Organizados por la Secretaría de Cultura de la Nación, los Premios Nacionales recuperaron su ceremonia anual en 2011, tras once años de inactividad. Destinados a galardonar producciones en diversas ramas artísticas (que varían en cada edición), promueven tres primeros premios con incentivos económicos, de 50 mil, 30 mil y 17 mil pesos, sumándose además al primero una pensión vitalicia equivalente a cinco jubilaciones mínimas. En la edición 2013, cuya ceremonia se llevó a cabo el pasado lunes en el Palais de Glace porteño, tres rosarinos fueron protagonistas en el rubro musical, que se centró en las obras publicadas en el trienio 2009﷓2012 dentro del rock y pop: el segundo premio para Alamos de noche de Julián Venegas y el tercero para Momento sexto sentido de Sandra Corizzo destacaron en una lista que sumó además una segunda mención para Provincia, de Litto Nebbia.

Para tomar real dimensión del suceso es necesario esquivar el mero chauvinismo y valorar estas distinciones nacionales como un reconocimiento ya no sólo a las canciones galardonadas como unidades destacadas, sino como parte de cuerpos compositivos distintivos. Julián Venegas y Sandra Corizzo, en ese marco, se han confirmado como dos de los creadores más importantes de la escena musical de la ciudad. La visibilidad que seguramente traerá aparejada su presencia en los Premios Nacionales permitirá que el reconocimiento siga fortaleciéndose más allá del territorio local, basado lógicamente en esos cuerpos compositivos en los que ambos dejan una huella personal y reconocible.

Para ambos artistas hay otros elementos meritorios de ser celebrados, además de las bienvenidas distinciones. Por caso, el reconocimiento que, durante la ceremonia, les explicitaron los miembros de un jurado de peso: el productor Rafael Arcaute (que por sus trabajos con Calle 13 y Diego Torres obtuvo numerosos premios Grammy), el legendario baterista Rodolfo García, el compositor y productor Juanchi Baleiron (fundador de Los Pericos), Daniel Sbarra (guitarrista de Virus) y la cantante y compositora Mavi Díaz (fundadora de Viuda e hijas de Roque Enroll).

Sobre un total de 450 canciones presentadas, ellos determinaron el segundo premio para Alamos de noche, en donde Venegas brilla con su búsqueda poética a través de una obra que va modificándose de manera felizmente impredecible, con una delicada presencia del bajo (interpretado en el disco por Federico Ramonda) como herramienta de cohesión. Como en toda su obra, el joven músico rosarino deslumbra con sus cualidades como cantante, guitarrista y compositor.

Incluida en el disco Qué hacer salvo ver (películas), Momento sexto sentido descubre con la creación de Venegas algunos puntos de contacto, a partir de la cuidada tensión dramática que se configura en la canción. Sólo soy, another dead people, concluye en esa suerte de estribillo que corona un tema de fuerte corte introspectivo. Distinguida con el tercer premio del certamen, es una composición conmovedora donde Corizzo construye una sólida armonía desde el piano, sobre la que elabora una bellísima melodía desde su voz cálida y versátil.

Antes de ser premiada, esa creación ya se había transformado en una pieza clave dentro del repertorio de Corizzo. "Es un tema bisagra para mí. Habla de algo que es una sensación universal, que es básicamente lo que en psicoanálisis es la proyección, es una canción acerca de proyectar los defectos en algo afuera y no reconocerlo, hasta que llega un momento sexto sentido y te das cuenta que vos sos el fantasma, el que de algún modo generaste eso. Es una canción que surgió desde las entrañas, por más que parezca que está narrando un hecho externo. Tengo esa sensación casi con todas las canciones del disco. Por algo las elegí con mucha honestidad, muy desde adentro".

Discípulo de Corizzo, y responsable de impulsarla a presentarse al certamen, Venegas también distingue a Alamos de noche como una creación de valía dentro de su notable segundo disco, Alamo blanco. "Es una canción que me sigue gustando, una canción muy especial, porque creo que hasta ahora es la canción más religiosa que hice. Y me refiero a religiosa desde su actitud, porque no tiene nada que ver con las religiones institucionalizadas. Y es el núcleo del disco, en mayor o menor medida todo gira en torno a ese tema. Que lo hayan premiado me resulta muy gratificante", describe.

En tren de coincidencias, ambos distinguen el hecho de haber compartido una ceremonia marcada por el afecto y cierto extrañamiento. "El premio nos sorprendió mucho, porque somos dos desconocidos para el mundo porteño. Nos conoce gente desde la amistad, pero no del público. Las comparaciones, los premios, son siempre odiosas desde el lugar que tiene que ganar uno. Pero bueno, esto es un aliciente, los dos estamos produciendo, haciendo cosas, soportando los costos de manera independiente. Aparte de lo que tiene que ver con el premio económico, el reconocimiento a nivel nacional para nosotros es algo que marcó una diferencia. Y vivirlo codo a codo con Julián fue muy especial".

Similar es la mirada de Venegas: "Fue importantísimo ir a ese concurso con Sandra, una de las personas que más me empujó a la música. En sí el premio es gratificante y moviliza muchas cosas. Una de las que más me gratificó fue que, sin quererlo, la Municipalidad, la Provincia y el Estado nacional fueron escalones de una misma escalera. Mi primer disco fue editado por el concurso de Coproducciones de la EMR, Alamo Blanco se hizo con el estímulo de Espacio Santafesino, y un tema de ese disco participó de estos premios nacionales, impulsados por Secretaría de Cultura de la Nación. Saber que desde las instituciones se impulsan estímulos para los artistas te hace sentir menos solo".

Pequeñas piezas dentro de esos repertorios distintivos, Alamos de noche y Momento sexto sentido quedarán marcadas dentro de la obra de Venegas y Corizzo. Pero funcionarán, esencialmente, como una invitación distinguida para que aquellos que todavía no lo hicieron, se permitan recorrer los cuerpos compositivos de dos creadores notables.