A pesar de haber llevado una vida lo suficientemente interesante como para esquivar todo intento de canonización, con el correr del tiempo Roberto Fontanarrosa adquiere poderes míticos. El propio peso de su obra --amplia, influyente, trascendental-- hace que su figura siga teniendo efecto en el mundo de los mortales. Al menos, así lo desliza el artista español Gaspar García Campano, quien después de haber pintado un mural en homenaje al Negro en su Sevilla de origen, recaló en Rosario para plasmar una réplica en una de las paredes del Club Leña y Leña de Rondeau al 1700. Como cumpliendo la profecía emitida por Caloi en el Senado de la Nación allá por abril de 2006 --"Fontanarrosa nunca hubiera escrito `Bárbaros, las ideas no se matan`, ¡y menos, en francés! ¡Y en la precordillera! Lo hubiera hecho en algún paredón del barrio Alberdi, o de Echesortu. O en la pared del Club Leña y Leña. Y, en todo caso, hubiera puesto `Fulano, las ideas no se roban`"--, y sumando el respaldo de su colega rosarino Noke, García Campano culminó ayer con el mural que, de ahora en más, permanecerá como un homenaje del barrio (y del club) a uno de sus vecinos más ilustres.

Y si bien la vinculación lógica entre el español y Fontanarrosa tiene puntos de contacto en la condición compartida de dibujantes y humoristas, fue también una situación claramente personal la que terminó de redondear el homenaje plasmado en Sevilla. "Evidentemente gran parte de culpa, de mérito, de haber movido la piedra para este mural, es de Nora, mi mujer, con la que manejamos muchos temas sobre proyectos y trabajos, porque me apoya bastante. Como ella es rosarina, cuando nos enteramos de la muerte del Negro tuvimos un día muy triste, estuvimos apenados y pensamos en hacerle un homenaje. Igual supongo que si no hubiera tenido una mujer rosarina lo hubiera hecho igual, porque lo conocí antes que a ella. A ese tributo lo plasmamos en pared, porque podría haber sido una tira, una historia, pero preferimos recordar la expresión muralista de Argentina, Chile y Sudamérica", repasó el artista.

A partir de esa determinación, García Campano decidió "ponerlo joven, no enfermo, darle una mirada irónica, satírica, que le busca la vuelta a cualquier persona que pase, y con una especie de cajón sastre, donde están todas sus ideas saliendo, nunca guardadas, porque aunque él físicamente ya no nos acompañe, Inodoro Pereyra y Boogie nos acompañarán toda la vida, y Mendieta antes de irnos a una bronca nos dirá que negociemos".

Y así como en Sevilla el proyecto se concretó con la ayuda de la Brigada Muralista que coordina la pintora chilena Ximena Ahumada, en Rosario fue el artista rosarino Noke el que actuó como secuaz. "El Negro era como un maestro, un director técnico del humor gráfico, y hacer el mural es un orgullo enorme", apuntó el rosarino.

Después de iniciar el trabajo el miércoles por la mañana, las pinceladas finales de la obra se cerraron recién pasado el mediodía del jueves, para darle brillo permanente a una de las paredes laterales del Leña y Leña. "El miércoles, justo antes de empezar el mural cogimos un taxi y le dijimos que nos traiga al Club Leña y Leña --relató el sevillano--. El taxista era un hombre mayor, y nos preguntó si todavía existía el club, y mi mujer empezó a contarle sobre la labor nueva que están haciendo. Yo no sabía que era un club histórico, y he cogido la sensación de lo que era para Fontanarrosa. Entonces que pintemos el mural en un club que nombraba en sus relatos, o que estaba enfrente del lugar donde creó sus personajes. Parece que es mágica la labor que hicimos en Rosario, porque en la misma manzana del club viven nuestra ahijada y nuestros compadres. Es tan grande éso que parece que el Negro lo ha hecho queriendo, y no son Noke o Gaspar los que han movido esta bola. El Negro sabía mover los hilos mejor que nadie, y ahora lo ha hecho perfecto".

Figura preponderante en el mural, a Fontanarrosa se lo ve calzando la camiseta de Rosario Central, tal como aparece en la versión que fuera pintada en Sevilla. Y aunque en un primer momento se pensó en evitar rispideces plasmando una adaptación nacionalizada (reemplazando al amarillo por el blanco), finalmente se optó por sostener el carácter originario del proyecto, algo que, según Noke, no debería despertar "estúpidas intolerancias".

"En el barrio el club está cumpliendo una función social y está abierto a toda la gente --analizó el rosarino--. Nadie puede negar que el Negro era canaya, y tampoco que su calidad como persona está más allá de una camiseta. Gaspar es hincha del Betis y también lo considera un verdolaga al Negro. Porque toda persona que te hace feliz, forma parte de tu familia, de tu esencia, de tus sueños, de tu risa. Y un tipo que te hace reír como el Negro, y más con el fútbol, no tiene camiseta. Yo la otra vez posteé en un fotolog al Negro con los brazos levantados y le puse: `Negro, no pudiste jugar en tu Central querido, pero tu recuerdo jugará en la Selección`".

A modo de valor agregado, este segundo mural abre las puertas para volver a ampliar proyecto, a partir de la intención de García Campano de volver a homenajear a Fontanarrosa en España, esta vez bajo la conducción e inventiva de Noke. Por lo pronto, el primer pase en profundidad partió desde Sevilla y ya tuvo su devolución en el Leña y Leña. De intensificarse el intercambio, los homenajes al Negro continuarán y, entre pared y pared, llevarán su figura eterna a nuevos clubes, a nuevos barrios, a nuevos adoradores de su obra.