Mié 14.12.2005
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CULTURA / ESPECTáCULOS

Rosario demostró que el teatro será experimental o no será nada

Experimenta 7 Teatro reunió a elencos internacionales de gran solidez y permitió cotejar similitudes con los grupos locales.

› Por Julio Cejas

Del 7 al 13 de diciembre, el Grupo Laboratorio de Teatro El Rayo Misterioso llevó adelante la séptima edición del Experimenta Teatro Encuentro Internacional de Grupos. Totalmente empecinado en demostrar que sigue teniendo la mística y el empuje de hace once años, el grupo que dirige Aldo El﷓Jatib cumplió con sus objetivos y sostuvo un espacio que tiene más repercusión a nivel nacional e internacional que en la misma ciudad donde se gesta. El hecho de que la apertura de una movida de estas características estuviese a cargo de un representante de la dramaturgia argentina de la importancia de Roberto Cossa, habla por sí solo de la concepción ideológica de este grupo.

En su charla "Muerte y Resurrección del Dramaturgo", Tito Cossa, recientemente homenajeado por la Universidad Nacional del Litoral en el Segundo Argentino de Teatro, volvió a ratificar su compromiso con un oficio que a pesar de los cambios de rumbo de los últimos años sigue siendo una de las piezas claves de la producción teatral.

En las dos primeras jornadas dentro del "Ciclo de Teatro de Rosario" pudo verse Hamlet o la Ratonera del grupo anfitrión con dirección de Aldo El﷓Jatib; La Naranja partida de los Grupos Par 5 y La Estación, con dirección de Cacho Palma; Polvo de Hadas del Grupo "Vamos que nos vamos" dirigido por Alejandro Casavalle y Naturaleza muerta escrita y dirigida por Juan Hessel. Cuatro producciones a las que en principio se había sumado Medea, dirigida por Gustavo Guirado, y que a último momento se bajó de la programación, cuatro expresiones que son una muestra de las diferentes líneas de abordaje del teatro que se produce en la ciudad.

Apelando al rigor que caracteriza la mayoría de los productos de El Rayo Misterioso, esta nueva producción surgida de uno de sus últimos talleres da cuenta de un texto emblemático que es adaptado y sintetizado sin perder ninguno de sus componentes vitales. En la estrategia de El﷓Jatib esta verdadera compilación del texto de Shakespeare es el plato preparado para que los internos de un hospicio sorprendan a los visitantes. El tema de la locura se instala en el centro de la escena y el espacio dramático se transforma en una ratonera por la que se deslizarán estos seres obligados a representar una tragedia que se repite.

En La Naranja Partida se intenta, a través de un itinerario fragmentado, volcar diferentes cruces entre algunos mitos históricos y el universo femenino. Un trabajo donde Cacho Palma recupera una de sus modalidades preferidas: la creación colectiva, metodología que le sirve más al grupo que al resultado final de este trabajo que se satura de infinidad de signos distanciando por momentos una participación más intensa del espectador dentro del ritual.

A nivel de experimentación la propuesta del Grupo "Vamos que nos vamos" se destacó por la fusión de un grupo de teatro infantil que convocó al reconocido director porteño Alejandro Casavalle para dar cuenta de un inédito texto de la nueva dramaturgia mexicana: Polvo de Hadas. La puesta se apropia del texto del joven dramaturgo mexicano Luis Santillán, reconstruyendo un espacio ficcional donde cohabitan el desparpajo de tres adolescentes enfrentadas a su destino y el obstinato de "una muerte anunciada".

Por su parte el dramaturgo y director rosarino Juan Hessel volvió a ratificar lo potente de su búsqueda dramática con su ya reconocida Naturaleza muerta. Una historia de mujeres que se atraen y se rechazan, un compendio de insinuaciones a partir del juego establecido entre los marcos acotados de un living derruído y aséptico. Las actrices Adriana Frodella, Jorgelina Santambrosio y Adriana Sabbioni se cargaron en sus espaldas el desafío de un trabajo que compromete sus cuerpos al borde máximo de sus energías.

La muestra internacional reunió a elencos de gran solidez y permitió como ocurre todos los años en cada edición del Experimenta, cotejar las diferencias y similitudes con la estética de los grupos locales. El grupo "O Clube Teatro e Variedades" de la ciudad brasileña de Belo Horizonte llegó con su particular enfoque de una familia típica de clase media.

Días de verano, con dirección de Rita Clemente, se apoya fundamentalmente en la capacidad de los actores y en la ingeniosa utilización del espacio escénico atravesado por una especie de gran alfombra en la que los personajes dibujan diferentes itinerarios que cierran o abren imaginarias puertas. Con una estética casi naiff, los brasileños reciben al espectador en la sala, ataviados de rigurosos trajes blancos y proponen un espectáculo con ciertos climas cinematográficos que apuesta a un final esperanzado.

De Francia llegó el "Collectif Quatre Ailes" con una de las puestas en escena más ambiciosa del Encuentro: Sir semoule ou l'homme revé; codirigida por Michael Dusautoy y Damien Saugeon. Un espectáculo que mixturó las diferentes disciplinas que maneja este grupo: video, música, clown, trabajo con objetos; todo al servicio de una performance que se ralentó por momentos al depender de los puntos de cocción de un preparado de azúcar que eslabona gran parte de la obra.

No podía faltar a la cita de un Encuentro internacional de esta magnitud un espectáculo de teatro﷓danza y esta categoría estuvo representada por la fusión de dos elencos "Teatre De L`ull" y "Krisis Teatro Danza" de la localidad española de Valencia con la obra Esperando﷓T. Un sólido grupo de bailarinas y actrices dieron cuenta una vez más del universo femenino a la luz de una angustiante espera trabajada con tonos de humor y con pinceladas al mejor estilo almodovariano.

Completando la grilla internacional el Grupo "Farm In The Cave", de Praga (República Checa), presentó una demostración escénica de sus últimos trabajos, que recordó en parte los espectáculos del "Odin" de Dinamarca.

Recuperando tradiciones y aspectos no conocidos de las culturas marginales, el grupo dirigido por el creativo Viliam Docolomansky basó su trabajo en el aprovechamiento de la música como factor aglutinante de una propuesta dramática que tiene mucho del teatro antropológico de Eugenio Barba.

El final reservado para una de las puestas emblemáticas de El Rayo: Muz, fue una síntesis de los logros alcanzados por este grupo y la reafirmación de que su metodología sigue generando productos que se revitalizan con el tiempo.

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