Convertida en una de las ganadoras del concurso de Coproducciones musicales de la Editorial Municipal, la banda El fuego de la semilla pudo plasmar la publicación de su primer disco donde, bajo el título Día y un fino criterio en su abordaje al folclore latinoamericano, reúnen siete composiciones propias y media docena de versiones de obras de autores como Aníbal Sampayo y Violeta Parra. Conformado por Noelia García (voz), Pablo Elizondo (guitarra y coros), Marco Kofman (guitarra, charango, cuatro y coros), Facundo Vázquez (bajo y ronroco), Matías Marcipar (quenas, sikus, clarinete y saxo) y Jorge Mockert (percusión y acordeón), el grupo realizará la presentación formal de su obra esta noche, a las 21.30, en la Sala Lavardén de Sarmiento y Mendoza. Allí recorrerán la totalidad de Día, sumando obras inéditas y nuevos arreglos, con el guitarrista Marcelo Stenta, el flautista Demián Santucho y el percusionista Manuel Hazán como invitados.

Miembro fundador del proyecto allá por 2005, el músico santafesino Marco Kofman profundizó en los criterios que el grupo impregna tanto a sus propias obras como a las interpretaciones que hace de canciones como Kychororo de Sampayo, Algarroba, algarrobal de Cimaglia Espinosa y Ponferrada, El diablo en los carnavales de Edú Pitufo Lombardo y El guillatún de Violeta Parra, entre otras. "Por ahí lo que estamos buscando es la construcción de una identidad en torno a lo que puede ser la raíz folclórica en la ciudad, la música urbana de raíz folclórica. Los arreglos tienen que ver con esa mixtura y en los arreglos de temas, sobre todo en las recopilaciones, en ver cómo trabajar en nuestra historia urbana esas raíces", apuntó Kofman, quien además pone la firma en tres de los temas propios que el grupo presenta en el disco.

En relación a esas obras, el músico nacido en Santa Fe expresó: "Con los temas propios pasa algo parecido, uno compone desde lo que tiene. Todos nosotros escuchamos folclore toda la vida, pero el intento es no forzar el folclore para decir algo urbano".

Aun reconociendo el trabajo de autores del litoral que ya se consagraron, como Jorge Fandermole o el entrerriano Carlos Aguirre, los miembros de El fuego de la semilla se saben parte de una nueva generación. "Planteamos una búsqueda de nuestra propia generación, nos consideramos parte de una tercera generación de música urbana de raíz folclórica".