Mar 13.10.2009
rosario

CULTURA / ESPECTáCULOS › PLASTICA. "HUéSPED", SELECCIóN DE LA MUESTRA DEL MUSAC EN CASTAGNINO+MACRO

Un mapa de otros mundos posibles

El diálogo entre las colecciones del Museo de Castilla y León y la rosarina no es sólo fructífero y señala coincidencias entre ambas instituciones, sino que también pone el eje en el carácter político -transformador- del arte contemporáneo.

› Por Beatriz Vignoli

"Quien controle la ficción, tendrá absoluto control sobre el futuro", dice el narrador del video "Bolivia 3: Confederation Next" (2004) del uruguayo Martín Sastre (1976). Combinando animé con cómicos homenajes al cine de ciencia ficción obsoleto, "Bolivia 3" formula en 10 minutos una tesis poscolonialista sobre geopolítica cultural, narrada como ucronía retrofuturista sobre "la guerra por el control de la ficción". La gana Sudamérica, liderada por Bolivia. Los vencedores dan vuelta el mapa del continente, en una versión tecno del mapa de Joaquín Torres García, y designan a los antiguos Estados Unidos como "Subamérica". La colina de Hollywood queda semisumergida, vencida. El narrador es una versión animé del vampiro Lestat de Tom Cruise en Entrevista con un vampiro. Se presenta como "Tom Cruise, el vampiro". Derrotado, acecha en un pantano a la espera del fin del mundo. Mientras tanto, Sastre se bate contra Barney a las puertas del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC).

"¡Esto es por la invitación a la Bienal del Whitney que nunca me llegó!", declama Sastre en su versión animé mientras desenvaina su espada. Luego lucha, muere, resucita, se vuelve "real" y abraza a Barney, en un gesto que es eco del manifiesto antropófago de Drummond de Andrade pero que ya no tiene por objeto a la alta cultura europea sino a la cultura de masas estadounidense que coloniza el mundo. Con un traje espacial medieval dorado, el artista, de la mano del personaje (¿qué es, genéricamente, Barney?) entra al museo. Terminan huyendo juntos del Apocalipsis en una nave interplanetaria que tiene la forma del templo de Tiahuanaco. Junto a los créditos pasan, en negativo, facsímiles ficticios en inglés como la tapa de Time cuyos titulares anuncian la radicación de Michael Jackson en Montevideo. "Quiero volver a ser negro", declara el astro. Otras noticias informan de la independencia de los Estados de California y Arizona, en un proceso poscolonial como los de Africa, Asia y América Latina.

"Bolivia 3" es parte de la colección del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC). Una selección de la misma, bajo el título Huésped, puede verse hasta el 8 de noviembre en el Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (MACRO, Bv. Oroño y el río). También alberga hasta esa fecha otras obras de la colección MUSAC el Museo de Bellas Artes Juan B. Castagnino (Bv. Oroño y el río). La división entre espacios institucionales reproduce las políticas de ambos: en el Castagnino están las obras consagradas de la colección MUSAC que dialogan con los clásicos. Las del MACRO son las más críticas y desencantadas. O politizadas, si se quiere. Por su parte, el Centro Cultural Parque de España pasó el día de la inauguración una serie de videos producidos en España en los últimos 15 años, incluido el descrito, todos los cuales actualmente pueden verse en el séptimo piso del MACRO. Conviene ir con tiempo, o varias veces, ya que la serie completa es interesantísima, suma 208 minutos (casi tres horas y media) y además hay libros catálogo del MUSAC que se pueden consultar allí.

El día de la inauguración dio una conferencia Agustín Pérez Rubio, director en funciones del MUSAC y miembro del comité asesor de la colección desde su creación en 2003. La charla se centró principalmente en la apuesta del MUSAC por el video como nuevo formato de las artes contemporáneas, y la colección de videos le da la razón. Lo que son capaces de desplegar los artistas del MUSAC en imágenes, sonidos y tiempo es cautivante, estimulante, contagioso en el mejor sentido. Uno en particular es casi un museo o un período histórico en sí mismo. Es el más largo de la serie, dura 33 minutos, se titula "Acciones en casa" y fue realizado en 2005 por el dúo barcelonés Bestúe/Vives (David Bestúe y Marc Vives). En un mini situacionismo casero, restringiéndose voluntariamente al ámbito doméstico y a una precariedad de medios muy fácil de copiar, Bestúe y Vives realizan y catalogan más de 70 "acciones" mínimas, cómicos gags que pasan por todos los matices del humor idiota en lo cotidiano.

Pero no se trata de una obra humorística, sino de una intervención artística sobre la experiencia vital. Está inspirada, paródicamente o no tanto, en varias tradiciones estéticas del siglo veinte: el modernismo ("repisa estructuralista"), las vanguardias históricas ("poema arquitectónico dadaísta") y la performance extrema ("jugarse la vida" es mojar el piso y caminar sobre jabones). También hay escatologías infantiles ("orinar desde el pasillo"), poesía ("oscuridad de olivas negras") y escenas inclasificables ("muebles Ikea conversan desapasionadamente"). Muchas resultan maravillosas a fuerza de intencionalmente estúpidas, o mejor dicho: transforman la estupidez en una emoción estética del más alto orden. Esta obra parece rosarina: evoca con insistencia videos de artistas rosarinos como Lila Siegrist, Mauro Guzmán o Carlos Herrera, y es parienta estética de las performances musicales de La Reina C de Java o Ernesto y su conjunto (dos legendarios grupos underground locales de los años 90).

No se puede analizar en pocas líneas una muestra colectiva de tal magnitud y con producciones tan densas en sentidos como Huésped. Pero elegir dos o tres piezas de entre el conjunto permite ilustrar algunos rasgos generales que expresan políticas institucionales acerca del arte. El momento es muy oportuno, ya que la muestra coincidirá con la Semana del Arte. Y lo llamativo de esta edición de Huésped en Rosario (ya hubo una en Buenos Aires en agosto) es cómo señala semejanzas entre instituciones. Ambos Museos de Arte Contemporáneo, desde lugares no exactamente centrales como Castilla, León y Rosario, tienden a definir como arte a prácticas artísticas que dialogan con varias series de interlocutores: el arte del siglo pasado, los estudios culturales, la cultura de masas, las políticas culturales institucionales, las culturas minoritarias, la industria cultural, la industria a secas y la vida cotidiana.

Todo esto es muy beneficioso para el MACRO, que se ve legitimado ante el público local. La muestra articula al MACRO y al MUSAC potenciando sus políticas. El arte contemporáneo es presentado en esta conjunción como la actividad capaz de tender puentes que abren transparencias donde, si por la economía y la cultura fuera, sólo habría opacidades. El arte contemporáneo sería como un escalpelo que abre y permite leer el mundo, desde los sujetos que lo habitan. La política puede ser bella, la política puede ser divertida. Otros mundos son posibles. Por eso tal vez la obra lumínica cinética de Julian Opie "This is Kiera Walking" (2004), que recibe a los espectadores en la planta baja del MACRO, provoca tanta fascinación: una señal de tránsito se ha personalizado para captar el andar inimitable de una mujer única. Y este microscópico movimiento en la dirección de una utopía quizás sea todo el futuro que tenemos.

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