Cuando en los años 80 el rock español cobró visceralidad --a partir de la aparición de bandas como Eskorbuto, La Polla Records y Siniestro Total, entre otras-- géneros como el punk y el hardcore empezaron a mezclarse y a influenciar a las nuevas agrupaciones que alimentaban esa escena creciente. A mediados de la década nacía Reincidentes, grupo que desde sus orígenes apostó a letras contestatarias en una línea que encontraba puntos de contacto con el radicalismo vasco de Fermín Muguruza. Con el correr de los años el grupo se convirtió en una referencia para algunos grupos argentinos, aunque fue recién en 2000 cuando la banda sevillana tuvo su primer desembarco en Buenos Aires. Desde entonces las visitas fueron más asiduas, aunque la reciente edición de América, canciones de ida y vuelta le da otro carácter al retorno de los Reincidentes, que esta noche participarán del Resistance Tour, encuentro que se desarrollará desde las 17 en el Galpón 11, y que sumará a Carajo y Attaque 77 como grupos centrales.

En diálogo con Rosario/12, el cantante y bajista Fernando Madina Pepper destacó el peso que la decimoquinta placa del grupo ha cobrado en esta nueva visita del grupo: "Es una manera especial de venir, porque el disco evidentemente tributa a la música de todo el continente. Es un disco diferente, un disco de versiones que está muy vinculado con la cultura de aquí".

Carente de letras propias, el material no deja de estar atravesado por el carácter político e ideológico que el grupo español le imprime a toda su obra. En ese sentido, la selección de temas es en sí misma una declaración de principios, reuniendo obras como "Yo pisaré las calles nuevamente" de Pablo Milanés, "La memoria" de León Gieco, "Todos juntos" de Los Jaivas o "Playa Girón" de Silvio Rodríguez. "La música que escuchábamos de pequeños, aparte de rock, era de Silvio Rodríguez o Pablo Milanés --admitió Madina Pepper--. Además cuando sacas un disco de versiones creo que tienes que ser capaz de firmar la letra, de asumirla. Además el mensaje es una cosa que es básica para nosotros, es el cincuenta por ciento de una canción".

La mención a nombres como los de Rodríguez y Milanés no es casual y, de hecho, la primer visita de Reincidentes a América fue a principios de los 90, cuando desembarcaron en Cuba mientras en Sevilla se desarrollaba la Exposición Universal por el quinto centenario del descubrimiento. "Mientras el rey estaba inaugurando la expo en Sevilla nosotros estábamos tocando en un acto en México justamente por lo contrario", recordó el cantante. Desde entonces, la persistencia de Reincidentes en su línea política no ha claudicado, a pesar de que, a simple vista, su lucha artística no haya arrojado grandes resultados a nivel global. Sin embargo, el grupo sigue firme en sus convicciones: "No te podés rendir. Después los pequeños granitos de arena no se notan en el momento, pero todo tiene que llegar poco a poco. Nosotros lo que podemos hacer es aportar nuestra humilde parte para que se transforme esta sociedad en un camino de más justicia, más libertad e igualdad".

Con esos preceptos, la banda continúa aportando a una escena española activa, que descubre puntos de contactos con el rock argentino. "Es una pena que no haya fluidez en el traspaso de comunicación, de ideas, de propuestas musicales. El rock español ha gozado, desde siempre, de una salud excelente a nivel creativo. Hay circuito, se toca mucho, hay mucho festival. Lo único que lo diferencia con el rock de aquí es que quizás los medios de comunicación no apoyan tanto al rock. El rock no forma parte de la cultura de los medios de masas".

En tren de similitudes, Reincidentes participa de un movimiento similar a la Unión de Músicos Independientes que en Argentina nuclea a cientos de bandas de distintas ciudades argentinas. "Varias bandas españolas hemos formado nuestro propio sello, que se llama Realidad Musical y es una especie de plataforma de autoedición. Ahora nos sentimos más a gusto, y no sólo a nivel ideológico, sino que Realidad Musical puede despertar la conciencia a otras bandas, para que puedan ver que la unión hace la fuerza", apuntó el cantante, que concluyó: "Creo que el modelo se está agotando. Las discográficas han logrado que la música se convirtiera en un objeto de consumo equiparable exactamente a cualquier otro, y va a costar mucho revertirlo. El componente arte se le ha quitado y se lo convirtió en lo mismo que un helado o una bolsa de patatas".