Lun 10.06.2013
rosario

CULTURA / ESPECTáCULOS › BERGMAN EN MADRE CABRINI

Sonata otoñal

Estrenada en agosto de 1979 en el ex-cine Gran Rex, según informa el referencial libro de Sidney Paralieu, "Los cines de Rosario, ayer y hoy", Sonata Otoñal, uno de los films de Ingmar Bergman que más espacio le ha brindado a ese ajuste de cuentas entre padres e hijos, podrá volverse a ver esta noche, a las 20.30, en la sala del cine Madre Cabrini.

Filmado después de la emblemática El huevo de la serpiente, el título que podremos ver en la función de hoy marca el encuentro de dos grandes actrices, ambas de origen sueco, como lo son Ingrid Bergman, ya sobre el final de su vida, y una de las compañeras en el campo teatral, cinematográfico y de la vida íntima del realizador, Liv Ullmann. Ambas, en los roles de madre e hija, interpretan un doloroso y piadoso desafío, marcado por la distancia, el recelo y ese afecto que no pudo ser brindado.

Tras siete años de ausencia, y por invitación de su hija, la madre, una afamada concertista llegará como esa gran esperada visita. Y allí, en esa casa, alejada de la ciudad, su hija, junto a su marido y esa otra hija enferma, parápléjica y olvidada, interpretarán ese otro cuarteto en el que, al igual que en Gritos y Susurros, su film del 72, estarán frente a frente, con el rostro desnudo, revelando sus dramas afectivos, escuchando sus reacciones emocionales, asomando a esas confidencias que no se habían podido conocer jamás.

Admirador de los dramas de Ibsen y de Strindberg, de la filosofía de Kierkegaard, de los existencialistas, de cineastas como Alf Sjoberg y Carl T. Dreyer, Ingmar Bergman (1918-2007) produjo una obra con la fuerza de un humanista que contempla los grandes interrogantes de la condición humana, en sus diferentes órdenes, en sus múltiples aspectos. Su cosmovisión se plantea desde los interrogantes que nos van acercando sus personajes y su universo de caracteres nos hace partícipe de su humilde familiaridad.

En Sonata Otoñal habrá un momento en que ambas, madre e hija, podrán hablar a solas. Y así, en un pasaje, y desde el guión, leemos, lo que ahora Eva, la hija, le dice a Charlotte, su madre: "Te amaba, mamá, era un amor de vida o de muerte, o al menos yo lo creía así, pero no me fiaba de tus palabras. Comprendía instintivamente que casi nunca sentías lo que decías. Tienes una voz tan bonita, mamá; cuando yo era pequeña la sentía en todo el cuerpo y entonces te enojabas conmigo porque no oía lo que me decías. Esto ocurría porque yo sólo escuchaba tu voz, pero a veces porque no comprendía tus palabras. No las comprendía porque no estaban de acuerdo con la expresión de tus ojos o el tono de tu voz".

La banda sonora de "Sonata Otoñal" incluye algunas composiciones de autores que están muy presentes en otros films de Bergman, como Chopin y Bach.

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