Desde que en 1987 Sergio Dawi sumó su saxo al staff de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, el vínculo artístico con el bajista Daniel "Semilla" Bucciarelli se prolongó no sólo más allá de la ruptura del grupo --y las polémicas disputas entre Solari y Beilinson--, sino que pudo sostenerse aún cuando el segundo profundizó su camino en las artes visuales. De hecho, ésa es la clave de Semidawi, el proyecto con el que la dupla llegará esta noche (a las 22) a Willie Dixon, y que combina la interacción de música e imágenes en un marco que abre el juego a la improvisación.

"Hay un porcentaje que está dado a los impulsos de lo que pasará esa noche --apunta Dawi a Rosario/12--. Pero, en principio, tanto Semilla como yo basamos las improvisaciones sobre determinados cuadros de Semilla y sobre músicas mías que vamos armando y desarmando. La idea es dejar un porcentaje de cosas libres y otras que están preparadas, pero también en base a improvisaciones anteriores. Seguramente hay un sello que es la imaginaria de Semilla, que bajo mi punto de vista tiene una riqueza muy intensa. Y yo, a través de procesadores, una loopera y un teclado, con el saxo voy armando estos temas".

Aunque volcado de lleno a la producción visual, Bucciarelli viene incursionando en estas combinaciones multimediales con diversos artistas, sociedades que con el saxofonista se potencian a partir del conocimiento cimentado durante años, algo que destaca el ex bajista ricotero: "Empecé haciendo esta propuesta visual con Dosaxos2 (NdR: el dúo de saxofones formado por Dawi a mediados de los 80), o sea que Sergio sabe lo que yo puedo hacer. Básicamente, por mi lado es mucha improvisación. Sergio, como está tocando saxo, tiene algunas bases armadas de su espectáculo, otras que tiene armadas para éste y después improvisa mucho. La idea con Sergio es buscar los límites, y juntos estamos muy cómodos".

"Tenemos esto que se sintetiza como química --agrega Dawi--. Es el hecho de haber estado tantos años haciendo cosas juntos. Durante muchos años hicimos cosas musicales. De alguna manera tenemos un código que es nuestro capital. Hay como un lenguaje que show a show vamos recreando y enriqueciendo. También esta posibilidad de ir grabando, de ir dándonos la oportunidad de probar nuevas cosas".

Habituados lógicamente a las grandes presentaciones --aquellas misas ricoteras que en Argentina establecieron un récord en lo que a movilizaciones rockeras se refiere--, en este proyecto compartido Dawi y Bucciarelli encontraron buenas respuestas en espacios de menor escala que el de Suipacha y Güemes, lo que representa un nuevo desafío para su set multimedia. "Va a ser raro por la cantidad de gente, por el lugar. Vamos a ver qué pasa. Por suerte son todos ricoteros. Todo es a favor. La última vez que lo hicimos a la gente le gustó mucho, se engancha mucho con el espectáculo, porque es medio hipnótico. Te enganchás mucho, y nosotros también", reconoce Semilla.

A lo que su colega agrega: "Esto nos va enriqueciendo. De éso se trata, de poder ir jugando con su pintura y mi música, y armar una bola que también pueda comunicar. De hecho la fecha del 24 de marzo no nos pasa por encima, entonces en este show tenemos la oportunidad de manifestar nuestro sentir".