Sobre fines de 2008 La Escalera cerró sus puertas con un objetivo: remodelar la casona de 9 de Julio 324 para convertirse en un espacio destinado íntegramente al quehacer teatral. Y si bien el proceso de reforma se extendió más allá de los plazos imaginados por sus directores, esta noche el Teatro La Escalera celebrará su reapertura con una fiesta que dará comienzo a las 21, como primer paso para un programa de actividades que continuará este fin de semana con dos estrenos.

Responsable de la dirección de la sala junto a Claudia Giordana, Carlos Romagnoli detalló algunas de las modificaciones realizadas a fines de obtener las habilitaciones pertinentes para desarrollarse como espacio teatral. "Estábamos funcionando como una sala pequeña, en una casa antigua que era de mi viejo y en la que habíamos juntado dos piezas --recordó--. Funcionábamos con humildad, hasta que en un momento determinado decidimos jugarnos enteros y agrandar la sala, transformarla con una capacidad diferente a la que teníamos antes, pasar de 35 personas a 70 butacas, acomodando todo bien, con telones, baños habilitados para discapacitados, hacer todo desde el punto de vista de la habilitación".

En ese sentido, Romagnoli distinguió que "ya no es una casa acomodada para hacer teatro, sino como un espacio especial para el teatro, una sala con un espacio de entrenamiento más importante, con otro tipo de disponibilidad". "Ahora cuando entrás te das cuenta que no es una casa reformada, pierde ese sentido y pasa a ser un espacio para celebraciones de material expresivo", precisó el director, que aclaró que el espacio estará abierto a proyectos de teatro y teatro-danza, "tratando de darle un impulso, un aliento nuevo a todo lo que sean obras de teatro que busquen una nueva manera de expresarse".

"Que no sean solamente las obras de teatro que ya conocemos, las que tengan una convención como teatro realista, que se busque algo más sorprendente para el espectador --completó--. Todo esto está armado para que la gente venga, uno apela al público en general, a que se sienta atraído, estimulado. La idea es que la sala pueda hacer que la gente sienta curiosidad por venir, sienta necesidad de venir a ver lo que se está produciendo".

En ese marco, y contando con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro, los directores de La Escalera ya abrieron las puertas para que distintos autores puedan presentar allí sus producciones. Tal es el caso de Romina Mazzadi Arro, que el próximo sábado estrenará Nacido vivo, mientras que el domingo hará lo propio el actor Germán Geminale, que debuta como director con Los disfraces. A futuro, le llegará el turno a los espectáculos creados desde La Escalera, según adelantó Romagnoli: "La idea es que se empiece a producir, que más allá de todo lo que se trabajó en la construcción ahora se empiecen a generar obras. Y uno mismo, teniendo la posibilidad del espacio, empieza a pensar en generar lenguajes nuevos, más activos. Buscamos que la gente se sienta con ganas de venir, que sienta que hay un teatro --tanto el nuestro como el de las otras salas que están abiertas y creo tienen la misma expectativa-- que atrae al público".