Dándole continuidad a un ciclo de estrenos que, bajo la organización del Centro Audiovisual Rosario, confirma la producción sostenida de realizaciones locales, esta noche en el teatro La Comedia se presentará Terminal, primer largometraje de Claudio Perrin. Protagonizado por Patricio Raffo, Celia Parola, Emilio Toibero, Lorena Rey, Cristian Bosco y Claudia Schujman, entre otros, el film se proyectará a las 21 en la sala municipal de Mitre y cortada Ricardone.

Con algunos antecedentes como el mediometraje Cosecha --seleccionado como Mejor video local en el Festival de Video Latinoamericano de Rosario de 1997--, el cortometraje Cobani (rodado en 16 mm y destacado por el jurado del citado Festival en 1999) y el mediometraje Los deseos (aceptado en la muestra no competitiva del festival internacional de Tolouse), Perrin hizo su debut en los largometrajes con una historia que comenzó a gestarse allá por 1999, a partir del rodaje de una escena en la Terminal de Omnibus Mariano Moreno que sería destinada a un cortometraje. "La Terminal siempre fue un lugar que me llamó poderosamente la atención, como a todo el mundo, por la mixtura de climas que tiene, desde la extrema marginalidad hasta gente muy adinerada. Todos se juntan ahí, todos se mezclan. Además está eso de la melancolía, la tristeza e incluso también la idea de progreso, porque hay mucho movimiento. Tenía una mixtura interesante de climas y en cierto modo refleja la sociedad en la que vivimos. En base a eso surgió Terminal", apuntó el director a este medio.

Bajo ese contexto, la historia tiene como personaje principal a un hombre que debe cumplir con un trabajo sucio por encargo, lo que lo lleva a rondar las calles de la Mariano Moreno siempre en búsqueda de instrucciones. Sin embargo, no es una trama detectivesca la que allí se desarrolla. "Está más cercano al drama que al policial --resaltó Perrin--. Pero en algunos aspectos la historia de los personajes es bastante oscura. Me gustan estas historias oscuras, pesaditas, que tenemos todos, unos más y otros menos, o en algunos casos son más o menos evidentes, pero siempre resultan interesantes".

Y si bien el protagonista puede ser apuntado como un hombre duro, su costado humano también tiene presencia en la película, según ejemplifica el autor: "Hay por ejemplo una vendedora en una verdulería que discute con el dueño porque la explotan, y él la sigue para entablar una conversación. Porque el personaje tiene también sus ambigüedades, tiene sus puntos sensibles. Después habla con gente en un templo evangélico, con prostitutas en los cabarets, toda una mixtura de personajes noctámbulos de la Terminal de Omnibus. Hasta que se encuentra con una de esas historias que es la más fuerte de la película, cuando se encuentra con una novia de la adolescencia y donde se produce la conclusión".

Después de su primer presentación al público, Terminal comenzará a desandar el arduo camino de exhibición al que deben someterse las producciones independientes, y así lo admitió Perrin. "Apenas pase el estreno me voy a abocar a mandar la película a festivales nacionales e internacionales. Incluso voy a empezar una versión subtitulada en inglés para tratar de hacer correr la película, registrarla en el Instituto e ir viendo qué posibilidades hay con el largo", adelantó.