No se expresa como Eduardo Coudet ni tiene la vehemencia de Cristian González. Quizás por eso la foto del clásico se la lleva el Chacho con sus pasos de marioneta en el grito de gol, o el Kily añorando el festejo aferrado al alambrado. Pero Marco Ruben es el hombre del gol en Central. Y su nombre ya está inscripto en el historial con los leprosos. "No sabía que era tan lindo hacerle un gol a Ñuls", asume el goleador de Arroyito que días atrás cumplió 20 años. En diálogo con Rosario/12, el 9 auriazul se entusiasma al repasar lo vivido horas atrás. "Esta vez el clásico lo pude jugar más tranquilos que en otras oportunidades. Y creo que el partido se dio para jugar más tranquilos porque una vez que hicimos el primer gol lo dominamos bastante", confiesa el autor del tercer tanto canalla.

--¿Por qué jugaste con más serenidad?

--Porque ya tengo varios partidos jugados, y además porque hacer un gol te tranquiliza mucho. Aunque a veces uno no llega a imaginar todas las cosas que pueden darse en un partido.

--¿No colaboró también la presencia de jugadores experimentados como el Kily González o Coudet?

--Ayudan porque son jugadores referentes, de mucha experiencia y que nos trasladan a nosotros mucha tranquilidad en partidos tan difíciles.

--¿Qué habían hablado en la semana respecto al juego que pretendían hacer?

--Salir a ganar, definitivamente. Era el único resultado que nos convenía. Y teníamos la confianza de saber que si hacíamos nuestro juego seguramente íbamos a ganar el partido.

--¿Esa predisposición la tuvieron también en otros clásicos?

--Sí, siempre se sale igual. Lo que pasa es que a veces no se da tan abierto como este partido. Convertimos el gol, ellos se abrieron, quisieron salir y les metimos otro. Son partidos que se dan por algunas circunstancias. En otros también hemos salido a buscarlo, pero también se trata de no regalarle nada al rival. Este clásico fue diferente porque pudimos convertir.

--Lo más curioso es que Ñuls salió a jugar con siete defensores y le pudieron hacer cuatro goles.

--Porque convertimos rápido y le empezamos a manejar la pelota. Ellos se desesperaron y lo liquidamos rápido.

--¿Esperaban un planteo tan mezquino de Ñuls?

--No, la verdad que no. Para nada habíamos pensado un partido así. Pero uno piensa mucho en su propio equipo. Esta vez creo que nos salió muy bien. Jugamos un muy buen clásico y obtuvimos una diferencia justa por el fútbol que hicimos. Creo que el Chacho (Coudet) fue uno de los jugadores más importantes, y también Ojeda, que antes de el primer gol tapó dos pelotas muy importantes.

--¿Cómo habías imaginado el partido en la noche previa?

--La verdad, me lo imaginé como salió, porque en el fútbol uno sueña con estas cosas. Ganarle a Ñuls así es muy lindo. Y esta vez nos salió. En los otros tres clásicos que jugué había tenido chances de gol y no había podido convertir. Pero ahora puedo decir que fue bárbaro hacer un gol en el clásico.

--¿El jugador también le tiene miedo al cero a cero en el clásico?

--No (levanta el tono de voz para darle firmeza a la expresión), el jugador siempre piensa en ganar. Después, se ve como se da el partido. Nosotros estuvimos toda la semana pensando en cómo ganar porque era el único resultado que nos servía. Después, si en el juego nos cagan a pelotazos y están por hacernos un gol, obviamente que no vamos a ser unos boludos e intentaremos cuidar el cero.

--En el primer gol el sello de la jugada fue el toque de pelota y la buena movilidad del equipo. ¿Esa era la estrategia de juego?

--Sí, seguro. Ese es el juego de Central que no se nos venía dando y por suerte reapareció en el clásico. El gol llegó en un momento en que lo estábamos buscando. Estábamos muy bien parados y decididos a ir hacia adelante.

--Un problema de Central era que cambiaba su actitud una vez que se ponía en ventaja. ¿Ese fue un punto a corregir?

--Seguro. Era importante que eso no nos volviera a pasar. Supimos seguir manejando la pelota y logramos ampliar el resultado. Pero hay partidos en que se puede lograr, y en otros no.

--Ñuls nunca pudo reaccionar a los goles de Central. ¿No te sorprendió?

--No, porque lo teníamos muy controlado. Fue virtud nuestra. Ellos no tenían juego. Llegaban por ahí con un pelotazo para que la peine Cardozo. Pero la verdad es que nosotros estuvimos muy bien parados e intentamos jugar. Y eso a ellos los volvió loco.

--¿Tu primer gol en el clásico fue el más lindo que marcaste en Primera?

--Sí, yo creo que sí. Por el sólo hecho de que fue en un clásico ya alcanzaba para ser el más lindo. Siempre pensé en hacer un gol en el clásico. Y sirvió para que el equipo ganara. Hay tanta alegría...

--¿Advertiste que con tu gol se terminó el partido?

--Sí, creo que sí, más allá de que sabíamos que no teníamos que descuidarnos. Además sabíamos que ellos se iban a venir con todo y que podíamos definirlo con otras jugadas en el segundo tiempo.

--¿Qué les dijo Gorosito en el entretiempo? Porque llegaron al vestuario con el rival ya vencido.

--Nos dijo que sigamos igual. Estábamos todos convencidos de que no nos podíamos descuidar porque en esto nunca se sabe qué puede pasar. Salimos al segundo tiempo pensando en que íbamos cero a cero.

--Con todo lo sucedido en la semana, ¿cómo vivieron los días previos?

--Bien. De parte de nosotros estuvimos muy tranquilos. Siempre estuvimos convencidos en el trabajo y en lo que se debía hacer el domingo. Entre nosotros siempre hay charlas.