Reconocida por su labor actoral, Soledad Villamil ha demostrado que el canto es un área donde también puede cosechar elogios. Porque así como su desempeño dramático en cine, teatro y televisión le permitió lograr nominaciones a los premios Cóndor de Plata, ACE y Martín Fierro, su espectáculo Soledad Villamil canta obtuvo una gran acogida de parte de la prensa porteña. Allí, la artista aborda un repertorio que, por otra parte, no es de los más frecuentes en la escena nacional, proponiendo un acercamiento al folclore campero desde diversos autores. A poco tiempo de editar un disco con las obras que nutren a su show, Villamil repasará esas canciones esta noche, a las 21, en el teatro La Comedia.

En diálogo con Rosario/12 la cantante delineó las características de su proyecto: "Es un repertorio de canciones de estilo criollo, con una fuerte impronta campera, donde hay tangos pero también valses, milongas de Zitarrosa, de Atahualpa Yupanqui, o tangos como `Adiós Pampa mía`. En esa sucesión de canciones se va organizando el espectáculo, donde estoy acompañada por un cuarteto de guitarra, bandoneón, percusión y contrabajo". Mientras tanto, la llegada al disco se dio luego del ciclo de funciones que Villamil iniciara en noviembre de 2006.

"Después de una serie de presentaciones en vivo pudimos afianzar bastante el material y dimos el paso de llevarlo a un disco, en donde se pudo elaborar bastante. Porque también hay algunos temas arreglados para cuarteto de cuerdas", apuntó.

Por otra parte, la propuesta de la artista se da en un momento en el que el tango se ve abordado desde distintas estéticas, aunque no es precisamente lo campero lo que copa las carteleras. Instalada en ese terreno, Villamil detalló el proceso que derivó en la conformación de su repertorio: "Básicamente es una cuestión de gusto, medio arbitraria y personal. Primero me permite englobar varios géneros, y también hacer temas de Atahualpa o Zitarrosa. También se dio a partir de seleccionar algunas canciones. Porque cuando decidí armar un espectáculo musical una de las primeras canciones que elegí fue el tango `El aguacero` de González Castillo y Castillo, de padre e hijo, que describe una tormenta en La Pampa. Realmente ese tango tiene mucha fuerza y es la canción que abre el espectáculo y el disco, y un poco el elegir esa canción, junto con alguna otra, fue como orientando todo. Es como cuando en el camino vas haciendo el trabajo de escuchar lo que la propia búsqueda te va diciendo. Eso fue lo que armó el repertorio".

- ¿Qué encuentra en la música, a nivel expresivo, que no puede explorar en la actuación?

- Me parece que en la música, principalmente en la canción, se combinan dos aspectos que se potencian mucho. Porque por un lado está la poesía, lo que se dice, el contenido de lo que se dice, la palabra, el uso de la palabra, y el relato. Porque si algo tiene esta música nuestra, popular, es un acento muy fuerte en el relato, siempre hay una pequeña historia que se cuenta en tres minutos. Eso tiene como soporte, de alguna manera, lo musical, que hace que el alma se mueva en esa dirección con muchísima más solidez. Todo sabemos lo directa que es la música a la emoción, entonces de alguna manera es como si la música permitiera que esas imágenes y ese relato llegaran con una fuerza y una contundencia que quizás, si las palabras estuvieran solas, no llegarían.

- ¿Buscó referentes entre los cantantes o también prefirió abordar los temas desde una mirada más personal?

- En la búsqueda del repertorio escuché y escucho muchísimo. Justamente los intérpretes que tengo como referentes son el opuesto de la sobreactuación en el sentido de que son intérpretes que se ponen como vehículos entre la canción y el espectador.