Ante la advertencia de la Asociación del Fútbol Argentino, la dirigencia de Central elevó a un estudio de arquitectos la elaboración de un proyecto para transformar las comodidades del Gigante de Arroyito. En el marco de las medidas de seguridad que se buscarán implementar en el futuro inmediato, los estadios deberán tener plateas en todas sus tribunas. Y en Arroyito hay proyectadas unas 25 mil butacas, que serían vendidas por medio de abonos. Por otra parte, el plantel se reunió ayer por espacio de una hora para tratar la relación con los dirigentes y el cobro de la deuda.

Las plateas. Ante la probabilidad de que el año próximo sea obligación de los clubes tener todas sus tribunas cubiertas de plateas, la dirigencia canaya requirió a un estudio de arquitectura un proyecto para llenar de butacas el Gigante de Arroyito. De acuerdo a las primeras estimaciones, alrededor de 25 mil asientos habría a disposición de los socios. De esta manera las localidades se venderían por abonos, garantizando un lleno total para cada compromiso, y reduciendo el poder de los barras atento a que no habrá venta de localidades. Pero el proyecto avanzará en la medida que la casa rectora del fútbol argentino ratifique la idea de prohibir la habilitación de tribunas populares para los estadios del país.

El malestar. La relación entre jugadores y dirigentes es cada vez menos cordial. Los atrasos salariales mantenían distanciados a las partes. Pero el último jueves, día en que los jugadores se negaron a entrenar por el incumplimiento de una promesa de pago, las diferencias se profundizaron. Tanto, que el pasado sábado el diario Uno de Santa Fe publicó una nota donde anticipa una crisis que terminaría con la salida de Néstor Gorosito, Cristian González y Juan Azconzábal de la institución. La publicación no llevaba firma y señalaba la relación entre el entrenador y los jugadores como el gran problema del club, desligando de cualquier responsabilidad por la coyuntura institucional a los dirigentes. Los jugadores creen que la nota fue redactada a placer de los propios conductores institucionales como respuesta al "paro" del pasado jueves. Y ayer entre cuerpo técnico y futbolistas conversaron sobre la situación y unificaron un discurso para fortalecer la actitud ante la comisión directiva.

El equipo. El debut de Roberto Acuña con la auriazul es incierto. El volante paraguayo arrastra una dolencia muscular que le impide hacer fútbol. El fin de semana el Toro viajó a Paraguay para consultar al médico de la Selección guaraní. Pero su tratamiento no será sencillo y ya está descartado para el juego del sábado ante Banfield, en el Gigante y sin televisación. El compromiso con el taladro se adelantó para las 18, cuando en su momento había sido agendado para las 21.

El que sí está en duda es Cristian González. El Kily sufrió en el partido con Boca un esguince en su tobillo derecho y no podrá entrenar con normalidad durante la semana. De igual modo Gorosito confía en su presencia para el sábado. Por lo cual las incógnitas a despejar por el entrenador estarán en la composición de la defensa, dado que Ariel Garcé y Ricardo Moreira podrán volver al primer equipo. Pero también habrá novedades en la composición de la ofensiva, atento a que el esquema utilizado ante Boca (4--5--1) seguramente no se implementará para recibir el equipo del sur bonaerense. El juego con el taladro será arbitrado por Héctor Baldassi. La semana que viene, en tanto, los canayas volverán a jugar de local. Y de acuerdo a lo programado por AFA Central recibirá a Lanús el domingo 4 de marzo a las 17.