"Va a ser una larga conversación entre un torturador y un torturado, en la que la tortura no estará presente como tal...", explicó el notable escritor Mario Benedetti en ocasión de prologar su ya clásica obra teatral "Pedro y el Capitán", escrita en 1979. El año pasado el director Eduardo Ceballos abordó una nueva versión de este texto que originalmente nació como novela y pasó al formato teatral y que puede verse nuevamente en la Sala "Amigos del arte" (3 de Febrero 755), todos los sábados de marzo y abril a las 22.

"Cuando un texto emblemático, documental, exigente, comprometido, movilizador, popular, llega a tus manos como propuesta que luego aceptás, en un primer paso marcás los objetivos. Y creo que el inminente, es que no se puede representar tal cual está escrito y con semejante extensión, ya que la vertiginosidad con que se vive hoy en día, me parece que hace imposible poder mantener al espectador sentado durante más de dos horas", dijo Ceballos a Rosario/12.

Conciente de que uno los problemas para poner en escena un texto considerado de culto para las generación del '70, el director asume en su versión las dificultades que implicaría intentar "acortar" la obra original. "Teniendo en cuenta que este tiempo de duración con dos intervalos pertenecieron hasta la década del '70, y esto era consigna para los teatros independientes como para los oficiales, vino después el planteo de cómo mantener la expectativa del público ante un tema tan duro y removedor. El texto de Benedetti no da lugar a que se pueda acortar sin que se pierda el sentido del texto", afirmó el creador del grupo Teatro Libre de Rosario.

Desde el punto de vista estético el criterio de la dirección se apoyó en algo del teatro expresionista de los '80, disparadores que según Ceballos lo ayudaron a resolver la puesta. "Pude hacer que el público vea la escena y la retro-escena, que vea al actor y al personaje, que cuando entre a la sala vea el escenario con luz de `tarjeta de presentación' en lo que hace a la estética que verá luego".

Pedro y el Capitán juegan constantemente sin saberlo, al cambio de roles y así se van mostrando: por momentos uno es el fuerte, en otros es el débil, a veces uno es un opresor, otras es un oprimido.

-Este trabajo requería de dos actuaciones convincentes y sólidas, de allí la buena elección de los protagonistas.

-El trabajo con Julio Chianetta y Guillermo Almada como Pedro y Capitán, respectivamente, resultó interesante ya que son actores provenientes de diferentes escuelas. Era pedirles luego del ensayo determinadas modificaciones y para el ensayo siguiente las traían y casi quedaban intactas -dice el director y adaptador de "Pedro y el Capitán".

La obra además de la temporada en Amigos del Arte participó en los Ciclos de ATIR y Arte y Transformación Social, presentándose en las ciudades de Santa Fe, Venado Tuerto y Marcos Juárez, con una respuesta entusiasta del público.

"El tema es muy duro, pero se soporta y a veces dan ganas de más", decían muchos de los que la vieron en las distintas funciones por las que transitó la obra,las reacciones de los espectadores fueron diversas, desde rostros llenos de lágrimas hasta aplausos sostenidos: Una muy buena recepción que nos entusiasmó para emprender este re-estreno", agregó Ceballos.

El director de "Allende, la muerte de un presidente", cree que la obra debe integrar la cartelera local de este año, mostrándola sin ningún tipo de cambios, ya que el producto tiene que verse tal cual fue concebido. "Por eso Amigos del Arte fue la mejor opción, porque es como estar en casa, allí se concibió esta obra y todos sus matices emocionales, allí experimentamos ese viaje maravilloso por la psicología de dos personajes", concluyó el Ceballos.