CULTURA / ESPECTáCULOS › MUSICA. TERMINó EL DOMINGO EL XIII FESTIVAL DE JAZZ DE SANTA FE
El Santa Fe Jazz Ensamble, la big band anfitriona, homenajeó a sus maestros, quienes subieron a escena. Fats Fernández, Hugo Pierre y otros grandes del jazz argentino, tocaron el jueves pasado, en un Paraninfo repleto de público.
› Por María Geronzi y Pedro Robledo
Desde Santa Fe
"Este es el concierto más difícil, porque estamos tocando para nuestros maestros". Lo dijo Pedro Casís, director del Ensamble, que, junto a la Municipalidad de Santa Fe y la Universidad Nacional del Litoral, organizaron la XIII Edición del Festival de Jazz de Santa Fe. Con noches de lleno total en el Paraninfo de la UNL y buena asistencia en el Teatro Municipal, ambos espacios consiguieron mantener intacta la convocatoria del evento. La que todos los años es una noche especial, la de la presentación del Ensamble con invitados, debió sortear la dificultad de la mudanza de escenario, debido a la medida de fuerza de los empleados municipales. El paro impidió ofrecer la esperada "noche de los maestros" en el Teatro Municipal. Una austera pero eficaz puesta escénica fue montada el jueves en el Paraninfo, pero el público parado o sentado en los pasillos y los músicos con serios problemas para movilizarse en el escenario eran la prueba de que la convocatoria del Ensamble necesita un ámbito mayor.
Sobre la cuestión, Casís dice con acierto: "Una de las ventajas de la música de jazz es que crece entre las grietas del sistema". A punto de cumplir 30 años de labor, y con algunos nuevos integrantes, la Big Band santafesina armó un set de homenaje a grandes maestros del jazz argentino. Luego de un comienzo "a todo Duke Ellington", fueron desfilando célebres músicos que son considerados grandes referentes del género.
"La idea surgió en Casilda, en un homenaje que ese municipio le realizó a Arturo Schneider, donde fuimos con el Chivo González a formar parte del grupo de acompañamiento y allí convivimos varias generaciones", afirma el director del Ensamble. "La noche de los maestros es una deuda que teníamos con ellos, que nos aguantaron las peores en los comienzos, nos enseñaron no sólo la técnica del instrumento sino también los códigos del ámbito profesional".
El tributo arrancó con Horacio Blanc (guitarrista santafesino radicado en Nueva York), a quien continuó el belvillense Luis "Chachi" Ferreyra (integrante de la Orquesta del Tango de Buenos Aires, que tiene una curiosa historia como saxofonista: trabajó con Piazzolla y también con Palito Ortega). Rosario aportó dos grandes maestros: Hugo Pierre (saxo y clarinete, de recordado dúo con Gerardo Gandini) y Mariano Zarich (su saxo estuvo alguna vez en la orquesta de Ray Coniff e integró el grupo de Santiago Grande Castelli).
El grupo de vigentes próceres se fue completando con Gaspar Licciardone (primer trombón solista del Teatro Colón), Arturo Schneider (80 años, saxo y flauta, nacido en Casilda y músico de Piazzolla, Bacharach, Cugat, Celia Cruz, entre tantos). Y, si bien estuvo en el escenario durante todo el concierto, recién en el tramo final sonó la trompeta de Roberto "Fats" Fernández (Marsalis, Hampton, Schifrin, etc.), en un exquisito diálogo con Francisco Lo Vuolo (pianista del Ensamble).
Un "maravilloso caos" se fue generando con los cruces permanentes entre los maestros, destacándose especialmente el encuentro entre Zarich y Pierre como uno de los momentos más emotivos y vibrantes. Con mucho swing, el cierre con la Orquesta y sus maestros sonando juntos, fue la última imagen de una noche que reunió a todas las generaciones de músicos de jazz argentino.
Los referentes permanentemente enseñan sin plantarse en actitud docente, sólo es necesario observarlos y escucharlos. Al respecto, Casís afirmó: "Los maestros nos dieron la lección de que hay que hacer música a pesar de todo, de la edad, del cansancio, de la falta de reconocimiento y de las condiciones adversas".
Una de las premisas organizativas fue otorgar un significativo espacio a las propuestas locales y regionales. "Desde julio del año pasado comenzaron a llegar las propuestas, luego de un llamado al que acudieron la mayoría de los grupos que vienen trabajando regularmente en la escena del jazz en Santa Fe, Rosario y Paraná", comentó Casís. La programación, que este año se extendió un día más, permitió mostrar el trabajo de muy buenas propuestas de estas ciudades.
Santa Fe mostró lo suyo con Francisco Lo Vuolo, Pablo Aristein (homenajeó a Charlie Parker la noche en que se cumplían 55 años de su muerte), Paula Rodríguez (trajo músicas del Brasil), Grupo del Sur, Sebastián López, Toque Argentino, Carlos Michelini, Danilo Cernotto y Pablo De Luca.
El Dúo Zeppa Iscaro, Leo Piantino con Hugo García, tuvieron en sus filas a músicos de Córdoba, Rosario, Esperanza y Buenos Aires. El evento, que comenzó con Gabriel Senanes como compositor invitado de la Banda Sinfónica Municipal, ofreció también actividades de extensión, que incluyeron master classes de Sergio Verdinelli (batería) y el mismo Senanes (quien tuvo cincuenta alumnos en su master de composición en música contemporánea).
En el final del diálogo, Casís dejó una reflexión que se transforma en mensaje y propuesta: "Coordinar plazas por ejemplo Rosario Santa Fe, y armar sub sedes, como Rafaela Esperanza San Jorge, permitiría achicar costos y lograr que bajen a la provincia números internacionales que pasan por Buenos Aires o por Brasil". La idea forma parte de los objetivos del Festival, "nuevos desafíos, nuevos desarrollos, tratando de no repetir y evitar la comodidad programática, tratando siempre de ir incorporando cosas nuevas".
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