CULTURA / ESPECTáCULOS
Es el concepto que de ahora en más quiere aplicar el grupo "Las Manos de Filippi", con una larga trayectoria y que ahora apunta a ser más masivo. Aquí presentarán Kontra la explotación.
› Por Edgardo Pérez Castillo
Es posible pensar que, a partir de una nueva y profesionalizada metodología de trabajo, en poco tiempo más Las Manos de Filippi logren ampliar el espectro de oyentes de su propuesta, ésa con la que (en casi quince años de trayectoria) se establecieron no sólo como la banda más contestataria del rock argentino, sino además como la única verdaderamente coherente con sus líricas. Porque no es una propuesta panfletaria la de la banda que integran Hernán "Cabra" de Vega (voz y composición), Mosky (guitarra y voz), Juan Gisower (batería), Pablo Occhiuzzo (bajo), Pecho (trompeta y coros) y Charly (saxo y coros). Por el contrario, sus dardos son respaldados con una conducta que la asoció a los principios de los movimientos piqueteros, a las fábricas tomadas y numerosas agrupaciones sociales. Todo ello desde una postura alejada del divismo, pero que ahora encontrará mayor exposición con la edición de Kontra la explotación el disco independiente que editarán en un peculiar formato, ya que el packaging emulará a una bomba.
Parte de ese material conformará el repertorio que el grupo trasladará esta noche hasta Willie Dixon, donde a partir de las 22 despedirán Hasta las manos, Las manos santas van a misa y Fiesta señores, placas que, precisamente, han decidido reeditar, a la búsqueda de mejorar un sonido que permita clarificar su mensaje. "Queremos hacérsela más fácil a la gente. Ya de por sí el estilo y la temática de Las Manos apunta a llegar directo con las letras, entonces era una contradicción sacar discos con baja calidad de sonido. Ahora queremos ver cómo nos va con este disco nuevo, que tiene toda la experiencia de 14 años de banda", reconoció en ese sentido de Vega en su diálogo con Rosario/12.
En cuanto a la estética musical de su nuevo disco, seguramente mantendrá la línea visceral y rockera de un grupo que sabe aportar condimentos genéricos en dosis justas, ya que las ramificaciones estilísticas son abordadas por sus miembros en distintos proyectos paralelos. De esa manera, Las Manos de Filippi funciona como una suerte de núcleo artístico desde el que se gestaron la cumbia de Agrupación Mamanis, el tango de Che Chino, el trashdance de MPM y la estética electrónica de Stimulation.
Mientras tanto, Kontra la explotación sostendrá una línea política que ha sobrevivido a varios cambios de gobierno. Es que, en sus 14 años de trayectoria, la banda mantuvo una línea combativa que, una y otra vez, se encontró con reclamos insatisfechos. Sin embargo, los miembros del proyecto no conocen de resignaciones. "No tenemos esa visión, aunque sí a veces nos pudre no poder vivir de la banda después de todo este tiempo --precisó--. Pero el mensaje nos lleva adelante y cada vez se nos confirma que el rock tiene que acercarse a lo que es la lucha contra este sistema. Esa línea no nos decepciona, al contrario, tratamos de profundizarla y los hechos nos demuestran que puede cambiarse la cosa. Porque la otra forma la está utilizando la música comercial, con sus productores artísticos. Nosotros buscamos la expresión pura de los músicos, y creo que la expresión de los tiempos de ahora es ésto".
Desde esas bases, Las Manos de Filippi es una de las cabezas de la agrupación Músicos Unidos por el Rock (MUR), que tiene como objetivo el de sostener al under, esa esencial usina artística apartada por el propio sistema, y con amenaza de extinción luego de la paranoia post Cromañón. En relación a las cualidades del movimiento, el cantante delineó: "El MUR tiene esta idea de que hay que acercar a las bandas que quedaron marginadas. Si uno no le da una dirección política clara desaparecen, pierde sentido seguir haciendo música. Que es lo que intentan hacer en el momento de eliminar al under: alejar a los músicos de rock de la movida política, es la intención de las compañías y de todo el comercio musical. Con el MUR tratamos de rescatar a las bandas nuevas, a la juventud con sus nuevos mensajes y formas de hacer música, pero a la vez ligarlas a todos los movimientos de lucha, con los que estamos codo a codo. Porque si no te dejás marginar, y con eso de que sos estrella de rock quedás desfasado con lo que está sucediendo".
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