CULTURA / ESPECTáCULOS › TEATRO. "AQUARIM", LA MEGAOBRA QUE PODRá VERSE DESDE EL PRóXIMO FIN DE SEMANA
En la trama, se desarrolla una historia épica en la que dos pueblos (Abyayala y Amaimán) se enfrentan por un recurso tan básico como el agua. Teatro aéreo, danza y música en vivo, en un espectáculo pocas veces visto.
› Por Edgardo Pérez Castillo
Convencido de que el teatro rosarino debe crecer a partir de los desafíos, Damián Ciampechini se lanzó a un nuevo mega-proyecto. Porque a partir del trabajo realizado con la trilogía "Las Polacas", el director tomó dimensión de las posibilidades de llevar adelante una producción de gran escala. De hecho, buena parte del elenco de aquella trilogía se incorporó a "Aquarim", la obra que el próximo fin de semana se instalará en el Galpón 11. Allí, un centenar de artistas desarrollarán tres funciones de una historia épica en la que dos pueblos (Abyayala y Amaimán) se enfrentan por un recurso tan básico como el agua. Teatro aéreo, danza, música en vivo y un despliegue escénico inédito para producciones locales nutren al espectáculo, que se pondrá en escena viernes, sábado y domingo a las 22.
En diálogo con Rosario/12, Ciampechini reconoció la ingerencia que su anterior producción tuvo de cara a la gestación de este flamante proyecto: "Con Las Polacas investigamos tres espacios distintos, fue la primera vez que se hizo una obra arriba de un barco navegando. Estoy en una etapa de investigación donde me interesa buscar nuevos espacios, nuevas formas de hacer teatro. Creo que el teatro tiene un gran problema, porque las salas locales no tienen público, se trabaja para pocos espectadores. Entonces hay que tratar de ver cómo hacer un trabajo a la altura de Buenos Aires. Y creo que se logró, Las Polacas tuvo una buena repercusión, y fuimos invitados para abrir el Festival Nacional de Teatro en Mar del Plata hace dos meses".
"Venía con la idea de hacer algo medianamente épico, y quería trabajar con un grupo grande. Que no es fácil, pero acá trabajamos con cien artistas y mezclamos teatro aéreo, teatrodanza, hay cantantes. Es difícil, pero se puede hacer, porque está la buena predisposición de los que trabajan", agregó el director, que una vez cerrada la idea general de la obra convocó a un nutrido grupo de directores. Así, Juan Carlos Capello y Armando Durá tienen a su cargo la dirección de cada uno de los pueblos, Mauricio Marc coordina el teatro aéreo, Darío Castañeda hace lo propio con el teatro danza, Damián Cerdá asume la conducción de la música, José Lo Celso en iluminación, Marta Zonca en dirección de arte y Marita Morosano en maquillaje. En total, son más de cien los artistas que participan de una puesta independiente donde se cruzan distintos estilos y códigos escénicos.
A partir de ese inmenso caudal de participantes, Ciampechini vio limitada la oferta de salas donde llevar a cabo el proyecto. El Galpón 11 de Sargento Cabral y el río fue el único que cubrió las necesidades. En tanto, el director precisó: "Más allá de que es un espacio grande, con mucha cantidad de gente, los espectadores no van a ver lo mismo. Porque la obra se desarrolla en tres espacios. En dos de ellos están los pueblos, y los espectadores van a tener que optar por ver la vida de un pueblo o del otro, que son historias que se desarrollan en paralelo y en simultáneo, son dos obras trabajando al mismo tiempo. Después todos se juntan en un espacio neutral, donde se desarrolla la batalla. Ahí van a haber dos puntos de vista distintos".
"No hay buenos y malos, sino dos realidades detalló. Hay un pueblo que vive a la vera del río, y el otro que se quedó sin abastecimiento de agua. Entonces toma la decisión de ir a conquistarlo para quedarse con la poca agua que queda. La obra la ubicamos en el Siglo XXV, por astrología en ese período está dada la era de su Acuario. Nos la planteamos como una obra retrofuturista, no es la evolución de la máquina, la pólvora o la computación. Tampoco es una decadencia cultural, pero tiene más que ver con lo que se planteaba en la película Mad Max, donde el hombre por querer evolucionar terminó devastándose y volvió a lo tribal. Las personas subsisten en un mundo semidevastado".
Después de la buena repercusión lograda con Las Polacas, Ciampechini redobló la apuesta con un espectáculo que no se encuadra en las producciones típicas del teatro regional. "En Rosario hacer una producción con dos mil pesos es difícil, porque no sabés si lo recuperás. Acá estamos en lo mismo, solamente que las cifras son impresionantes. La gente del ambiente me pregunta cómo hago, y sinceramente no lo sé, no tengo un modus operandi".
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