CULTURA / ESPECTáCULOS › TEATRO. CORAZóN DE BIZCOCHUELO, INFANTIL DE ENRIQUE PINTI
Sin el costado trágico de la obra que lo inspira, el clásico Romeo y Julieta, el espectáculo cuenta la historia de Confite y Margarina, que intentarán casarse a pesar de sus padres: los dueños de las pastelerías Pasteletti y Cremona.
Luego de algunas reestructuraciones en el proyecto, en febrero de este año Patricia Pareja asumió la dirección de Corazón de bizcochuelo, la obra con la que Enrique Pinti dejó su firma dentro del teatro para niños. Protagonizada por un elenco diverso que tiene como común denominador a la labor humorística, la obra subirá a escena los domingos de junio (a las 16) en La Comedia (Mitre y Ricardone), para contar allí su versión de una de las grandes historias de todos los tiempos.
Así lo apuntó Alejandro Ghirlanda, actor y responsable del diseño lumínico y escenográfico de la obra: "Es una adaptación de Romeo y Julieta, pero sin un final trágico. Son dos panaderías que están una frente a la otra. Don Pasteletti y Doña Cremona, los dueños, son enemigos acérrimos que tienen sus hijos, Confite Pasteletti y Margarina Cremona (interpretada por Anabela Agostini), que por supuesto están enamorados y se quieren casar. Pero sus padres ni siquiera les permiten que se hablen".
En medio de una de las habituales discusiones, ellos descubrirán la posibilidad de quedar a solas... O no tanto: allí entrará en escena Pirulín, "una especie de arlequín, de cupido, un personaje medio mágico, muy loco", según la definición de Ghirlanda, responsable de interpretarlo. "Pirulín es amigo de los chicos, y quien organiza toda la trama para envolver a los padres y que los chicos se puedan casar". Al listado de personajes se suma Doña Gumersinda (a cargo de la directora), una vecina que se alía con Pirulín y los chicos, convencida de que los adultos están locos.
A cargo de los restantes roles se encuentran Florencia García, quien estudió comedias musicales y es responsable además de diseñar las coreografías; Luciano Matricardi, que con una amplia experiencia en el clown y el humor encarna a Confite; y Cristian Valci, que se corre de su rol picaresco-revisteril e interpreta su primer papel infantil poniéndose en la piel de Pasteletti. "Es un elenco bastante diverso. Pero todos, de alguna manera, venimos del palo del humor. Es un elenco bastante heterogéneo que ha logrado muy bien los personajes", apuntó Ghirlanda.
Con un par de funciones en su haber, Corazón de bizcochuelo (obra que cuenta con la música original del Les Luthiers Carlos Núñez Cortés y los arreglos de Marcelo Petetta y Roberto Ceballos, además del vestuario de María Florencia Guerrero) ya se probó efectiva ante el público, según concluyó el actor: "La obra quedó muy bien, es muy divertida. Los personajes en general son bastante alocados y muy queribles. En las funciones se escuchaban las risas desde el escenario, una respuesta que ya no requiere de mucho análisis: en ese momento sabés que la obra está funcionando".
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