delgado al equipo. El joven fue determinante por el gol, pero también para duplicarse en la marca. Más arriba, la dupla Ruben - Larrondo se movió con comodidad, con buena sintonía entre ambos para no chocarse por el centro, y soltura e inteligencia para correrse a los costados y desarmar a la defensa pirata.
El adormecimiento desapareció apenas iniciado el epílogo, principalmente por un cambio rotundo de Belgrano, cuyo técnico mandó al habilidoso Zelarayán a la cancha y adelantó el equipo unos cuantos metros. Central se encontró con un penal a los 4 minutos, Ruben lo cambió por gol, pero sólo pudo mantener la diferencia por 120 segundos, ya que Prediger descontó de cabeza. Caranta y la defensa durmieron ante dos cabezazos, el último en el área chica, a un par de metros del uno. Belgrano era otro, mejor. Central también lo era, pero para peor.
En el tiempo de gracia del Pirata, Zelarayán se cargó los ataques al hombro y liberó a sus compañeros. Pero a la hora de llegar al área, Belgrano carecía de profundidad. Solo Farré inquietó con un remate desde la derecha que se fue cerca. Con más espacios para jugar, aunque más desorden a la vez, Central se animó a avanzar en el campo. No controló la pelota, pero llegó al tercero con un gran salto y cabezazo del lungo Larrondo, su primer gol con el auriazul.
El tercer gol cerró las puertas del partido. Belgrano, abatido, volvió a parecerse al del primer tiempo. Central estuvo a punto de alcanzar la goleada y se dedicó a florearse, a sacar lo mejor de su repertorio. Pero no sólo lo hizo sobre el final, con la tranquilidad que le daba el resultado. El Canaya consiguió el triunfo en un juego sumamente importante, superó en la tabla de posiciones a su derrotado y se anotó en la pelea por el campeonato. Está a siete unidades de la punta, es verdad, no es poco, pero dio una prueba de carácter y dejó en claro que quiere estar para cosas grandes.
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