Construyendo desde el humor una idea plasmada por Patrick Suskid en uno de sus relatos, el director Juan Carlos Lanza delineó El músico, el unipersonal que Roberto Varela interpreta cada domingo a las 20 en el teatro Vivencias de Mendoza 1173. En la puesta, el actor encarna a un artista en conflicto permanente con su instrumento, reflejando allí una relación de amor-odio por la que probablemente haya atravesado (o atraviesa) todo músico que se precie de tal.

Consultado al respecto, el protagonista de la puesta distinguió las cualidades del proyecto: "Se trata de las desventuras que sufre un músico con su instrumento, los fracasos y frustraciones que le achaca a su contrabajo. El músico va desgranando su historia, contando lo que le ha ocurrido en la vida, los objetivos que no ha podido alcanzar, todo contado de un modo humorístico". Asimismo, Varela explicó que el único personaje en escena "no se hace cargo de nada", y atribuye todas sus penas a su contrabajo, a la sazón, su única compañía sobre un escenario despojado.

Narrada bajo un tono general de comedia, la puesta está cargada igualmente de cierto peso dramático, según remarcó el actor: "Es una obra divertida, pero no es pasatista y tiene un trasfondo dramático. Además tiene muchas lecturas, porque podría verse al instrumento como un destino al cual el músico está atado y no puede zafar".