Amparadas por el afán de búsqueda que impregnaba a los artistas reunidos en el grupo Músicos Independientes Asociados, las jóvenes Liliana Vitale y Verónica Condomí comenzaron a experimentar con el formato de dúo vocal a fines de los 70. Danzas de Adelina en 1981 y Camasunqui, editado tres años más tarde, fueron los resultados discográficos de ese proyecto que, con mayor o menor visibilidad pública, siempre se mantuvo en pie. A punto de publicar un nuevo trabajo, la dupla llegará esta noche a la sala Lavardén con un show marcado por la improvisación, y que recupera parte de aquellas primeras experiencias, según adelantaron las cantantes a este medio.

"Hubo muchos años y muchas músicas desde nuestros primeros pasos, que es lo que está en los dos vinilos que editamos en los 80, y que son un poco el coletazo de lo que empezamos a gestar siendo parte del grupo MIA. Pero en el interín más que nada fue profundizándose una relación más de amistad, de la vida, en donde siempre la música estuvo y hubo también un lugar para cantar. Sobre todo a partir de la salida del Cd que contiene estos vinilos. Eso fue en 1998 y empezamos a juntarnos todas las semanas, como un rito casi", comentó Vitale.

Y completó: "A veces hubo años en donde directamente no cantamos en vivo, pero siempre el espacio del dúo estuvo. A veces era para cantar, a veces para tomar mate, pero siempre estuvo esta cosa sostenida a través del tiempo. Y en los últimos tres años empezamos a cantar más seguido a partir de la invitación de unos amigos que tienen un pub muy lindo en Buenos Aires, que se llama Vaca Profana. Como nos juntábamos para cantar a veces revisitábamos las viejas músicas del dúo, y empezaron a aparecer canciones nuevas que arreglamos en el momento, y hubo una gran parte del show que se trató de improvisar. A partir de ese momento, las improvisaciones en los recitales ocuparon un lugar más grande, como enlazando las otras músicas. Entonces empezamos a grabar algunos recitales, que es lo que ahora estamos mezclando para ver si sacamos algo de esta etapa presente del dúo".

Si hay algo entonces que atraviesa a este nuevo período es ese carácter de improvisación que le impregnan a cada actuación. Al respecto, fue Condomí quien anticipó: "Hay tres cosas en el concierto. Por un lado canciones que a las dos nos gustan, que son parte de nuestra vida afectiva-musical. Hay también composiciones hechas especialmente para el dúo y están las improvisaciones libres, momentos musicales donde las dos estamos improvisando sin saber bien qué, con ese riesgo que implica improvisar. A mí me divierte y me encanta cantar con Liliana, entonces la improvisación me genera un condimento de diversión muy apasionante".

Por su parte, Vitale explicó que "es un juego de dos voces a capella, con algo mínimo de percusión como para sostener algo, donde la gente se va a encontrar con algunas canciones que han surgido en los últimos tiempos, pero también con algunas músicas del dúo, de lo que está grabado, de los contrapuntos que en su momento compuso Vero para las dos".

"Lo distinto me parece que tiene que ver con esto que hace que seamos mujeres las que cantamos y no dos nenas, como éramos --resaltó--. Las voces tienen otra madurez. Cada una hizo un montón de cosas en el camino, y hoy estamos disfrutando muchísimo de este encuentro juntas".

Este relanzamiento público del dúo se enmarca en un momento positivo para la música popular argentina, algo que Condomí reconoció en su diálogo con Rosario/12, aunque destacó: "Creo que en este momento hay más mucha más música de la que se conoce. Hay mucho a lo cual no tenemos ni acceso. La Argentina es un país que potencialmente tiene a grandes compositores que todo el tiempo están fluyendo y sacando montones de cosas. Por ejemplo, tuve el gusto de cantar con Juan Quintero y Luna Monti en un tema de mi último disco, y la verdad es un placer disfrutar la música con ellos, o con el Negro Aguirre, con Raly Barrionuevo. Pero también es un gusto disfrutar de esa que no es tan conocida ni tan masiva".