Hay una historia truculenta ocurrida en la ciudad francesa de Le Mans en la década del '30, que conmovió a la opinión pública de la época y que motivó la opinión y análisis de personalidades destacadas de la cultura de ese entonces como Jaques Lacan, Paul Eluard, Simone de Beauvoir, Sartre, Claude Chabrol. El episodio tuvo además uno de sus íconos estéticos en "Las criadas", obra emblemática del director y dramaturgo Jean Genet. El famoso crimen de las hermanas Papin, perpetrado contra su empleadora, sigue constituyendo motivo de análisis y un material más que subyugante para las distintas generaciones teatrales que exploran la zonas más oscuras de las relaciones humanas. El grupo local La Estación acaba de estrenar "Christine y Lea Papin", obra del actor, director, dramaturgo y psicólogo Hugo Cardozo basada en esta historia con las actuaciones de Estela Arguello, Pochi Gotri, Lorena Salvaggio y Laura Wulfson. Una puesta que podrá verse todos los sábados de junio a las 22 en el Teatro El Rayo (Salta 2991).

Cardozo que participó el año pasado como actor, asistente de dirección y coordinador general del multitudinario proyecto Museo Ezeiza﷓Rosario que dirigió el director porteño Pompeyo Audivert, comentó a Rosario/12 la forma de abordaje estético de este nuevo estreno al frente de su grupo. "Nuestra propuesta estética se sostiene en la confluencia de diversos conceptos investigados y desarrollados en movimientos históricos﷓ artísticos, que se desprenden del trabajo de actuación y montaje: textos, tiempo, ritmo, acción, tensiones, desplazamientos. Estos elementos se organizan en continuidades y discontinuidades que nos posibilitan la narración espacial y corpórea de un hecho histórico particular", explicó Cardozo.

-¿Las recientes incursiones del maestro Pompeyo Audivert a partir de sus talleres, influyen en esta nueva propuesta de La Estación?

-Nosotros partimos del caso de las hermanas Papin y experimentamos sobre la técnica de trabajo que Pompeyo Audivert propone a partir de "La Maquina de Improvisar", en este sentido el grupo asume la responsabilidad de un nuevo aprendizaje, transformándolo en propio y convirtiéndolo en un acontecimiento social y colectivo -sostiene el autor y director de "Christine y Lea Papin".

A la hora de plantear el diseño de puesta en escena de este material tan particular, los integrantes de La Estación abrevaron en conceptos provenientes de algunos movimientos artísticos que fueron dotando de imágenes acordes con el planteo dramático.

"En nuestro recorrido nos detuvimos en algunos conceptos de ciertos movimientos artísticos: del surrealismo tomamos los planos superpuestos (collage), la simultaneidad de acciones que ocurren en un mismo tiempo﷓ espacio físico de la escena, del surrealismo todo lo que tiene que ver con lo onírico, ya que pensamos que los sueños permiten a los personajes enajenarse del mundo real que resulta tan desagradable, permitiendo el ingreso de los deseos y los recuerdos infantiles", apunta Cardozo.

Mucho de la infancia de las hermanas Papin se juega en el desenlace de esta historia donde se habla de abusos por parte del padre, la locura de varios miembros de la familia y la queja de las Papin antes del crimen, de sentirse perseguidas.

"La desigualdad de sexos, la opresión social, la represión sexual y una educación religiosa asfixiante en una ciudad de provincias pequeña y chata ,son ingredientes que arrojan algo de luz sobre este crimen, en Argentina, aparentemente, carecemos de experiencias que hayan suscitado el fervor intelectual, menos aún si se trata de sirvientas, nuestra literatura nunca tuvo hermanas Papin", comentan los responsables de esta obra ganadora del Concurso para Subsidios Municipales 2011, de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad.

Gran parte de la teatralidad que tiene este acontecimiento desde el momento en que se produce, es la cobertura de la prensa de la época que planteó el caso como una "pasión anormal" entre hermanas, de esta manera para algunos las Papin eran "monstruos", para otros, "víctimas expiatorias de la ferocidad burguesa".

-¿Qué estrategia estética sostiene la obra desde el lugar del espacio escénico?

-El espacio escénico está pensado con principios de composición definidos, como un cuadro viviente, un juego de vectores entre actores, objetos, muebles y colores que permite una tensión visual, los objetos escenográficos son convencionales y representativos de las habitaciones de la casa, aparecen instalados en el espacio y permiten inferir el todo por las partes.

-Otro tema interesante es la resolución del vestuario que tiene un anclaje histórico.

-En el diseño del vestuario tomamos en cuenta la propuesta estética general a la que le incorporamos el análisis del estilo del vestido de los años `30, permitiendo un trabajo sobre los datos del contexto histórico que posibilitaran una propuesta integral. En este sentido el planteo de vestuario tomó en cuenta las características que la figura femenina va tomando en la época, hombros marcados, figuras alargadas y detalles que nos sitúan históricamente﷓ agrega Cardozo.

Con respecto a los efectos logrados por la concepción estética del grupo, el director privilegia la utilización de la luz que entra desde la calle, las lámparas y velas que resaltan algunos momentos y el lugar de los espectadores que delimitan el espacio escénico, bordeando la casa de Los Láncelin, para generar sensación de encierro, quedando los espectadores en la oscuridad.