Jue 21.04.2011
rosario

CULTURA / ESPECTáCULOS › TEATRO. EL CENTRO CULTURAL LA NAVE ABRE SU TEMPORADA REPONIENDO TRES OBRAS

Operto y los contadores de historias

"Sabemos que si tenemos un espectáculo de calidad donde el espectador se reconoce, que lo perturba y lo descubre como ser pensante, podemos mantener las propuestas",
sostiene Walter Operto, director de la sala de San Lorenzo 1383.

"Tengo ganas de ver más teatro rosarino; me voy motivada". Para el equipo de trabajo del Centro Cultural La Nave, el comentario escrito por una espectadora al término de la función de Maté a un tipo funcionó como espaldarazo para "la lucha y batalla de los teatristas rosarinos frente al aluvión de cosas que llegan de Buenos Aires, algunas de buen nivel y otras no tanto". Así lo entiende Walter Operto, conductor de La Nave y responsable de diagramar una programación con la que busca evitar que el teatro rosarino muera en combate.

Hasta el momento, la estrategia resulta auspiciosa, según apunta Operto a Rosario/12: "Queda pomposo hablar de éxito, pero realmente tenemos una corriente de público que valora lo que nosotros llamamos el teatro de arte. Así como es una elección artística la selección del repertorio, también es una elección de vida que tenemos los teatristas, de esperar a nuestro público con paciencia. Pero sabemos que si tenemos un espectáculo de calidad donde el espectador se reconoce, que lo perturba y lo descubre como ser pensante, podemos mantener las propuestas. Realmente es una de las finalidades que nos proponemos cuando elegimos un repertorio de lo que llamamos teatro de idea".

En el comienzo de la temporada 2011, la selección apuntó a la continuidad de tres propuestas que ya pasaron por la sala de San Lorenzo 1383 durante el 2010. Se trata de El hablante de David Farías (que con la actuación de Ricardo Arias irá los viernes a las 21.30), Venecia de Jorge Accame y Maté a un tipo de Daniel Dalmaroni, ambas dirigidas por Operto. Con las actuaciones de Beatriz Ramos, Marcela Moro, Valeria Moro, Laura Rolle y Orlando Zampar, Venecia se subirá a escena los sábados a las 21, mientras que los domingos a las 20 se presentará el trabajo protagonizado por el elenco que integran Enrique Marín, Romina Zencich, Antonela Calelo y Javier Fernández.

Sin la posibilidad de pautar en los medios masivos --casi inaccesibles desde lo económico para las pequeñas y medianas producciones--, la continuidad de las obras en cartelera favorece la difusión entre los propios espectadores, permitiendo así que las convocatorias vayan in crescendo. Para Operto, la clave también radica en establecer objetivos artísticos. "No quiero usar la palabra independiente para referirme al teatro, porque cuando se comenzó a usar en los años 50 y 60 se refería muy concretamente al teatro que no tenía un objetivo comercial sino de difusión artística --analiza--. Nosotros no somos independientes, sino que estamos atados a nuestras ideologías, nuestras estéticas y, de alguna manera, rechazamos aquellas propuestas que tienen como único fin el teatro de entretenimiento. Algo que también aborrecía Lorca, que escribió mucho sobre aquellos espectáculos que tenían por único objetivo entretener a la gente. De algún modo, en lo que buscamos nosotros hay un equivalente en la buena literatura, la buena poesía, la buena música. La corriente de público que tenemos nos agradece éso, y estamos satisfechos con esas visitas, que nada tienen que ver con el teatro comercial".

Para sostener esa coherencia, Operto tiene en claro qué pretende al momento de seleccionar obras y textos. "En primer lugar busco autores que sean contadores de historias. De historias donde se refleja la memoria de la gente, las ambiciones, todo lo que hace a la condición humana, donde el público se va a reconocer de un modo o de otro con esos personajes. Eso es lo fundamental cuando elijo un repertorio. Después que tenga un nivel literario y mucha teatralidad de la buena, que no tenga golpes bajos, que no esté al servicio del facilismo, porque entiendo que el ser humano pensante para comprender todo tipo de historia, así sea la más vanguardista y la más profunda. Lo importante es que se reconozca, que sienta que están hablando de él, de su pasado, de su memoria o sus sentimientos. Eso es lo importante y uno de los valores principales que pongo en la balanza a la hora de elegir un repertorio", apunta el director.

En esa línea, en La Nave se están llevando adelante los ensayos de Esa mujer llamada Evita (integrada por las obras Eva a secas de María Rosa Pfeiffer y Las costureritas de Eva de Adriana Tursi) y Dos mujeres, de Javier Daulte. En junio se renovará parte de la cartelera con una obra de Omar Serra basada en textos de Alejandra Pizarnik y con Ella en mi cabeza, que irá los sábados con dirección de Edgardo Rossini. Para septiembre, en tanto, está programada la presentación de El secuestro de Isabelita de Daniel Dalmaroni, quien tendrá a su cargo el taller de actuación con dirección que derivará en el montaje de la obra.

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