Es poco probable que, para el común de los rosarinos, las Cuatro Plazas alguna vez pierdan ese rótulo literal. Sin embargo, desde esta tarde cada una de las esquinas de Provincias Unidas y Mendoza podrá ser identificada con los nombres surgidos de la votación de casi cuatro mil vecinos del Distrito Noroeste. Dentro de un proceso de reconstrucción de la identidad barrial, las cuatro plazas se rebautizarán con los nombres de Eloy Palacios, Demetria Barcia, Madre Eufrasia Iaconis y Padre Tito Arpesella. Coherentes con ese carácter participativo y popular, desde el área cultural del distrito organizaron un acto celebratorio que, desde las 15, contará con la participación de Los Puesteros y, en el cierre, del destacado violinista Leandro "Lelé" Lovato.

Acompañado por Cristian Guzmán en guitarra y coros, Javier Mauretti en batería y coros, y Federico Ramonda en bajo, Lovato actuará por primera vez en el espacio público de Provincias Unidas y Mendoza, donde estrenará el mismo show que, en la temporada de verano, lo llevará por los escenarios más importantes del folclore argentino. "El compromiso de venir a tocar a mi lugar es siempre mayor, porque es donde van a llegarse los afectos, los amigos, la familia que habitualmente no nos puede ver. Entonces uno trata de hacer las cosas mejor que en cualquier otro lugar del país. Y vamos a hacer canciones de todos los discos, sobre todo del último, y además otras que voy a grabar recién en un próximo disco", anticipó a Rosario/12 el violinista, cantante y compositor.

Con seis discos editados, Lovato comparte generación con otros jóvenes artistas que han logrado trascender en el ámbito del folclore argentino como instrumentistas. Franco Luciani con sus armónicas, Damián Verdún con el charango o Lovato desde su condición de violinista aparecen así como ejemplos en su franja generacional. Para Lovato, el hecho de que nuevos talentos surjan en Rosario tiene su explicación: "Una ciudad como Rosario tiene influencias de distintos puntos del país, por esos provincianos que llegaron hace muchos años en busca de posibilidades de estudio, de preparación o formación para sus hijos. Creo que de esa manera se fue nutriendo Rosario, como otras grandes urbes, Córdoba y Capital Federal, que se nutrieron de toda este gente que vino del interior de las provincias con sus sueños. Y que produce una mezcla cultural y musical importante. A la vez, llegan a una ciudad donde hay grandes escuelas de música, gente que toca muy bien y gente que sabe enseñar muy bien. Y donde se puede escuchar mucha música, porque acá llegan todo tipo de espectáculos".

En cuanto a la selección de esos instrumentos esenciales para el folclore pero que, sin embargo, son menos consumidos que otros como el bombo o la guitarra, el violinista apuntó: "Creo que la incorporación al timbre se da por nuestros mayores. En mi caso, específicamente, tomé el violín y su timbre en el folclore viene bajando de la escuela de Sixto Palavecino. En el caso de la armónica de Franco Luciani, sin ninguna duda está el más grande armoniquista de todos los tiempos que fue Hugo Díaz. Y el charango tiene muchos referentes importantes, pero creo que por ahí Jaime Torres se lleva un plus por la escuela charanguística que tiene, por la técnica y el sonido tan particular que tiene. A la vez, nosotros seguimos el camino que nos marcaron nuestros mayores. Nosotros venimos a continuar con esa huella".

En ese tránsito, el hallazgo de una voz propia es siempre un objetivo para artistas como Lovato, que concluyó: "Creo que hoy ya encontré un sonido propio. Recién lo encontré después de seis discos. Mis canciones me dan también la posibilidad de ser más personal. Estoy tranquilo porque ya encontré el perfil, el sonido por donde quiero seguir investigando. Creo que el nutrirme de tantas vertientes me dio esta posibilidad de ubicar mi lugar y sonido. Y a largo plazo el objetivo es poder hacer, junto a compañeros, una movida importante en los lugares donde al folclore le cuesta muchísimo entrar y difundirse, como Capital Federal o Rosario".