Ofreciendo un giro a sus habituales creaciones, la directora Liliana Gioia volvió a calzarse el traje de dramaturga, pero esta vez para abrir al público su costado emocional, dramático. Es que en esencia ése es el tono que atraviesa Cuando Gardel cantaba en francés, la obra que esta noche estrenará en el Complejo Cultural de la Cooperación (Urquiza 1539), y que con las actuaciones de Mariano Raimondi y Sonia Lüdi continuará presentándose los sábados de abril (y viernes de mayo) a las 22. En diálogo con Rosario/12 Gioia relató el nacimiento del proyecto, que surgió a partir de un reencuentro familiar.

"La obra es fundamentalmente dramática. Es un drama realista que tiene como origen una imagen mía de cuando fui a visitar a mi hermano a París. El hace muchos años que vive allí y me recibió con tangos de Gardel, cuando grabó allí en francés. Eso me resultó conmovedor, la imagen de una persona que hace tantos años que está allá y sin embargo sigue escuchando a Gardel. Ese es el origen íntimo, porque me conmueve mucho la gente que tiene que abandonar la tierra de la infancia y tiene que hacerse de nuevo, con esta herida siempre abierta por lo que se deja, y aquí me propuse abordarlo directamente, porque el eje central es el desarraigo. Dentro de una historia de amor que transcurre en Francia y donde los protagonistas son un sociólogo que allá trabaja momentáneamente de parrillero y se vuelve a encontrar en París con su ex pareja, que lo va a visitar después de cinco años, porque en su momento ella decidió no acompañarlo", relató.

Planteada como "como una obra de personajes, de estados anímicos muy cambiantes, desesperados, eufóricos", la pieza transcurre en una única noche, y marca un cambio en las habituales propuestas cómicas de la directora, que admitió: "Esta obra me la dictaron mis imágenes y mi corazón. Indudablemente el humor existe en algunas escenas, pero no es el tono principal, aunque uno no pueda escapar a ciertas construcciones. Tampoco es un drama que termina asfixiándote. Me parece que de mi parte hay una mirada muy comprensiva, cuasi piadosa y, como está la ternura de por medio, me parece que no llega a angustiar".