Identidades fraguadas, desencuentros, vidas truncas. Son sólo algunas premisas que atraviesan las sucesivas historias del reconocido ciclo "Teatro Por la Identidad" que se realizará por cuarta vez Rosario. La apertura es esta noche a las 20 en el Centro de Expresiones Contemporáneas con la presencia de Abuelas de Plaza de Mayo junto a dramaturgos, directores de teatro y artistas locales. A las 21 la directora porteña Eugenia Levin pondrá en escena Aparecidos, un drama documental que narra en lenguaje escénico dos historias reales. De hecho, uno de los protagonistas, el actor Leonardo Fossati, es un nieto recuperado por las Abuelas. Y mañana se estrenarán las cuatro obras ganadoras del concurso realizado en Rosario. "Es la primera vez que escritores, actores y directores teatrales de la ciudad se ponen a trabajar en este tema tan sensible: la identidad", explicó Claudia Piccinini, organizadora del ciclo. En las tres ediciones anteriores sólo hubo obras invitadas, pero ahora se exhibirá el talento propio junto a una producción uruguaya.

El movimiento de Teatro por la Identidad surgió en el año 2000 impulsado por un grupo de actores que se propusieron ayudar a las Abuelas de Plaza de Mayo a recuperar a sus nietos apropiados durante la última dictadura militar. La primera obra recorrió el país con éxito, logrando acercar esta realidad a los jóvenes y desde entonces no han dejado de sumarse escritos e intérpretes al ciclo. Este año se sumó Rosario proponiendo a los dramaturgos escribir sobre la Identidad en un sentido más amplio. La identidad de un país, de un grupo de personas convertida en un hecho escénico cargado de resignificaciones.

Así aparece El Difuntito de Leonel Giacometto que parte de la mistificada difunta Correa y su niño recién nacido al que amamantó después de muerta y es tal vez el eje para metaforizar la identidad argentina. El Hombre Perro, de Edgardo Ferrero cuenta los sucesivos años de la dictadura desde una radio donde dos conductoras apelan a la ironía y el humor para sobrevivir al espanto. Lo que pasa en ese pequeño recinto, que es también considerado un espacio de poder, es un espejo de lo que sucede afuera.

En Aquella chica, ¿Qué le habrá pasado?, Juan Pablo Giordano recupera el sentido original por el que nació el proyecto y muestra qué le pasa a una persona cuando descubre que su identidad no es la que pensaba. Por último la uruguaya Pétina, escrita por Verónica Mato habla de la identidad subjetiva a través de objetos comunes que son parte de una poesía narrativa.

Las cuatro obras estrenan mañana a las 20 y se repetirán el domingo en el mismo horario. "Las Abuelas pidieron que pueda presentarse en otros espacios como escuelas y museos de la ciudad, así que estamos trabajando en eso", explicó Piccinini. Pero además el año próximo el ciclo nacional cumple 10 años y en ese marco estas cuatro obras locales serán invitadas a presentarse en Buenos Aires. Para sumarse a su difusión la Asociación de Teatros Independientes de Rosario (ATIR) se comprometió a incorporarlas a la programación de sus doce teatros durante el 2010. Y la editorial municipal publicaría un libro con los textos a fin de este año.

Teatro por la identidad es un hecho artístico nacido en el seno de una gran conflictividad social e histórica que propicia distintas formas de reflexión. El espacio es respaldado por Abuelas de Plaza de Mayo y el Museo de la Memoria de la municipalidad de Rosario. "Las obras conmueven y nos hacen pensar en nuestra identidad, en las cosas que dejaron una huella en el país pero no sólo desde lo colectivo sino desde la subjetividad, contando las cosas que nos pasan y eso es lo que impacta", afirmó Piccinini que también es actriz y directora de teatro.

Con proyección asegurada y tras haber sido elegidas por un prestigioso jurado de especialistas locales, las representaciones buscarán ganarse al público durante el fin de semana.