Pieza clave en la conformación de dos bandas fundamentales como Almendra y Aquelarre, Emilio Del Guercio pasó las últimas dos décadas aplicando su creatividad a proyectos que no han tenido vinculación con la música. Distanciado de los escenarios, editó su disco Pintada a principios de los 80, y desde entonces su trabajo estuvo más relacionado al dibujo y el diseño. Hasta que, en noviembre, el público pudo reencontrarse con el cantante y bajista, que debutó como conductor y director del ciclo Cómo hice, dedicado a investigar la raíz de las canciones más emblemáticas del cancionero popular argentino. Emitido por Encuentro, el proyecto se inició con 13 capítulos, como una primera entrega que seguramente continuará buceando en temas emblemáticos.

Como parte de la programación de "Contemporáneo del Mundo", esta noche, a las 21, Del Guercio llegará al Centro Cultural Parque de España para mantener una entrevista abierta con Diego Giordano, para luego interpretar algunas de esas canciones junto a Luis Dagostino (guitarras) y Edu Zveteelman (piano), según adelantó en diálogo con Rosario/12: "Voy a ir a charlar un poquitito sobre qué significa la canción dentro de la cultura, qué cosas aporta a la cultura, cómo la usa la gente. Un poco también del programa y luego voy a tocar unos temas, algunos temas míos de la primer época, de Almendra, Aquelarre, algunos temas que he grabado en el disco Pintada y algunos temas nuevos".

- ¿El trabajo con Cómo hice le devolvió las ganas de presentar nuevas canciones, de volver a grabar? ¿Influyó en éso?

- Sí, tiene un poco que ver. En realidad lo que busqué fue tratar de poner en un marco todas las referencias que he tenido como artista. Y, además, una visión objetiva, si es que se puede, de qué es lo que uno ha hecho y qué es lo que han hecho otros artistas, otros compositores. Y cuál es el aporte que han hecho a la cultura popular. Esa es la idea, y estamos emprendidos en ello, iniciamos un primer ciclo de trece capítulos, pero como ya he dicho en varias oportunidades el listado es de unas doscientas canciones. Que son canciones de muy diferentes épocas, a pesar de que la canción más nueva es, en este primer listado, "Sólo le pido a Dios", que tiene casi treinta años. Porque nuestra idea es demostrar que, más allá de las compañías grabadoras, las secuencias e impulsos editoriales o la promoción que hagan las grabadoras para vender los discos, después se produce otra cosa que es qué pasa con la canción en la vida de la gente.

- En ese sentido si uno testea muchas de esas canciones con públicos jóvenes seguramente las conocerán, aunque probablemente ni siquiera sepan quién es el autor, lo que indica que en algunos casos las canciones trascienden a sus propios creadores.

- Sí, en casi todos los casos. Pero nuestra idea también es hacer dos o tres aportes. Uno de ellos, que sirva como un espejo para la gente, para que sepamos de qué está constituida la materia espiritual o emocional del pueblo. Esas canciones no quedan porque sí en la memoria popular, están porque evidentemente llevan alguna partícula, algún fragmento que tiene que ver con la emocionalidad del pueblo. Después otra idea es justamente lo que estás diciendo: en una época en que se da un nuevo movimiento de la tecnología, como ha sucedido en otras épocas, siempre hay ciertas cosas que se tienen que reacomodar y algunas que quedan a la intemperie. Y no es la primera vez que el producto hecho por creadores, compositores, escritores o poetas queda un poquito desprotegido por ser un bien inmaterial. Con este tema de que las compus te permiten copiar, bajar, muchas veces la gente toma lo que tiene a mano. A veces la gente se olvida que eso es producto de horas de esfuerzo, de años de entrenamiento y estudio. Entonces con el ciclo también queremos mostrar que hay gente que está detrás de éso. Y el otro interés es mostrar que, en este momento donde parecería que todo es confrontación, a veces no nos damos cuenta que hay cosas que nos unen más. Por ejemplo en ésto de reconocernos todos en la memoria musical del país.