CULTURA / ESPECTáCULOS › VILMA PALMA E VAMPIROS VOLVIó A OíRSE COMO EN LOS AñOS 90
La banda que lidera el Pájaro Gómez ratificará mañana, a las 21, su poder de convocatoria. La versión en vivo de El auto rojo se convirtió en un nuevo hit. Ellos aseguran que hay una sola explicación: puro trabajo y tenacidad.
› Por Edgardo Pérez Castillo
De por sí difícil de analizar, el carácter "popular" de la música presenta, además, fenómenos inexplicables. Es el caso de Vilma Palma e Vampiros, el grupo rosarino que a principios de los 90 explotó en las radios con el pegadizo "La Pachanga", trampolín para que la banda liderada por el Pájaro Gómez comenzara a escribir una historia cargada de números abrumadores. Porque desde aquel hit, sumaron una decena de discos con los que superaron el millón de unidades vendidas, y se transformaron en un número codiciado para los productores que cortaban decenas de miles de entradas en los cientos de shows que ofrecieron por Centroamérica, Colombia, México, Estados Unidos y varios etcéteras. Rosario, mientras tanto, parecía haberse olvidado de un grupo que fue resistido por pares y críticos. Al menos hasta ahora: con la reciente versión en vivo de "El auto rojo", VPeV se reinstaló en el oído popular, y es prácticamente un hecho que el concierto que mañana a las 21 brindarán en La Florida volverá a posicionarlos como la banda más convocante de la ciudad.
Y si bien no le resulta sencilla, para el Pájaro Gómez la explicación está en la persistencia del trabajo: "Nosotros no paramos nunca de tocar. Obviamente al estar tocando afuera, por ahí hay gente que no sabe lo que pasó. Entonces creo que lo que está pasando ahora con el grupo es un fenómeno de consecuencias que nos llevan a vivir este momento. Acá nadie hizo sonar las canciones en la radio, nadie lo digitó, ni tampoco fuimos nosotros a pedir que pasen los temas. Esto se dio solo. A los chicos de hoy en día les gusta mucho `El auto rojo`, lo toman como si fuera un tema nuevo, pero es un tema de nuestro segundo disco, de 1993. Es un momento muy lindo, estamos muy felices, porque tenemos mucho trabajo y está bueno vivirlo. Por ahí creo que es el premio a no dejar la banda".
De aquellas primeras épocas sólo cuatro miembros persisten en el grupo, que se disolvió cuando a principios de 2000 Gómez y Largo (bajista fundador) emigraron a los Estados Unidos. Estos, entonces, son tiempos de revancha para la banda, que nunca encontró un correlato local con lo que ocurría en el extranjero. Algo que, sin embargo, no molesta al cantante, que privilegia a la ciudad por sobre el éxito comercial: "A mí no es un tema que me preocupa. Me parece que las cosas se dieron porque se tienen que dar. Cuando nos fuimos a Estados Unidos fue como consecuencia de que no estábamos bien entre nosotros. Habíamos sacado 7 que es un disco que al día lo escucho y me encanta. Me acuerdo que íbamos a hacer notas a los medios en Buenos Aires y estaban todos con la muerte de Rodrigo. Entonces nos fuimos a Estados Unidos con Largo, estuvimos viviendo en Miami, después en Los Angeles, grabamos nuestro octavo disco, hicimos infinidad de shows y a fines de 2003 pegamos la vuelta, porque se extrañaba muchísimo".
Ya de regreso, el grupo sumó a cuatro nuevos integrantes y se reencontró con el éxito gracias a su último lanzamiento, un DVD grabado en vivo en Buenos Aires: "Todo fue de menor a mayor, es difícil de explicar, pero acá lo importante es que la gente lo haya tomado como una cosa suya. Porque hoy Vilma Palma a lo mejor no es un grupo mediático, que tenga pantalla de exposición. Creo que acá hay un fenómeno en el que los chicos escucharon las canciones, las bajaron de internet, se compraron el disco o lo piratearon, empezaron a escuchar y se masificó. Es un fenómeno medio raro, pero creo que también es muy merecido porque nunca dejamos de apostarle. En mi caso yo formé esta banda para que sea para toda la vida. Son 18 años de carrera, y el premio lo ves".
La perseverancia, además, se traduce en el sostenimiento de una fórmula musical. Porque el grupo volvió al ruedo sin hacer grandes cambios a aquellas viejas canciones, conquistando a nuevos públicos que, a pesar del tiempo transcurrido, volvieron a morder el anzuelo. "Es difícil explicarlo --admite Gómez--. No sé cuál es el factor. Me parece que `Auto rojo` es como fue `La Pachanga` cuando salimos nosotros, está pegando más que lo que pegó cuando salió el disco. Ahora con esto que está pasando tenemos la suerte de poder volver a trabajar de vuelta a El Trébol, Marcos Juárez, toda la zona de influencia de Rosario. Y es terrible, los lugares se llenan y son todos pibes. El otro día se subió conmigo una nena de cinco años a cantar `La Pachanga`. Es un fenómeno al que no le encuentro explicación. Lo bueno es que el grupo suena muy bien, con mucho power y eso hace que los pibes que nos van a ver se copen con los recitales. Entonces la cosa se va moviendo, pero todo a pulmón".
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