CULTURA / ESPECTáCULOS › EL GRUPO SOTAVENTO ESTRENA LA OBRA INVENTEMOS EL VIENTO
La propuesta se presenta este domingo, en la Isla de los Inventos. A partir de muñecos, cuenta la historia de un niño que debe trabajar en la calle, en un semáforo, y devela su relación con otra niña, con un pájaro y su fantasía.
› Por Por Julio Cejas
El Teatro de títeres Sotavento, creado y dirigido por María Celia Fernández, anuncia su próximo estreno, Inventemos el viento, que podrá verse todos los domingos de mayo y junio a las 17 en la sala Amma de calle Urquiza 1539. Fernández invitó para esta nueva propuesta a Andrea Montoya y a Elena Guillén, que también se encargó de la dirección. Las tres dialogaron con Rosario/12. "Teníamos ganas de trabajar con títeres de mesa, dándonos todo el tiempo necesario", comenta la creadora de Sotavento. La primera en sumarse al proyecto es la titiritera Andrea Montoya que es diseñadora e ilustradora y profesora Superior de Teatro de Títeres, recordada por su participación en la compañía Caray Carape, donde diseña los muñecos de la exitosa Morocco Club.
"Entré en contacto con Maria Celia -afirma Montoya- en el Centro Cultural de San Lorenzo, donde doy clases, y fui invitada a participar del desfile de muñecos del Festival Nacional de Títeres De viajeros y soñadores, hasta que llegó la posibilidad de participar de esta nueva obra en la actuó no solo como titiritera sino construyendo en conjunto los títeres".
El tema de Inventemos el viento son los chicos que trabajan en la calle. Según Fernández, partieron de la idea de hablar de esos chicos que se hacen invisibles en los semáforos, esos que de tanto ver terminamos por no verlos y que están incorporados al paisaje de la ciudad. "Juancito es un chico que vende diarios en un semáforo, y a partir de él se va desarrollando una historia que le pasa en un día, rompe un vidrio, se encuentra con una nena que vende flores, a pesar de que se las arregla solo puede cuidar a otro, a un pájaro que nace y puede dejarlo volar aunque vivan juntos muchas cosas".
La tercera protagonista de Inventemos el viento es la actriz Elena Guillen (Como la Gioconda, Una mujer con sombrero) que fue la creadora de Budinetta, un personaje con el que desarrolló la técnica de clown y que ahora le sirve para ser la directora de esta propuesta. "Me encuentro con Maria Celia colaborando en algunas puestas con títeres y recibiendo su asesoramiento en trabajos con chicos en los que utiliza los títeres".
A la hora de dar cuenta de ésta, que es su primera ópera prima como directora, Guillen rescata su experiencia con la técnica actoral del clown donde encuentra muchos elementos en común con la presencia de los muñecos en escena. "Los protagonistas en una obra de títeres como ésta son los muñecos y los titiriteros son protagonistas en la medida que los títeres tengan vida, los títeres constituyen una disciplina dentro de la expresión dramática que requiere una gran exigencia técnica, es muy ardua y árida y que no debe quedar de lado", comenta la flamante directora.
Todas destacan el tema de la dramaturgia, un aspecto no muy cuidado en las obras escritas para títeres y allí aparece el nombre de Silvina Reinaudi, que fue convocada para el asesoramiento en títeres y dramaturgia. "Me parece fundamental haberla convocado a Silvina para la dramaturgia que es otra pata muy importante ya que implica la narración de cualquier historia a partir de los muñecos, ella tiene una gran experiencia en escribir para títeres", agrega Guillen. Reinaudi, de activa participación en televisión (Café con Canela, Vivitos y Coleando y Cablín) recibió en el 2001 el Premio ACE por Sietevidas, la vuelta del Gato, y en el 2003 el"María Guerrero" a su trayectoria en el espectáculo infantil.
"La mirada de Silvina desde afuera -comenta Fernández- mantiene la objetividad que a veces uno va perdiendo, ella llega de Buenos Aires cada dos meses y supervisa nuestro trabajo a partir de su oficio". Por su parte Guillen recupera el lugar que tiene la dramaturgia en toda expresión artística, porque "primero está el deseo de lo que uno quiere narrar, después están las herramientas y el lenguaje; los títeres son un lenguaje muy seductor porque habilitan la posibilidad de entrar en el terreno de lo imaginario con más facilidad, por eso tiene tanta fuerza con los chicos y con los adultos también, pero para que eso pase es necesario que el muñeco se transforme en un objeto animado".
Reflexionando acerca del lenguaje de los títeres, Fernández considera que el títere "no puede contar todo, y habla por lo que no se cuenta, por lo que no se ve, por lo que falta, es insoportable un títere que esté contando todo el tiempo, no es una persona de verdad, es una síntesis".
Puesta a reflexionar sobre el tema elegido, la directora lo considera un tema "difícil", ya que es doloroso aceptar que en esta sociedad una niña deba trabajar para poder subsistir. "Uno se pregunta dónde se planta frente a esto, nosotros intentamos hacer un recorte en la vida de ese niño que uno ve en tantas esquinas, en tantos lugares, poder mirar un instante de su vida y comprobar que tiene los mismos deseos y recursos emotivos que cualquier otro niño. Su fantasía es un recurso para apropiarse de este mundo, rescatar la amistad que para él es tan valiosa como para los otros chicos de cualquier clase social".
Inventemos el viento fue premiada en el Concurso de Coproducciones 2008 que organiza la Secretaría de Cultura de la Municipalidad, y contó con el aporte musical de Esteban Seso, que compuso la música original. A manera de preestreno, la obra se presentará el domingo a las 17 en La Isla de los Inventos, y pasará a la Sala Amma (ex sala de La Cooperación) de Urquiza 1539, donde podrá verse todos los domingos de mayo y junio.
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