CULTURA / ESPECTáCULOS › TERMINATOR 4, MUCHO MEJOR QUE SU ANTECESORA
› Por Leandro Arteaga
Allí donde uno no esperaba ver nada más que otra de las tantas recurrencias temáticas -y de franquicia- de Hollywood, ocurre, sorpresivamente, algo distinto. Porque la cuarta entrega de Terminator (serie que, para muchos y por justicia, concluye en su segunda parte) es capaz de olvidar, para superar, su tercer y triste capítulo, más una acción que se retoma y que genera, de paso, un vuelco narrativo con posibilidades de proseguir.
El argumento de Terminator: La Salvación nos sitúa ahora en pleno futuro, aquél que presagiara la primera y gran entrega de James Cameron, filmada en 1984, con atisbos fugaces y buenísimos sobre máquinas rebeladas y humanos sometidos. Era Kyle Reese (Michael Biehn) el encargado de venir a proteger, desde el mañana, la vida de la madre del futuro líder de la resistencia: John Connor. Elementos centrales para toda la mitología que este primer film diera a lugar, también por medio de una serie televisiva endeble y una extensa serie de historietas con mucha mejor suerte.
Terminator: La Salvación es capaz de sobrellevar el legado argumental y, lo mejor de todo, reformularlo. El cuarto capítulo se vuelve una fantasía científica de rasgos hardboiled; en otras palabras, una ciencia ficción dura, bélica, con un líder falible y sujeto a caprichos militares: allí, para el caso, citar la vuelta a la pantalla del rostro granítico de Michael Ironside.
El John Connor de Christian Bale se encuentra en el medio de diferentes subtramas: el asedio de Skynet, su esposa embarazada, un padre (Kyle Reese) al que salvar para dar razón cíclica a los cuatro films, más una némesis robótico humana que guarda rasgos muy similares al más famoso de los terminators. Razones por las cuales, asistiremos a una revisión por momentos lúdica -con vuelta musical de Guns n' Roses también- sobre la serie fílmica y los recuerdos del espectador.
Pero lo que potencia a esta nueva entrega es, como decíamos, la capacidad de reformular el mito. Salvación es una nueva brecha por la que hacer circular el relato, capaz tanto de diferenciarse de los paradigmáticos films primeros como, repitamos, de la nefasta -y schwarzeneggeriana- tercera parte. Connor, por fin, asiste a su destino prometido y, lejos de artilugios tecnológico digitales a la transformers, este Terminator está mucho más cercano al espíritu industrial y mecánico que originalmente lo animara.
Campos de concentración donde los humanos son almacenados, naves vigías, máquinas robot de rostros ceñudos, un planeta por fin devastado, humanos huraños y comida escasa, más una tonalidad fotográfica sepia y terrosa, capaz de emular un futuro ya viejo y distópico. Todos ellos, elementos, convengamos, que la ciencia ficción ha trabajado una y otra vez, pero que, por lo menos, acompañan de manera certera lo que podría haber sido otro film olvidable.
7 (siete) puntos
"Terminator: La Salvación". Terminator Salvation, EE.UU./Alemania/Inglaterra, 2009
Dirección: McG
Guión: John D. Brancato, Michael Ferris.
Fotografía: Shane Hurlbut.
Música: Danny Elfman.
Montaje: Conrad Buff.
Intérpretes: Christian Bale, Sam Worthington, Moon Bloodgood, Helena Bonham Carter.
Duración: 115 minutos.
Salas: Monumental, Village, Showcase, Sunstar.
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