Shows contundentes, dos discos en estudio y otro grabado en directo durante su aparición en una noche blusera en el Festival de Jazz sirvieron para que, en poco más de siete años, Aguas Tónicas alcanzara un punto difícil de conseguir en la escena local: una sensación de reconocimiento global en torno a su propuesta rockera. Sin aferrarse a un género puntual, el grupo que hoy integran Mariano Conti, Santiago Martínez, Jorge Capriotti, Esteban Maninno y Mauro Cuffaro hizo de su productividad una marca distintiva. Y va por más.

Porque después de haber dedicado el verano a la composición de nuevas obras, el grupo regresará a los escenarios con un show que --esta noche, a las 22, en McNamara (Tucumán 1016)-- servirá para estrenar frente al público las canciones que, en el transcurso de este año, quedarán registradas en un nuevo disco. Y es el escenario el terreno en el que los Aguas Tónicas testearán sus flamantes creaciones, según anticipó Conti, cantante del grupo: "Vamos a presentar canciones nuevas que estuvimos componiendo en el verano. Este es el primer show del año y la idea es presentar varias de esas canciones nuevas. Para nosotros el recital sirve para ir cerrando los temas, para que vayan tomando más identidad".

Después de haber publicado por Planeta X sus dos primeros discos --Aguas tónicas y Canal de amor y confusión-- y de asociarse al sello porteño Mamushka Dogs Records para editar Transmisión, amor, confusión (en vivo), la banda no sólo va delineando el proceso de registro de una nueva placa, sino que además protagoniza el proyecto documental que les propusiera el realizador Diego Fidalgo. "La idea fue de Diego, a quien no conocíamos. El escuchó nuestro primer disco, le gustó mucho y se acercó a unos ensayos. Empezó a grabar los ensayos y ahí fue saliendo la idea de hacer un rockumental, un formato que nos gusta, y nos parece que está bueno que una banda de Rosario se dedique a hacer uno", apuntó Conti.

Alejada de los cánones comerciales, Aguas Tónicas se instala en un estrato artístico que se distancia de la masividad. Sin embargo, en este tiempo, logró algo aún más complejo: el respeto generalizado en torno a su trabajo musical. "La verdad nos sentimos orgullosos de éso --admitió Conti--. Nos fuimos dando cuenta que nuestro camino a lo mejor no era la masividad sino que era otro. Nuestra intención es trabajar seriamente, hacer las cosas bien y hacer lo que sentimos. Entonces el reconocimiento nos viene muy bien".