Marcelo "Gillespi" Rodríguez está volviendo a las bases. Lejos de escudarse en el poco preciso rótulo de "trompetista de jazz", desde hace poco más de un año se rodeó de músicos que le permiten retomar algunos de los conceptos que, por los 80, lo llevaron a compartir escenario con Luca Prodan. A punto de editar un nuevo disco, Gillespi llegará hoy a Willie Dixon acompañado por sus viejos secuaces Patán (teclados) y Cabra (voz), más los responsables del giro rocker: Norberto Córdoba (bajo), Baltasar Comotto (guitarra) y Javier Martínez (batería).

Sin embargo, esa formación de sexteto tendrá además sus modificaciones a lo largo del show, a partir de la presencia del sexteto vocal Cabernet, con quienes Gillespi suele coincidir radio mediante. "Cabernet es un grupo muy bueno con el cual, en los últimos años, me hice bastante amigo por la sencilla razón que el hijo de Dolina está en Cabernet --explicó el trompetista a Rosario/12--. Me gusta mucho lo que ellos hacen, y la verdad siempre veníamos con la fantasía de hacer algo juntos, porque compartimos muchos momentos de La venganza será terrible cuando vienen a cantar y tocamos. Lo cierto es que en Rosario vamos a hacer este experimento". Para más datos, el show (anunciado a las 22.30) alternará segmentos en los que cada proyecto presentará sus repertorios, para luego mezclarse en escena.

"Va a haber un cruce, estuvimos ensayando, viendo algunas alternativas. Y creo que va a estar muy bueno, porque ellos suenan muy bien, y la mezcla de todo va a dar una ensalada total. En algunos temas ellos van a laburar directamente como un coro, igual hay algunas combinaciones entre mi banda y ellos haciendo de banda, van a haber algunos contrapuntos", adelantó Rodríguez, quien además deslizó la chance de sumar un invitado especial: "Es muy posible que venga el Negro Dolina. Todavía no tengo ninguna novedad, pero lo último que hablamos es que iba a venir para Rosario. Seguramente con él haremos algunas otras cosas, porque le voy a decir que traiga el tecladito que usa en el programa, esa especie de Casiotone, para que hagamos algunas cosas juntos. A mí me gusta lo no pensado, lo que surge en el momento. Pero hay cosas pensadas para que no sea un caos, porque en total somos como quince".

En relación al set que abordará junto a su propia banda, Gillespi anticipó la presencia de algunos clásicos de jazz arreglados a su estilo, junto a algunos temas de Bellville. En ese sentido, el estilo al que hace alusión Gillespi no está precisamente vinculado con el jazz, género al que suele asociárselo, pero que es más bien una plataforma conceptual desde la que se inmiscuye con otros géneros. "Con la banda actual, con Baltasar, se va cada vez más para el rock. Estamos cada vez más aguerridos en el escenario. Me gusta esa sonoridad, me siento cómodo jugando ahí, más que jugando en un típico cuarteto de contrabajo, piano y batería. Y hay temas de jazz como `You don`t know what love is` que cantaba Chet Baker, y nosotros lo hacemos reggae. Tiene más que ver con la data que yo manejo".

-En cierta forma es un retorno a los comienzos, a aquellas apariciones como invitado de Sumo.

-Sí, totalmente. Y el disco nuevo, que va a salir en agosto, tiene aun más un sonido de rock. Ya hay una violas de Baltasar que parecen Divididos. Le metimos todavía más picante al asunto. Evidentemente la cosa va por ahí, yo me siento contento. Me gusta mucho la música de Groove, la música que curten los negros en New York, me gusta mucho lo que está haciendo Roy Hargrove, un trompetista que tiene un grupo que se llama The RC Factor que es una animalada. Es más, el disco nuevo tiene muy pocos solos, muy acotados. Es casi todo melodía, tema, forma, estribillo.