Desde Cosquín

Cuando se arriba a Cosquín, comienza también un itinerario de expectativas. Las pruebas de sonido asoman desde el escenario Atahualpa Yupanqui hacia las afueras de la plaza Próspero Molina, y la gente se arracima en los portones para ver algo de lo que escucha o cree escuchar o cree ver. El calor es bastante y el tránsito de la gente intermitente: remeras y voces de distintas provincias y nacionalidades se entremezclan. Tras el telón de escenario destaca la presteza técnica, pulida hasta último instante para tener todo listo: las luces, el video, y el plato giratorio que, por ser ahora más grande, ha demostrado falencias técnicas.

Es que todo es nuevo. El escenario es el mismo pero diferente. Muchos dicen encontrarlo parecido al de Viña del Mar. Una gran pantalla acompaña de modo perfecto las interpretaciones e interactúa con los músicos. A través de ella el inicio del Festival documenta, brevemente, su genealogía, sus nombres y sus voces. Hay también muchos aplausos tempranos y efusivos: para la voz y persona de Jairo que sorprende con el habitual "Aquííí Cosquííín" (ahora sí un saludo querible), como así también para el Himno Nacional interpretado por Juan Baglietto. La compañía amable de la voz de Marcelo Simón es un buen contrapunto. Más la omnipresencia de Mercedes Sosa de la que decide revestirse la noche, sobre todo a través del cariño conjunto de Gieco, Peteco, Parodi, Heredia, y Jairo. Imperdibles.

Un marco nunca mejor pudo tener su presentación la delegación santafesina. El Bicentenario y los 50 años de Cosquín más el mismo desarrollo general del espectáculo hicieron de la Crónica cantada a Estanislao un lugar distintivo y de rasgos propios dentro de lo ofrecido durante la primera de las lunas coscoínas. No sólo por lo que atañe, paradigmáticamente, a la vida y obra del prócer santafesino Estanislao López, sino sobre todo por la comunión musical impecable entre la composición de Orlando Vera Cruz, los cuarenta músicos y bailarines, y la dirección musical del Maestro Juan Rodríguez.

Se distingue durante el transcurrir de la Cantata mucho de pasión musical, de saber histórico, y seguramente nerviosismo. Es que Vera Cruz está emocionado, embargado por lo que acontece. Lo demuestra al recibir la distinción que la misma Comisión del Festival le ofrece. El mismo músico había también alertado su ansiedad durante la conferencia de prensa precedente: cantando, recitando, narrando. En presencia del secretario del Ministerio de Innovación y Cultura, Alejandro Tejeda, y de la Directora Provincial de Relaciones Institucionales, Sonia Gianello, Vera Cruz enfatizó su agradecimiento al gobierno provincial y a Tejeda en particular por ser el principal propulsor del proyecto. También recordó que Hermes Binner fue "el primer intendente rosarino en poner por nombre a una calle Estanislao López", además de referir a Tejeda un "¿te acordás?" en alusión a la escucha que de su Cantata, merced a tal suceso, fuera merecedor el entonces intendente dentro de su mismo despacho.

De modo tal que la conferencia de prensa significó un preludio a la puesta en escena. Y desde la puesta en escena la referencia volvía sobre la misma conferencia. Ver la mirada atenta de Orlando Vera Cruz -voz y guitarra a los movimientos de dirección de Juan Rodríguez, junto con las voces dulces del coro y la multitud de instrumentos que poblaban el escenario, posibilitaban a su vez el recuerdo de las palabras del propio Rodríguez, que celebraron la decisión de gestión del gobierno provincial, así como "la selección de lo mejor de nuestra provincia a nivel de músicos y cantantes para poder mostrar la obra de nuestro querido Orlando Vera Cruz, un maestro con mayúsculas en cuanto a su conocimiento histórico y su vena creadora".

Rodríguez expuso también que la Cantata cuenta con el plus de ser una obra a estrenarse, aunque resumida, en Cosquín. Originalmente "supera la hora de duración, y en el escenario se compondrá de veinte minutos". En función de ello, son imágenes ilustrativas las que establecen los nexos que la duración obliga a omitir. La voz de Quique Pesoa hilvana, de este modo, los distintos pasajes musicales. Los cuales vuelven a la memoria desde la referencia que Vera Cruz hiciera de cada uno de ellos durante la conferencia. En este sentido, habrá que subrayar la promesa de Tejeda de que la obra va a ser grabada, en su duración completa, durante el transcurso del presente año.

Además, las anécdotas. El saber histórico y anecdótico. Porque Vera Cruz se entretiene durante la conferencia contando qué eran los "siririseros" de López, aquellos soldados que "para intimidar al enemigo, López hacía cantar como el sirirí". Acto seguido, el músico silba como el sirirí para la audiencia, además de referir a Estanislao como "un hombre que aguantó invasiones de 4.000 soldados". Entre muchas otras instancias, elige recordar "cuando en el palacio de los virreyes estaban todos instalados, y López no tiene la divisa rojo punzó, el gobernador de Buenos Aires pide a un edecán le pregunte al gobernador de Santa Fe por qué razón no trajo la divisa, a lo que López responde: dígale al gobernador de Buenos Aires que la perdí en la batalla de Puente de Márquez, que vaya a recogerla allá".

Por su parte, Sonia Gianello señaló que se rescata la figura de Estanislao López como la de quien "luchó en las guerras de la independencia y porque fue un defensor acérrimo de las autonomías provinciales. Él y el pueblo santafesino pusieron la piedra fundamental del país federal, además de ser un defensor de las instituciones, López fue nuestro primer gobernador, creó la bandera de nuestra provincia, y al mismo tiempo se ocupó de la producción y de la construcción de escuelas".

Arribado a Cosquín minutos antes del inicio de la noche inaugural, Hermes Binner, con la presencia del intendente de Cosquín Marcelo Villanueva y el Subsecretario General de la Presidencia de la Nación, Gustavo López, destacó la importancia del Festival de Cosquín por permitirnos "internalizar hacia nuestros orígenes, que nos llevan a pensar en la gran cultura surgida en Cuzco. El encuentro con otras culturas, como lo que significa la llegada de los españoles, significó también una integración que se encuentra reflejada precisamente en el sol de nuestra bandera, en el intercalado de los rayos flamígeros que son de los incas, con los rayos rectos que son europeos. Esto remite a la existencia real de una eurindia, a un país por el que estamos trabajando permanentemente, un país que permita de manera real llevar el bienestar a todos sus habitantes", se preocupó por remarcar el primer mandatario de la provincia.