Esta noche a las 21.30, con repetición mañana a las 18, canal 3 continúa la emisión de la denominada Maratón de Producción Audiovisual, esfuerzo colectivo que bajo la coordinación del Centro de Producción de la Escuela de Comunicación Social (UNR), aúna a la Dirección de Comunicación Multimedial de la UNR, el Centro Audiovisual Rosario, la Escuela Provincial de Cine y TV y la carrera de Producción y Realización Audiovisual de la Universidad Abierta Interamericana.

A partir de la consigna "numérica" propuesta, contenida en la presentación ideada por el animador Pablo Rodríguez Jáuregui, los capítulos a emitirse hoy serán 52-Madre e hijo -﷓con dirección de Martín Sansarricq y Marcos Pistacchia, a partir del guión de Patricia Booth-﷓, y 46-Tomates, dirigido por Andrés Aseguinolaza y Gonzalo Fernández a partir de un guión de Andrea Foco.

El número 52 tendrá su título de elección en el género femenino, a partir del dilema planteado entre una madre y su hija, en el medio de un diálogo de tarde, compartido con otra amiga y el audífono materno. Una especie de soliloquio en donde ella habla mientras las chicas supuestamente le escuchan, con tanto consejo de vida de por medio. Todo ello teñido con preguntas "casuales", remitidas a la dieta, a "lo que yo hice", "pero cómo que no tienen novios siendo ustedes tan bonitas", y tanto más.

El elemento que interactúa de manera nodal es el audífono, que sirve para subir el volumen de escucha pero también para decidir cuándo anularla. La interacción familiar, así, se vuelve extraña. Hasta que sucede lo que habrá de suceder, con un ramo de flores como disparador final.

En cuanto a Tomates, otra vez la madre como sostén vincular, o como inconveniente a superar. En este caso, la propuesta radica en el trato amigable que la hija pequeña establece con el avejentado jardinero. De por medio, el tomate aún verde al que él dedica todo su esfuerzo y, por el otro, los dibujos de la niña, cuyos colores irán virando en función de los ánimos y las témperas. Tantos colores como el tomate también sabrá revestir.

Entre una y otra propuesta habrá de rescatarse y tener en cuenta el notable trabajo de dirección de arte, que supo modificar un mismo estudio en tantos escenarios imaginados y posibles (atributo que va para la totalidad de los trece episodios). En cuanto a Madre e hija y Tomates, lo que en el primer caso es un living de tarde ruidosa, con ventana a la calle, en el otro es una cocina que comunica con un patio. El ingenio en este caso parece ser también moneda con la que hubo de lidiarse en términos generales, dada la relación fortuita que se impuso entre guión y dirección, ya que los realizadores de la maratón no eligieron sus guiones, así como los guionistas tampoco lo hicieron respecto de los directores.

Este "forzamiento" seguramente provoque buenos réditos, no sólo merced a lo que signifique un trabajo bien realizado, sino en cuanto a la realidad técnica y humana disponible para afrontar este tipo de tareas, más ligadas de esta forma al usual hacer profesional. Es decir, hay un aspecto ligado a la tarea audiovisual como "oficio" que resulta sumamente necesario internalizar. Si existe una plataforma que vuelva posible estos desafíos, ése será uno de los parámetros consecuentes luego de tal experiencia. Por lo pronto, lo que sucede es vital, porque se trata de la exhibición pública. ¿Cuál será la respuesta de los espectadores?

También destacar que se trata de una instancia experimental primera, de cara a la realización de la inminente maratón de documentales. A propósito, para quienes quieran participar, hay tiempo de mandar guiones hasta el 15 de marzo y que cualquier duda podrá remitirse a [email protected].