CULTURA / ESPECTáCULOS › MUSICA. BODAS DE FíGARO SE PRESENTA EN EL FOYER DE EL CíRCULO
A modo de cierre del ciclo Quena Barbarich, la ópera de Mozart se presentará en versión concierto por un elenco conformado por jóvenes talentos, que encabezan la soprano Jaquelina Livieri y el barítono bonaerense Lucas Debedec Mayer.
A modo de cierre del ciclo Quena Barbarich 2013, esta noche en el Foyer del Teatro El Círculo se llevará a cabo la presentación de Bodas de Fígaro, ópera de Mozart que se pondrá en escena en una versión concierto. Impulsada por la Fundación María Eugenia Barbarich, en colaboración con la Asociación Cultural El Círculo, la obra tendrá como protagonistas al barítono bonaerense Lucas Debevec Mayer (que asumirá el rol de Fígaro) y de la soprano rosarina Jaquelina Livieri, quienes encabezarán el elenco que completan los jóvenes cantantes locales Daniela Ratti (Contessa), Ismael Barrile (Conte), Angie Cámpora (Cherubino), Betina Briasco (Marcellina), Ignacio Agudo (Bartolo), Germán Polón (Basilio), Ignacio Ojeda (Antonio) y Lorena Mendoza (Barbarina), a quienes se suma como invitado el pianista Horacio Castillo.
En diálogo con Rosario/12, fue Livieri quien relató el surgimiento de esta puesta: "La idea surgió en abril, cuando con parte del elenco estábamos haciendo El elixir de amor en El Círculo. Teníamos ganas de poder volver a hacer algo juntos, algo que no siempre se da. Empezamos a pensar qué podía ser, donde coincidieran distintos tipos de voces, y ahí surgió una primera etapa del proyecto, en la que estaban Lucas, Angie Cámpora, en esa etapa también Leonardo Estévez y yo. A medida que el proyecto fue creciendo decidimos incorporar gente de Rosario que está iniciándose, que tiene muchísimo talento y realmente muchas condiciones, pero que todavía no tienen tal vez los espacios para mostrarse. Al final terminamos siendo diez, con casi todos los personajes de la ópera".
Con sólo 27 años, Livieri es un ejemplo claro del talento que renueva a la escena rosarina. Premiada en el Concurso Internacional de canto lírico del Teatro Colón y ganadora del primer premio del concurso nacional de canto lírico "Enrique Francovigh" de la Universidad Nacional de Rosario, Livieri remarca la necesidad de abrir el juego a la participación de jóvenes talentos. "Como para todo el mundo siempre los comienzos son difíciles, me propuse a ayudar en todo lo que pudiera a los que todavía están arrancando, o que hace años que están pero no han tenido la suerte, el espacio o las posibilidades --explicó la soprano--. No siempre se puede hacer una ópera completa, porque en la ciudad con suerte tenemos dos, y no hay lugar para todo el mundo. Rosario se está quedando chica a nivel cultural para la cantidad de gente que está surgiendo, porque realmente hay muchos chicos entre 20 y 25 años que prometen un montón. Está saliendo un semillero muy importante, surgen muchas buenas voces de la ciudad".
En su apuesta a generar nuevos espacios, los impulsores del proyecto apuntan además a fortalecer vínculos con nuevos espectadores. Un hecho palpable en la participación de Juan Carlos Picena con sus comentarios ilustrativos, según detalló Livieri: "Invitamos a Juan Carlos a que vaya contando un poquito lo que va pasando, ya que va a ser una versión concierto, basada en la interacción entre nosotros pero sin la grandiosidad de la ópera con la puesta en escena y el sobretítulo, entonces va a ir amenizando el concierto, contando qué está pasando, qué va a pasar, así la gente se puede conectar un poquito más con la ópera".
En ese contexto, la selección de una comedia como Bodas de Fígaro no resulta azarosa, según la descripción realizada por la reconocida soprano rosarina: "Es una de las óperas que más me gustan de Mozart. Es una comedia de enredos donde pasa una locura tras otra. Todo sucede en un día, que es lo que la hace más interesante, y muestra un poco los problemas que había hace varios siglos atrás con la alta sociedad. En ese momento, un conde que había abolido el derecho de pernada quiere seguir haciendo uso de él sin que nadie se entere. El quiere estar con una de las mucamas, que se está por casar con Fígaro, ella no quiere, la mujer del conde se entera y entonces se siente humillada porque su marido ya no la mira. La condesa confabula con la mucama para hacerle una trampa al conde, haciéndose pasar por la mucama que accede a estos pedidos, pero en realidad la condesa es la que va disfrazada de mucama, el conde se confunde y empieza un lío tras otro porque todos empiezan a confundirse con todos".
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