Dom 23.10.2011
rosario

CULTURA / ESPECTáCULOS › LA SUBASTA REALIZADA EN EL MARCO DE LA SEXTA EDICIóN DE LA FERIA RELáMPAGO LA FUGAZ, Y POR LA SéPTIMA EDICIóN DE SEMANA DEL ARTE ROSARIO.

No hay que confundir valor y precio

Reflexionar y hacer reflexionar sobre el valor relativo del dinero y el arte fue el objetivo que se propusieron Héctor De Benedictis (titular del ETUR) y Roberto Echen (CEC) al pedirles a diez artistas que "intervinieran" cada uno un billete de 10 pesos argentinos, "invertido" directamente del propio bolsillo de los funcionarios o los propios artistas.

› Por Beatriz Vignoli

Un récord de ventas histórico de $47.000 pesos rindió la subasta realizada en el contexto de la sexta edición de la feria relámpago La Fugaz, el miércoles pasado en la galería Darkhaus de arte y diseño (Corrientes 267) en el marco de la séptima edición de Semana del Arte Rosario (SAR). "Pero salió carísimo todo", advirtió una fuente confiable. Organizada por gente del Centro de Expresiones Contemporáneas y los propietarios de Darkhaus (Silvia Cagnone, Cristian Fernández y Melina Pizzarotti), La Fugaz sumó un eficiente equipo de colaboradores, entre ellos Lila Siegrist, Pablo Montini y la estrella de la noche: el subastador César Moreno. Este año, la subasta estuvo centrada en la insólita y redituable experiencia Moneda Fugaz.

Reflexionar y hacer reflexionar sobre el valor relativo del dinero y el arte fue el objetivo que se propusieron Héctor De Benedictis (titular del ETUR) y Roberto Echen (CEC) al pedirles a diez artistas: Luján Castellani, Daniel García, Fabián Marcaccio, César Baracca, Cintia Romero, León Ferrari, Carlos Herrera, Graciela Sacco, Adolfo Nigro y Julio Rayón que "intervinieran" cada uno un billete de 10 pesos argentinos, "invertido" directamente del propio bolsillo de los funcionarios o los propios artistas. "Elegimos el billete de 10 pesos porque era un valor accesible y porque representa al Monumento a la Bandera, y queremos proyectar la ciudad", contó ayer entusiasmado De Benedictis a la cronista de Rosario/12. "El billete es grabado en sí mismo, una obra multiejemplar que se convierte en pieza única al ser intervenida. La forma común a todos los billetes destaca aún más el carácter de marca singular de la intervención de cada artista".

Los 10 artistas convocados dejaron cada uno su impronta emblemática en los billetes, como puede verse consultando el catálogo en http://www.cecrosario.org.ar/UserFiles//media/Documentos/23﷓catalogoLafugaz6.pdf o en las fotos que ilustran esta nota. Expuestos en doble vidrio de acrílico que permitía ver anverso y reverso, y luciéndose gracias a un exquisito montaje diseñado y realizado por Silvia Cagnone y sus colaboradores, los 10 billetes salieron a subasta sin base, alcanzando valores de venta que promediaron los $ 1500 y cuyo tope fue de unas 450 veces su valor. "Se pujaba por los autores de más nombre" comentó un participante consultado. "En general se vendieron a mas del precio de la base, sobre todo los conocidos".

"Imprimir un billete de diez pesos cuesta aproximadamente 23 centavos", afirma De Benedictis, quien evidentemente investigó el tema. "La firma que le da valor y lo legitima es la del director del Banco Central. La pregunta que nos hicimos fue: ¿cuál firma vale más? ¿La del artista o la del director del Banco Central? Nosotros queremos demostrar el valor del arte por sobre el valor del dinero. Hemos intervenido tantas cosas, ¿por qué no intervenimos billetes? Si intervenimos billetes, capaz que sea muy básico y muy pedagógico y todo el mundo entienda lo que pasa", evocó el músico y funcionario, recordando aquella canción de Serrat de "que no hay que confundir valor y precio".

