CULTURA / ESPECTáCULOS › TEATRO. SILVINA SANTANDREA ESTRENA YO, CON TODAS, SU NUEVO UNIPERSONAL
Tres grotescas mujeres "que están muy solas" son los personajes que saldrán a escena esta noche, en Baraka, con textos de Alejandra Gómez. Ellas son Mari Pepa, llena de miedos; Cenicienta, con nuevas preguntas y La Norma, una timbera.
› Por Evelyn Arach
Como pez en el agua. Así se siente la actriz Silvina Santandrea que después de sucesivas actuaciones grupales vuelve al unipersonal, un género que siempre le ha sentado bien. Yo, con todas, se llama el espectáculo que estrena esta noche a las 22.30 en Baraka restó (Calao 120 Bis). Tres grotescas mujeres delirantes que en fondo "están muy solas" son los personajes que le dan vida a esta nueva puesta en escena del teatro rosarino. Más allá de las carcajadas que despiertan, la intérprete sostuvo a Rosario/12 que "son un reflejo social de cómo sobrevivir en una sociedad cada vez más enferma". Retrato de una de las pocas propuestas locales de este verano.
La sucesión de personajes no es casual. Por ejemplo, si de enfermos se trata Mari Pepa es la indicada para aparecer en escena, en la piel de la actriz, se convierte en el espejo de muchas otras mujeres. "Es una mujer extremadamente fóbica que está llamando por teléfono a la emergencia y pidiéndole una unidad de traslado porque siente que se muere: se le acelera el corazón, no siente las piernas, y por supuesto le seca el cerebro a la chica que está del otro lado contándole todos los mambos existenciales que tiene", cuenta Santandrea. Y aclara que no está hablando solamente de aquellos que padecen estos males sino de un síntoma social que la preocupa.
"Todos estamos cada vez más fóbicos", disparó la actriz. "Tomamos aspirinas ante el primer dolor de cabeza y con tanta peste dando vuelta empezamos a perseguirnos. El año pasado, con el tema de la gripe A había gente que estaba encerrada en su casa con barbijo. Durante esos días yo seguí haciendo teatro pero con la boca tapada con una bufanda y tomando con humor una persecuta que era real: la gente no quería que el actor se les acercara demasiado por temor al contagio", contó. En un mundo donde el miedo está puesto en el contacto que puede matarte, los niveles de psicosis van in crescendo. La reflexión llega entonces en manos del humor.
Mari Pepa es el nuevo personaje creado por la actriz con textos de Alejandra Gómez. Pero también hoy regresan con otras andanzas Cenicienta y La Norma, que ya habían sido interpretados en obras anteriores.
La remake de la princesa de los cuentos promete ser ingeniosa. Aparece cuestionando frases establecidas culturalmente que se repiten sin ser analizadas: "¿Por qué el diente es de leche y el ratón se llama Pérez? ¿Por que la verdad de la milanesa? ¿y por que pelados los gritos?", se pregunta una Cenicienta que además está cansada de ser el paradigma de un estereotipo desactualizado.
Su figura da paso a la voz de la actriz que despersonificándose por un momento se animará una vez más al stand up con una tesis tan decepcionante como real: salvo Michael Landon en La Familia Ingalls, "todos nuestros héroes de la infancia estaban solos", eran solteros, dice en su monólogo.
"También desmitifico algunas cosas de los cuentos, la aparición del príncipe azul y que el encanto se vaya a las doce de la noche cuando hoy las adolescentes pierden el encanto a las cuatro de la mañana, y no sólo el encanto: la cabeza y la bombacha también", afirmó Santandrea, que recientemente había experimentado el monólogo sin red que es el stand up, con la obra Muchas Muchachas.
"Es un género difícil donde nada está librado al azar, hay que estudiar completamente todas las formas del decir", reconoció. Y explicó que sus proyectos este año giran en torno a esta obra y al estreno de La Nona, de Roberto Cossa. Un espectáculo que se pondrá en cartelera durante el mes de abril y estará interpretado por siete actores rosarinos, que ya habían consumado buena química en la versión local de Esperando la Carroza. La dirección estará en Manos de Matías Martínez.
Pero mucho antes de todo eso, esta misma noche los parroquianos del Baraka recibirán a La Norma, un personaje conocido por los seguidores de Santandrea. "Es una vieja ventajera que miente para conseguir plata, pero ahora descubrimos un nuevo costado: también es timbera. Alega recibir mensajes de Alá que la llevan al casino de Rosario", describió la intérprete. Los periplos de La Norma pidiendo prestado de bar en bar y despilfarrando los dólares que su hijo le manda de Norteamérica en el azar prometen ser otra vez verdaderamente cómicos. Sumado a un delirio místico: ella pertenece a todas las religiones y de todas quiere sacar partido.
Más allá del humor, la ironía y la ficción, hay un costado de realidad que invita a pensar. "Ellas son un reflejo social de cómo sobrevivir en una sociedad cada vez más enferma, en donde no podés divertirte si no es con pastillas, drogas y alcohol, donde nadie disfruta corriendo detrás de la plata y entonces necesitás estímulos artificiales. Una sociedad donde la gente está sola y le cuenta sus males a cualquiera, en el kiosco, en un colectivo, a la telefonista de una empresa de emergencias médicas... Donde las carencias afectivas y los miedos están siempre presentes", reflexionó la actriz.
Yo con todas quiere hacer reír pero además intenta ser el espejo de una comunidad donde la soledad es tan grande como omnipresente. Y es por eso es que Mari Pepa, luego de dar todas las indicaciones pormenorizadas a la emergencia sobre cómo tienen que resucitarla concluye diciendo: "Y si no reacciono, que me besen apasionadamente". A ver si el médico al final es un príncipe azul, como el de los cuentos. En fin, de eso se trata esta historia. Reírse, barajar, y dar de nuevo.
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