CULTURA / ESPECTáCULOS › SE ESTRENA LA óPERA PRIMA DE JOSé LUIS CASTIñEIRA DE DIOS COMO DIRECTOR
Las obras del granadino que universalizó la música española y murió exiliado en la Argentina son protagonistas del film.
Diez años atrás, José Luis Castiñeira de Dios fue convocado a dictar clases de composición en los Cursos Manuel de Falla en Granada. Allí pudo acercarse a la vida y personalidad del creador español, cuya figura se convertiría en el eje de su primera experiencia como director, luego de una extensa trayectoria como compositor de bandas de sonido. Apelando a una estructura ficcional, y convencido de lograr una película de claro espíritu musical, Castiñeira de Dios le dio forma a Manuel de Falla, músico de dos mundos, el film que protagonizan Luis Luque, Mónica Galán y José Ignacio Tambutti, y que hoy a las 19.30 tendrá su pre-estreno, gratis, en Arteón, donde continuará presentándose hasta la próxima semana.
En diálogo con Rosario/12, Castiñeira de Dios relató el origen de su ópera prima: "Cuando estuve en Granada me puse a pensar en lo que habría significado para Falla pasar los últimos años de su vida en la Argentina. Me interesó porque era una historia de exilios y porque su figura tuvo que ver con la universalización de músicas tradicionales de España. Lo que más me sorprendió fue que vivía como un ermitaño, con su hermana, que nunca tuvo amores conocidos, que era un hipocondríaco total, que era religioso casi hasta el absurdo... Entonces me pregunté cómo era posible que escribiera esa música tan pasional".
"Ese enigma me hizo pensar en dónde reside, en última instancia, el principio motor de la creación --agregó--. En este caso, la película plantea esa pregunta y parte de la respuesta es que él mismo se consideraba una especie de médium, de intermediario, entre el pensamiento musical y artístico popular de su tierra, Andalucía, y la música universal. Se sentía como una especie de transcriptor de esa creatividad fantástica de los andaluces, y particularmente de los gitanos".
- Pensando en que es un film musical y, también, en esta cuestión de la interacción de la música popular y la académica, no debe ser azarosa la aparición de Guastavino.
-No, para nada. Porque además Guastavino fue el único compositor argentino que él recibió como discípulo, porque entendía que era alguien que buceaba en las tradiciones populares para hacer un lenguaje más refinado. Y también por la sensibilidad de Guastavino. La presencia de las obras de Guastavino tiene ese sentido: hablar de cómo de alguna manera Falla, que no fue una influencia decisiva, desde el punto de vista creativo, en la Argentina de ese tiempo, sí fue una influencia importante como figura de compositor profesional.
- Dentro de esta película musical donde, obviamente, está la obra de Falla, de Guastavino, usted aporta sus propias composiciones. Si bien es un trabajo al que está habituado, ¿representó un desafío compartir cartel con esos nombres?
- Claro, era delicado (risas). Por éso me reservé todo aquello que la película tiene de incidental. Y cada vez que aparece la música de Falla tiene un carácter protagónico. Elegí no representar a Falla salvo de una manera un poco elusiva, porque entiendo que su música lo representa. La elección de las músicas de la película es también bastante particular porque, salvo "La danza del fuego", no son quizás las más populares, y muestran miradas muy distintas de Falla a lo largo de su vida.
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