Mañana a las 19.30, en Bon Scott Bar (Richieri 131), se presenta el número 8 de la revista Apología. Con la consigna "Romper la pared: la búsqueda del Otro en la construcción del Relato", hablarán el psicoanalista Alvaro Córdoba e integrantes del staff.

Lo integran Santiago Beretta (director y redactor), Julián Alfano (redactor y fotógrafo), Juan Freytes (redactor) y Joaquina Parma (diseño); colaboran Manuela Suárez, Petula, Mauricio González, Leandro Levi; los fotógrafos Salvador Márquez y Silvestre Borgatello, y los ilustradores Matías Buscatus y Andrés Ricchietti. Revista semestral rosarina que lleva ya cuatro años editándose, Apología se consigue en librerías y en el bar Pichangú. Cada ejemplar trae una serigrafía original en una tinta estampada sobre papel Chambril 240 g cuya tirada numerada de 520 es obra de Contramano Serigrafía. La imagen reúne en un montaje dos emblemas de la verdad: la calavera y la máquina de escribir.

Al lema, La era de la realidad, la foto de contratapa lo muestra en una pintada: "Cámaras en el centro, gatillo fácil en los barrios". Dice el editorial: "Las transas de la policía, la corrupción de los políticos, la explotación de los trabajadores y el desamparo de los desposeídos son los ejes de estas notas, construidas siempre a partir de historias que escuchamos en las calles, los bares y las esquinas".

Nota a nota, a partir de un mosaico de diversas voces, el "relato" se construye, uniforme, como el sentido común de la calle. En Mundo Terminal se expone el contraste entre las huestes marginadas de murgueros, maleteros, cuidacoches y la hamburguesería multinacional que recortó "un tercio de hectárea del espacio público". Lo que cuentan los entrevistados es siempre la misma historia con leves variantes: la del poder (municipalidad y narcos) contra la gente.

Este supuesto saber compartido (que los entrevistadores no ponen en cuestión) se confirma mediante una voz autorizada en la entrevista al Club de Investigaciones Urbanas de Juan Pablo Hudson y equipo. Los autores de un reciente film documental, Rosario, ciudad del boom, ciudad del bang, aportan así una lista de ítems (boom sojero, negocio inmobiliario, narcotráfico, consumo de grandes marcas, convenios entre lo público y lo privado, transformación urbana, ola de asesinatos) que resumen en la antítesis: "La marca Rosario" versus "la merca Rosario".

Desde una impronta subjetiva, Mauricio González subtitula a lo Hunter su crónica de una frustrante incursión al bar nocturno Johnny B. Good: "Desesperación, aburrimiento y ansiedad". "Rosario siempre fue una ciudad maldita, ferroviaria, tanguera", añora en una entrevista el joven poeta Juan Rodríguez. Manuela Suárez entrevista a un tal Néstor, trazando un cruce entre el discurso de un loco parado en una esquina y Así Habló Zarathustra, de Nietzsche. Entre las vagas intuiciones de la cronista y las certezas paranoicas del entrevistado, ambos sujetos coinciden en una identificación: "Vos y yo somos de lo mismo, de los sietemesinos", desliza Néstor, y le advierte de los peligros que acechan en la urbe.