En el teatro Príncipe de Asturias donde, el sábado a las 21, Carlos Quilici subirá a escena junto a Los Tauras para recorrer las obras incluidas en su Gauchita sueca, placa que eterniza la solidez del quinteto. Completando la doble función, el pianista Sergio Santi se acompañará del bajista Willy Torres, el baterista Jota Morelli, Roberto Ceballos en saxo y Andrés Ludmer en guitarra para mostrar las composiciones del disco que lleva su nombre, y en el que propone líneas de fusión entre el jazz y el folclore argentino.

Consolidado como uno de los grupos con mayor proyección del tango rosarino, Los Tauras --Quilici en bandoneón, arreglos y dirección, Mariano Braun en piano, Carlos Gantus en guitarra, Guillermo Trobbiani en contrabajo y Simón Lagier en violín, y a quienes esta vez se sumará Ricardo Paradiso como cantante invitado-- volverán a presentarse en Rosario a semanas de haber regresado de un nuevo tour europeo. En ese marco, la aparición de Gauchita sueca se ofrece como otro envión anímico para el quinteto que lidera el bandoneonista.

"Que el disco haya sido seleccionado -dijo-, y que se haya editado con un buen laburo de gráfica, prensa y difusión, siempre es bueno, estimula. Como también las giras que hacemos en el exterior. Ahora volvimos hace un mes, e incluso el disco lo presentamos antes afuera que acá. Son las cosas que te generan un poco de entusiasmo para seguir porque, seamos sinceros, el laburo acá no abunda".

Si de estímulos se trata, las palabras que Jorge Riestra y Rodolfo "Cholo" Montironi aportaron al libro interno del disco (ver recuadro) resaltan la labor de Quilici y sus Tauras. "Tanto Jorge como el Cholo son dos referentes, uno de las letras y otro de la música. Jorge es muy tanguero, y me pasó el tango `De café en café` que está en el disco, que es de Tucho Spinassi, un amigo de él que no es tan recordado, pero es uno de los grandes músicos que tiene Rosario", reconoce.

En relación a las obras incluidas en la placa, Quilici explicó que "hay desde tangos clásicos conocidos hasta tangos de otra época y que están fuera del circuito de difusión". "Y también siempre meto composiciones mías, e incluso hay un par de cosas de compositores rosarinos", distinguió. Frente a la diversidad estilística y temporal de obras como "La cumparsita", "Flaco Aroldi" de Piazzolla, "Cuesta abajo" de Gardel y Lepera, "Japón... Japón..." de Fernando Tell o "Recuerdo" de Pugliese, Los Tauras logran otorgarle una unidad estética.

En ese sentido, Quilici admitió: "Eso es lo que busco, aunque es lo más difícil de lograr. Con un material así, heterogéneo, lograr darle una unidad estética es un poco la búsqueda, y creo que estoy en la senda". En paralelo, al momento de generar sus propias composiciones el bandoneonista pretende que corran con libertad: "Dejo que me salga de acuerdo a lo que viene, y creo que eso es lo más auténtico para lograr una determinada línea o un estilo. Por comentarios que me han hecho, o porque yo mismo lo noto, sí tienen algo en común, o sea que se ve que tengo una línea para componer. Pero no es adrede, sino que viene solo".

Mientras tanto, el cierre del concierto estará a cargo de Sergio Santi, que interpretará algunas de las once canciones que nutren a un disco que lleva su nombre, y que fuera grabado entre 2003 y 2005. "Me llevó dos años grabar el disco, y el tiempo tiene que ver con la falta de dinero cuando las cosas se hacen a pulmón --expresó a Rosario/12--. Aparte es un tanto pretencioso porque es una música para la que se necesitan músicos bastante capacitados. Quería que toquen músicos buenos, y por eso estuve en la búsqueda de músicos que a mí me gustan, y con los cuales podía lograr llegar a lo que yo quería. Y por suerte estoy muy conforme".

La conformidad de Santi tiene que ver con la participación de un listado de artistas que incluye a los citados Torres, Morelli y Ceballos, Juancho Perone en percusión, en guitarras Claudio Bolzani, Marcelo Stenta y el marplatense Jorge Armani (habitual acompañante del trompetista Fats Fernández), Susana Rinesi en flauta y David de Gregorio en voces. Ante ese listado, el tecladista y compositor se ocupa por resaltar el carácter desinteresado de las colaboraciones: "Les gustó formar parte de él".

Las creaciones de Santi están cargadas de una fusión que hace su eje en la combinación de jazz y folclore. "Yo no soy un músico de jazz, y tampoco de folclore, pero toda la vida me sedujeron las armonías del jazz. Además yo soy de la década del 60, una época donde se difundía mucho folclore. Y toda mi vida escuché jazz fusionado, jazz rock. Después de los Beatles escuché rock sinfónico y después seguí con la música de fusión, con Weather Report, Pat Metheny, Yellowjackets. Entonces desde hacía años yo tenía en mente poder hacer una fusión, ampliar todo eso que me había formado y con lo que había aprendido, pero poder hacer algo con un color de acá. Alguien puede decir que las armonías son extranjeras, por así decirlo, pero hay una modalidad que es de acá, y es lo que estaba buscando", explicó.

El compositor tenía claro cuál era el espectro a explorar: "Tengo mucho más simpatía con el folclore que con el tango. Pero no soy el único que ha hecho esto, muchos músicos de jazz están metiendo alguna cuestión del folclore, pero yo quise hacer la mía. A ver si logro una alquimia diferente. Con este disco aprendí bastante, me gusta, me siento cómodo y pienso seguir componiendo".