"Adentro hay toda una geografía, toda una historia..., no sé, diferentes", advierte Concepción Bertone antes de soltar su libro, el último, un libro en el que, paradójicamente, su nombre no aparece sino para presentarlo. Claro que apenas uno se adentra en la lectura de Las 40. Poetas santafesinas 1922--1981 descubre que la advertencia es retórica; el territorio es el mismo, es la mirada la que cambia.

"Quise que se escuchara la voz de las poetas que tiene Santa Fe, que el lector pudiera mirar con sus ojos. Y es que la mirada de estas mujeres forman un coro tan maravilloso que me parecía un egoísmo mayúsculo no compartir la experiencia de leerlas con el mundo", dice la poeta. Una breve biografía, un texto en el que cada una habla sobre la experiencia de escribir y una selección de poemas recorre cuarenta voces imprescindibles de la poesía santafesina.

"Quise proponer una visión amplia en cuanto a cantidad, tendencias y lugares de la provincia. Quería que el libro reflejara esa historia, esa enorme riqueza poética que tenemos, y que no conocemos", agrega la autora de El vuelo inmóvil (1983) y el más reciente, Aria da Capo (2005), entre otros. "Las conozco a todas. Lo increíble es que la gente no las conozca. Inclusive hay muchas que no se conocen entre ellas".

De Beatriz Vallejos (1922) a Gina Valenti (1981), pasando por Clara Rebotaro, Marilyn Contardi, Susana Valenti, Celia Fontán, Diana Bellesi, Mirta Rosenberg, Graciela Ballestero, Claudia Caisso, Beatriz Vignoli, Sonia Scarabelli y María Paula Alzugaray, la compilación reúne a tres generaciones "íntimamente" ligadas a la poesía.

"Hoy en este país, en esta ciudad, es imposible vivir de la poesía. No se puede. Menos si sos mujer. La mayoría de las poetas que figuran en esta compilación trabajan como docentes, artistas, escritoras, periodistas. Como me pasa a mí. Por eso siempre digo que para mí la poesía es el lugar donde soy libre, donde no hay obligaciones".

La pregunta aparece como obligada ante esa permanente alusión a lo femenino.

--¿Hay una poesía "femenina"?

--Creo que hay una voz femenina. Yo no soy feminista, pero sí creo que hay una mirada de la mujer que es bien distinta de la del hombre. Pero además la de este libro es una mirada femenina muy amplia; hay aquí una mezcla de sangres, de historias, de pensamientos, de silencios.

--¿Qué la movilizó a pensar esta antología?

--Creo que hay dos hechos que funcionaron como disparadores. El primero fue un encuentro de poesía en el que querían invitar a gente de Santa Fe. Pidieron nombres y que les enviaran trabajos a ver si las invitaban. Me pareció una falta de respeto. ¿Cómo alguien que organizaba un festival de poesía no conocía a estas voces increíbles de Santa Fe, tan cerquita? Me di cuenta que no había ninguna compilación que hablara de la poesía de las mujeres santafesinas. Y que había que hacerlo urgente. De hecho, el año pasado murió Beatriz Vallejos y mientras estaba armando el libro, también falleció Elda Massoni. El otro hecho tiene que ver con el pedido de una investigadora del Conicet que vive en Santa Fe y que estudia la poesía de Aldo Oliva y la mía, y que, cansada de buscar mis libros, finalmente me contactó. Le tuve que decir la verdad: que son inhallables, que la poesía y sobre todo la que hacemos las mujeres, y más la de las mujeres que no vivimos en Buenos Aires, se imprime a cuentagotas. Hice esta antología, no para sentirme satisfecha, ni para que cada una de las poetas tenga un ejemplar en su biblioteca. Esta antología va a ir a todas las bibliotecas y a todas las escuelas. Y en las librerías por supuesto. Este libro es un mojón en muchos sentidos. Es, por ejemplo, el primero que hacen de manera conjunta el gobierno de la Provincia, la Municipalidad de Santa Fe y la Universidad Nacional del Litoral. No sé cuantos proyectos han contado con el apoyo de las tres instancia de gobierno al mismo tiempo. Creo que con este libro se da un gran paso en muchos sentidos. Ojalá sea el comienzo de algo.