A fines de los 90, Andrea Marsili dejó Rosario en busca de un master de piano clásico en Estados Unidos. Cumplido ese objetivo, más tarde continuaría estudiando música contemporánea en Alemania, desde donde partió luego hacia París junto a la también rosarina (y bandoneonista) Carolina Poenitz. Diez meses después del arribo de la dupla a la Ciudad Luz, en la Casa Argentina de la Ciudad Universitaria de París Verónica Votti y Luciana Jatub decidieron armar una orquesta de señoritas y convocaron a sus colegas rosarinas. Ese sería el comienzo para Fleurs Noires, la agrupación a la que poco tiempo después Marsili comenzó a dirigir. Corría el año 2003 y los objetivos eran diferentes a los que hoy guían a un proyecto tanguero catalogado como atípico y que cosecha elogios por su distintiva personalidad.

"En un comienzo la idea era hacer arreglos de los clásicos, pero muy rápidamente propuse, y les gustó la idea, de que tocáramos creaciones propias, o bien obras compuestas específicamente para nuestra formación", recuerda en diálogo con Rosario/12 Marsili, líder del proyecto que se completa con Solenne Bort (violín), Anne Le Pape (violín solista), Poenitz (bandoneón), Eve Cupial (bandoneón), Andrea Pujado (violín), Veronique Rioux (bandoneón solista), Anne Vauchelet (contrabajo), Verónica Votti (violoncello) y Caroline Paerssal (alto).

Aceptada la determinación, Marsili comenzó a rastrear algunos compositores: "Así junté material para un primer disco, en el cual incluimos un par de temas de Víctor Parma de Casilda, de Edgardo Acuña de Buenos Aires, Gerardo Jerez le Cam (un porteño radicado en Nantes) y un par de temas míos". De esa manera, en 2007 Fleurs Noires lograba publicar su primer álbum.

En paralelo, Marsili completó sus estudios de composición y su doctorado en Musicología. Las composiciones, así, comenzaron a acumularse, derivando en el registro de Salida de emergencia, la placa que ayer recorrieron en Sala Lavardén, y que esta noche volverán a interpretar en el concierto que (a las 21) brindarán en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas (Maipú 1344), sumando como invitada a la cantante Sandra Rumolino.

En Salida de emergencia, entonces, es posible aproximarse a las notables condiciones de Marsili como compositora, rol en el que terminó por afianzarse "por el año 2004". "Cuando estaba haciendo esta búsqueda de compositores para el primer disco yo era intérprete nada más, tocaba el piano y lo que quería era ser intérprete de música contemporánea, de tango contemporáneo, pero no componía --expresó--. Cuando empecé a buscar compositores y arregladores les pedía lo que quería que me escribieran. En esas charlas me dí cuenta que tenía muy en claro qué era lo que quería, que lo que faltaba era que me sentara a escribir. Pero tenía un respeto por todo lo que fuera la creación y, hasta que no estuve obligada, no me senté a ver si lo podía hacer. Cuando fue clarísimo lo que quería me senté y escribí esos dos primeros temas que forman parte del primer disco. Quizás yo hice el camino inverso de muchos otros colegas: yo no me senté a componer hasta que no lo tuve claro en mi cabeza".

Para Marsili, además, el profundo conocimiento sobre las habilidades de sus compañeras le ha permitido abordar la creación sabiendo cómo luego serían abordadas: "Hace nueve años que toco con las chicas, entonces cuando escribo ya sé qué es lo que va a funcionar para cada una de ellas. La música que tocamos está completamente escrita, podemos agregar algunos efectos, dinámicas, se pueden modificar matices en los ensayos, pero la música está completamente escrita. Hay sí una improvisación de Carolina Poenitz en un tema que va a formar parte del tercer disco, pero eso forma parte de las experimentaciones que estamos haciendo a futuro. Pero es la primera vez en la que decidí no escribir todo, sino permitir un ingreso de improvisación, y éso es un momento importante en los conciertos".

Después de haber logrado muy buenas recepciones de parte de la crítica y el público, las Fleurs Noires pasarán por la ciudad sabiendo que el retorno no se prolongará demasiado, según anticipó finalmente la pianista: "No sabíamos lo que podía pasar en estos conciertos, porque lo que nosotras hacemos es de ruptura. Puede gustar o no, pero no hay término medio. Creo que es un buen momento para el tango. Desde el 2001 en adelante empezaron a haber un montón de propuestas nuevas. Es un momento espectacular y creo que fue el mejor momento para venir a hacer esta gira. Y hasta ahora fue todo muy bien, hemos recibido un montón de propuestas para volver, y ya tenemos prácticamente una gira completa para hacer el año que viene".