Instalada como una senda difícil de evitar para el periodismo cultural, la vieja costumbre de la rotulación en ocasiones se convierte en superflua. Así, frente a Litoral, el más reciente disco de Liliana Herrero, y el décimo en sus dos décadas de trayectoria artística, se torna innegable la tentación de describirla como una obra única, superadora, tan descriptiva y emotiva como la siempre renovada voz de la cantante, que vuelve a asombrar con una paleta de colores que la hace una de las artistas más cautivantes de la Argentina. Pero Litoral es mucho más que eso, es la recuperación de autores y poetas nunca del todo bien valorizados, es también una armoniosa recorrida geográfica y un navegar por la memoria, como bien apunta Horacio González en medio del bello arte gráfico que contiene al disco doble. Y permite, además, entornar los ojos para flotar con nostalgia y alegría por las aguas del Paraná y el Uruguay, por sus costas, sus historias, sus pesares.

Esta noche, a la orilla misma de uno de los cauces protagonistas de ese ambicioso proyecto nacido casi tres años atrás, Herrero recorrerá junto a Diego Rolón (guitarra), Luis Volcoff (bajo) y Mariano Cantero (percusión) las obras que componen a Litoral, en un concierto que dará comienzo a las 22 en las escalinatas del Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río), podrá presenciarse con entrada libre gratuita (en caso de lluvia se postergará para mañana a la misma hora y, de persistir el mal tiempo, se desarrollará en el teatro Príncipe de Asturias). Tomando como excusa esta nueva visita a la ciudad que adoptó como propia durante sus años de estudiante de la carrera de Filosofía y Letras (institución que aun hoy la tiene como docente), en diálogo con Rosario/12 Herrero desnudó el nacimiento del disco, formulado originalmente como un escrito que apuntaba a bucear por las particularidades de la vasta latitud litoraleña: "Estuve un año pensando en esto, lo escribí, lo formulé como un ensayo, como una reflexión sobre el litoral. Después nos instalamos en casa con Diego Rolón (con quien hice la coproducción), con la computadora, y estuvimos un año haciendo maquetas".

-¿La aparición de los temas de Litoral se dio en simultáneo con la escritura de ese ensayo?

-De algún modo sí. Algunos sí y otros no. Fue un proceso muy largo, fue un disco extensísimo en todo su armado, fue una reflexión sobre el litoral en su palabra más geográfica, que fue extendida a Brasil y Uruguay, y en su palabra más metafísica también, porque es una reflexión sobre las orillas, sobre el río mismo como objeto, como elemento de la naturaleza. Fue un lindo trabajo para mí.

Herrero destacó la longitud del proceso de trabajo de un disco en el que la aparición de recuerdos se torna evidente, y que González --compañero de la cantante durante años-- desliza en el revelador texto que acompaña a la placa. Sin embargo, la artista reconoce esa presencia en cada una de sus obras. "Nunca hice un disco sin dejar de hacer eso --admitió--. Mis discos siempre son reflexiones sobre un pasado impreciso también. Porque no es que uno puede recuperar el cuerpo completo de lo que sucedió. El pasado está como velado por una tela tosca y desaliñada, nunca hay una transparencia en relación a los acontecimientos del pasado. A veces se presentan con nitidez y a veces desaparecen como recuerdo, o mezclados con otras cosas, confusos. De eso puede extraerse un estado tal que pueda ser una obra. Esa ha sido mi idea en este y en todos los discos. Horacio se refiere fundamentalmente a la memoria, y pienso que lo que dice en el disco es en el sentido de que el pasado no es algo que tengamos dispuesto a la mano con sólo volver la mirada para atrás".

-Las subjetividades que afectan a la mirada sobre el pasado también van cambiando con el tiempo.

-Seguramente. Si bien también de alguna manera este disco estaba contenido en el primero. Fito (Páez) siempre dice eso, y seguramente sea así y yo no lo sabía, lo fui viendo en el andar de nueve discos. En ese caminar todos estos 20 años de estar arriba de un escenario fui pudiendo amasar lentamente este disco. Tal vez sea así, y eso me parece bárbaro.

-Muchas veces es injusto evaluar un disco en función de los anteriores, o ponerlos en la balanza. A pesar de ello, ¿de los diez discos Litoral es el que mejor habla de Liliana Herrero?

-Es difícil esa pregunta para mí. Es cierto que es difícil poner en la balanza, pero en este momento todavía estoy conmovida por este disco. En este momento diría que para mí es uno de los más importantes. Otro disco fundamental es Leguizamón--Castilla, que hice con Juan Falú. Son discos clave para mí. Y aquel viejo primero también, pero en este momento estoy muy impactada por la textura de este disco, por el sonido, todavía lo escucho y me gusta.

-Escuchando los dos discos que conforman Litoral da la sensación de que Paraná tiene un aire más nostálgico que Uruguay. ¿Fue premeditado?

-No, la pregunta sobre los temas que iban en un disco--río o en el otro fue una pregunta que me formulé todo el tiempo, y que me fue muy difícil de contestar. Dejé sobre el río Paraná y sobre el río Uruguay los que obviamente el tema como tal se referían, o que nombraban la palabra de ese río. "Canto al río Uruguay" está claro que iba en el disco Uruguay, como "Parte del aire", que nombra al Paraná, iba en el disco Paraná. Pero después los que no lo explicitaban así, a los que dejé en el lado del río Paraná sí los pensé como algo más nostálgico, más folclórico, más denso, más histórico. Como un río poderoso, pesado en el sentido de gravedad histórica, y como un río que se inscribe en casi la mitad del cono sur, desde Brasil hasta desembocar en el río de La Plata, y con ese parentesco que tiene con el mar, porque de hecho Paraná significa eso, "pariente del mar". Y el río Uruguay lo sentí como más tintineante, más urbano. Después mezclé músicos con orillas, porque "Parte del aire" está en Paraná y lo traje al Hugo Fattoruso para que toque, y es de Uruguay. O al Negrito Aguirre, que es del Paraná, lo llevé a Uruguay a cantar un tema de Daniel Viglietti. Hice esos cruces también, pero lo que quería hacer era una especie de gran asamblea de músicos del este.

-¿Le costó encontrar otras voces, otros textos, para representar lo que pretendía? ¿No se vio tentada a incluir sus propios textos en el disco?

-No, en este disco no. Tenía claro que quería hacer un recorrido por diversos poetas y músicos del litoral, referirme a la nostalgia del provinciano, que es algo que me parece que está palpitando en los dos discos. Por eso tomé "Noche provinciana", que no es un tema de autores del río sino de Piana y Manzi, que era de Santiago. En algún otro disco que venga, que no sé cuál será, seguramente sí intentaré formas compositivas propias.