CULTURA / ESPECTáCULOS › "BORRA MI TIEMPO Y ESTA HERIDA"
Incluido dentro del ciclo La Cocina de los dramaturgos, y formando parte además de la publicación homónima que fuera presentada en la última edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, Borra mi tiempo y esta herida, el texto creado por Luis María Fittipaldi, volverá a tablas hoy en la versión unipersonal que protagoniza Doris García. Dirigida por el propio autor, la puesta se llevará adelante desde las 23 en el Centro Cultural La Nave de San Lorenzo 1383, donde se narrará la historia de una mujer madura que deambula por las calles persiguiendo un objetivo algo inalcanzable, según detalló a este medio el director y dramaturgo.
"Lucha es una mujer de una edad incierta. En apariencia el sueño al que está aferrada es conocerlo a Roberto Sánchez, a Sandro de América. Entonces la trama se desarrolla en las calles de Banfield, porque en toda la obra el único elemento escénico que tiene es un changuito de supermercado cargado con trastos viejos con el que ella emprende un viaje para cumplir ese sueño. Es la historia del viaje hacia la casa de Sandro en Banfield", apuntó.
Y agregó: "Ella hace toda esa especie de periplo a través de los barrios y las calles, y en el trayecto van surgiendo imprevistos, van apareciendo recuerdos, la presencia de fantasmas del pasado y, por sobre todas las cosas, viene a ser el reflejo de que esta mina conoció una vida mejor. Inclusive fue dichosa, feliz, y tuvo una familia. Ahí afloran los recuerdos de esta mujer que ahora es indigente pero que pertenece a una clase media extinguida. Porque de alguna forma la obra también está hablando de la extinción de la clase media. Diría incluso que es una metáfora del país, de los sueños y pérdida de la Argentina".
-¿En ese contexto Sandro representa la utopía de salir adelante?
-Sí, es utópico. Encontrarse con Sandro, sacarse una foto o tocarlo es la quimera, es un sueño. Si tendría que definirla diría que, así como hay road movies, esto es road theatre, porque justamente ella se desplaza por las calles, duerme, se lava, festeja su cumpleaños, es atacada. Por sobre todas las cosas es un texto escrito desde la rabia, porque tiene llanto, emoción. Es un monólogo rabioso que se convirtió de pronto en un unipersonal. Incluso en la Feria del Libro se lo comparó con los aguafuertes, como una especie de texto artliano por esto de la rabia, la prepotencia del texto. Además está hecho con un lenguaje para nada mecanizado, como hoy se ve en tantas obras de teatro donde los personajes repiten y tienen una estructura verborrágica a través de la cosa mecanizada. Acá la actriz está todo el tiempo al borde de la emoción, del quiebre, hasta que surge con algo impensado para el espectador. Por momentos no se sabe si esta mujer está loca o si está muy cuerda. La actriz realmente tiene un gran trabajo, está todo el tiempo en la cornisa, sobre la cuerda floja. Es como si pasara por distintas estaciones del vía crucis, donde están presentes la redención, el llanto, el recuerdo, la presencia de la muerte. Es un trabajo que merece verse, porque la gente necesita emocionarse, y a todos los que han ido algo les ha pasado. Nadie pasa impasible ante la obra.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux