Mié 11.12.2013
rosario

CULTURA / ESPECTáCULOS › SE PRESENTA MAñANA "LA RED, LA TRAMA OCULTA DEL CASO MARITA VERóN"

Mucho más que la crónica del juicio

Sibila Camps presenció casi todas las audiencias del proceso que terminó con la absolución de los imputados. Conocedora de las bandas delictivas de Tucumán, las desnuda en el libro que se presenta en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa.

Además de ser una de las periodistas más prestigiosas del país, Sibila Camps siempre estuvo cerca de Rosario. En los 80, siguió los recitales de la Trova Rosarina. De aquello, le quedó un amigo entrañable como Jorge Fandermole. Allí conoció también a Rafael Ielpi, autor junto a Héctor Zinni de "Prostitución y rufianismo", con quien siguió en contacto. Fue una de las grandes firmas del diario Clarín durante 30 años, estuvo en Tucumán muchas veces. Conoce tanto la provincia que, cuando supo la fecha del juicio por la desaparición de Marita Verón, decidió postergar su jubilación para poder contarlo en el diario. Y así lo hizo. Mucho más que la crónica del juicio que hace exactamente un año terminó con la ominosa absolución de todos los imputados es lo que puede leerse en su último libro, "La red, la trama oculta del caso Marita Verón", que presenta mañana, a las 19.30, en el Centro Cultural Fontanarrosa (San Martín y San Juan), acompañada de Leo Ricciardino.

Sibila Camps presenció la mayor parte de las audiencias del juicio por la desaparición de Marita. El clan Alé --Rubén, "la Chancha"; y su hermano "el Mono"-- eran viejos conocidos: los había investigado para su libro anterior, "El Sheriff, vida y leyenda del Malevo Ferreyra", un viaje a los últimos 70 años de la historia de Tucumán. "Muchos de los contextos delictivos, los conocía. Cuando sale la fecha del juicio pedí cubrirlo porque sabía qué había detrás de este caso. Conocía bien todos esos contextos delictivos y venía trabajando en otros libros de Tucumán, entonces conocía el pésimo funcionamiento de la justicia penal de esa provincia, los altísimos niveles de impunidad, las relaciones de este clan con gobiernos provinciales de Tucumán y otras provincias del noroeste, también conocía la matriz de miedo de Tucumán, que se fue gestando antes del terrorismo de estado", se explayó Sibila sobre el libro, que "no tiene nada que ver con las crónicas del juicio, sólo tiene 7 u 8 párrafos sobre el tema, porque todo lo demás lo escribí de nuevo, con otra organización, con otros planteos, restituyendo los contextos".

La periodista es muy crítica de la sentencia absolutoria de los diez imputados, desde un conocimiento exhaustivo. "Está muy mal escrito, los fallos tienen una parte muy amplia de reconstrucción del juicio, esa reconstrucción está hecha con frases y fragmentos incomprensibles. Hay muchos elementos que se expresaron durante el juicio que tiene que ver con la connivencia policial, nada de eso está resumido ni mencionado en el fallo. Hay muchos testigos, pero lo amañaron todo de tal modo que no llegaron a las conclusiones que quedaban evidentes", expresó la periodista, que en su libro trazó una historia "para adelante, para atrás y para el costado" de la trata de mujeres. "Si por una sola víctima se está hablando de once provincias, es decir, de medio país, esto demuestra que hay una gran red", apuntó.

Pero además, Sibila recuerda que las víctimas de trata fueron sometidas a interrogatorios intimidantes, que fueron permitidos por los jueces Alberto Piedrabuena, Eduardo Romero Lescano y Emilio Herrera Molina. Dos de ellos fueron sometidos a un juicio político, que no prosperó.

"Tomo el caso Marita Verón y el juicio para ir analizando también cuestiones que se desprendieron a partir de eso, como los cierres de prostíbulos, que están prohibidos desde el 1937 en todo el país, leyes que van surgiendo con intención de ponerle límites a los prostíbulos o bien para que nada cambie, porque se ha hecho un montón de ordenanzas y no existe la decisión política de llevarlas adelante. También analizo cómo interpretamos hoy lo que antes veíamos de otra manera: qué les pasa a las víctimas. Para eso, voy atravesando distintos géneros, los relatos de las chicas que estuvieron con Marita Verón, víctimas de las redes, los voy contando como si fueran historias de vida, a través de distintos elementos, pero también lo intercalo con un back stage del juicio, de cómo las interrogaban, y eso lo voy contando como acotaciones escénicas", adelanta Sibila sobre el libro que toma el caso emblemático para desnudar una red instalada, aunque no sea visible. Y también para revelar por qué queda oculta, a quienes les conviene que así sea.

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