Y se entendió: el billete de León Ferrari fue subastado en $4400 ($4600, dijo otra fuente consultada), es decir a más de 400 veces su valor. "Mi expectativa personal era que los billetes podían llegar a un techo de 80 veces su valor", confiesa sorprendido De Benedictis, quien el año pasado ganó un concurso de la Organización de los Estados Iberoamericanos (OEI) para investigar sobre economías creativas en Bilbao, Madrid y Barcelona (España) y se muestra muy interesado en el valor del arte desde que en 1995 participó de la recuperación del Goya robado del Museo Castagnino 10 años atrás, el 1 de noviembre de 1985.

En cuanto al origen de la Fugaz, recuerda De Benedictis: "Empezamos charlando con Marcela Römer y Fernando Farina sobre la fantasía, que mucha gente tiene, de que Rosario tenga una feria de arte. Pero se evaluó que es un mercado de arte que no tiene volumen, que no tiene coleccionistas, entonces primero había que crear las condiciones para una feria de arte en Rosario. La subasta es parte de esta feria efímera que se llama la Fugaz; dura una semana porque la instalamos o bien en el CEC, o en este caso (este año) en Darkhaus, o en el Palace Garden o en el Castagnino y la dejamos para que la gente pueda ver las obras antes de la subasta. El año pasado la fugaz entró en un punto de decadencia, porque estaba enquistada en un mismo público, gente del sector, y había que abrirla o se caía. Al pasar Echen al CEC, los directores de la Fugaz somos él y yo, participando Graciela Sacco de la convocatoria", enumera; pero se queda corto.

Para completar la lista hay que escuchar otras voces: "Pablo Montini y yo, que somos los joint entre el Estado y el sector privado, les propusimos a los Darkhaus hacer esto; les presentamos al Turco (Roberto Echen), laburamos como hormigas, el equipo del CEC muy bien", declaró Lila Siegrist, quien junto con Montini es curadora del ciclo de exposiciones del espacio de arte de Darkhaus. Pero cabe agregar que lamentablemente ni ella ni él recibieron pago ni agradecimiento alguno por parte del Estado municipal. Coleccionista de arte rosarino, Lila Siegrist compró por $750 una foto de Luis Vignoli (base: $700, una instantánea de su serie pionera tomada en fiestas de los años 90 y la identidad de cuya rubia figura masculina central se dice en el ambiente que es la de la galerista Topacio Fresh, cirugía de por medio); adquirió además el óleo La frutera del integrante del grupo Litoral Pedro Giacaglia, una obra de Gastón Miranda (quien también colabora con Darkhaus en la organización del espacio de arte), y otra de Pauline Fondevila. Sólo dos obras no se vendieron, reveló Cagnone: una pintura de Giacaglia que tenía un marco algo pasado de moda, y una foto de Paulina Scheitlin, quien cabe destacar que tiene piezas mucho más atractivas en la trastienda misma de la galería Darkhaus, donde expuso este año. Por lo demás, los compradores arrasaron. Otros compradores fueron Pablo Taverna, Claudio Tedeschi, Roberto Echen, Ricardo Torres, Marcela Römer, Cristián Fernández y de Benedictis.

"La idea fue dividir las obras de los artistas en tres grupos: consagrados, intermedios y emergentes. El consagrado es una marca registrada; el emergente es una apuesta que vos hacés. Esta vez decidimos hacer La Fugaz en Darkhaus, sacarla del ámbito público oficial. La subasta de obras provenientes de galerías, a diferencia de ediciones anteriores, fue con bases bastante altas", cuenta De Benedictis, quien sin duda debe parte del éxito de la operación al hecho de haberse rodeado de expertos. Las inasibles y complejas relaciones entre el valor extrínseco y el valor intrínseco de la obra de arte son un delicado tema que requiere de profundidad, de amplia información y sobre todo de experiencia; el trabajo recién empieza.

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